En la tarde del día jueves pasado un avión C-17 Globe Master III matrícula AMC 77184 que transportaba armas e equipamiento para fuerzas de seguridad proveniente de Carolina del Norte, Estados Unidos, fue demorado en el Aeropuerto nacional de Ezeiza.
El cargamento estaba divido en dos contenedores los cuales al momento de ser revisados por personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria había algunas diferencias entre la cantidad de material declarado y el revisado en ese momento. Según informó diario La Nación, la diferencia radica directamente en la cantidad de armas, mientras otros voceros afirmaron que las irregularidades se trataban del equipamiento anexo, como cascos y otros accesorios para fuerzas de seguridad.
Surtieron versiones de que tanto el armamento —que va desde ametralladoras y granadas hasta equipos para interceptar telecomunicaciones— como el equipamiento, formarían parte de un cargamento que se iba a utilizar en prácticas combinadas entre el Grupo Especial de Operaciones Federales (GEOF) y otra de aquel país. Tanto la Policía Federal como la Metropolitana negaron tener planeado un procedimiento de este tipo, pero lo cierto es que debe haber algún responsable comprador o importador del cargamento que trajo la aeronave a suelo argentino.
Fuentes afirmaron a Tribuna de Periodistas que “las armas llegaron por pedido oficial para un ejercicio (…) era un cargamento oficial y había elementos que superaban el pedido de armas. (sic)”
"La Policía Metropolitana sólo puede comprar armas nacionalizadas. No se puede adquirir nada directamente a una empresa de otro país. Debe pasar por el importador", afirmó a La Nación un funcionario de la policía de Mauricio Macri.
Mientras, ninguna fuente oficial de la AFIP — de la cual depende la Aduana—Cancillería, PSA, la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) o la embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires han brindado algún tipo de información sobre lo ocurrido. Sin embargo, durante la jornada del día viernes el canciller Héctor Timerman, la ministra Nilda Garré y funcionarios estadounidenses estuvieron por el lugar donde el avión sigue demorado, pero sin entablar pronunciación al respecto, sólo se remitieron a llamar la atención de los organismos de control de Ezeiza por permitir que “un tema tan sensible” haya trascendido.
Sólo voceros del Registro Nacional de Armas (Renar) reconocieron que el armamento era parte de una entrega pactada de antemano y que “en Cancillería se están ocupando del asunto”.
Si bien antes del operativo estaba estipulado que el C-17 Globemaster III —cuya misión principal es el de transporte militar pesado— debía retornar a suelo norteamericano el dia viernes, por estas horas la nave aún se encuentra demorada.
Es preciso destacar que este escándalo del cual todavía no hay responsables, ya que nadie afirma o niega haber comprado las armas para una fuerza específica, surge en el momento exacto en que el funcionario más preocupado porque esta información haya trascendido a la opinión pública, mantuviera su momento más álgido en cuanto a relaciones diplomáticas con EE.UU. Desde afirmar que ese país financia procedimientos para enseñar torturas a diferentes fuerzas de seguridad en el mundo, hasta desmerecer a diplomáticos norteamericanos a partir de los cables difundidos por Wikileaks.
Por estas horas solo hay una denuncia por presunto contrabando y la intervención de la Justicia en lo penal económico. Se estima que el avión militar vino a trasladar el equipamiento pero no iba a participar del ejercicio, que finalmente fue cancelado.
Eliana Toro