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El kirchnerismo: la máxima expresión de los desleales de Perón

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LA LEALTAD ES UNA CUALIDAD EN EXTINCIÓN
LA LEALTAD ES UNA CUALIDAD EN EXTINCIÓN

La lealtad significa una devoción sincera y espontánea, una obligación que se tiene hacia alguien o hacia algo. Ejemplo de ello es el sentir por la familia, religión, la Patria o también por un equipo u organización.

 

Implica fidelidad, franqueza, nobleza, honradez, sinceridad y rectitud. Ser leal en consecuencia, significa tener esas virtudes y ser fiel al compromiso de defender lo que creemos y en quienes creemos, aún en circunstancias cambiantes, ya sean favorables o desfavorables.

Es un valor, una virtud que desarrolla nuestra conciencia y es importantísimo en la relación, particularmente entre las personas y por ende en organizaciones.

 La lealtad no es una consecuencia de un sentimiento afectivo, es el resultado del discernimiento para elegir lo que es correcto. Es considerada una de las virtudes más sinceras y honorables del ser humano.

 Desarrolla por otra parte, otras virtudes esenciales con las cuales se relaciona estrechamente, tales como la amistad, el respeto, la responsabilidad y la honestidad y la confianza entre otras.

 Debe tenerse en cuenta que la lealtad debe ser una relación de doble vía entre las personas. Debe ser mutua entre dos amigos, así como del jefe al empleado y del empleado a su jefe.

 Es particularmente importante, casi esencial en las FF.AA. Casi podríamos afirmar uno de los valores básicos en la conducción.

 ¿Por qué? Porque el superior por la confianza que surge de la lealtad del subalterno puede disponer mandarlo hacia una misión en la cual peligre su integridad física, inclusive su vida, y el subalterno, por la misma causa, acata sin hesitarla y trata de cumplirla lo mejor posible, porque confía plenamente en su superior.

 Por ello la lealtad es un atributo esencial para la conducción de personas, una virtud imprescindible para tener una organización aceitada al máximo para el cumplimiento de sus objetivos o el logro exitoso de la misión.

 Pese a lo sencillo de entender lo expuesto, la lealtad no siempre es bien comprendida. Muchas veces se interpreta como una cualidad del nivel de abajo hacia el más alto, del subalterno o empleado para con sus jefes o empleadores y no de doble mano como debería ser.

 Actualmente esta tergiversación o falsa interpretación de este concepto, hace que la lealtad sea un valor difícil de encontrar.

 La ausencia moral y la falta de valores de este gobierno, impulsaron en forma decisiva esta grave falencia en la conducta de los argentinos.

 Un ejemplo es el frustrado intento de transversalidad política que intentó el ex presidente Kirchner, mediante la extorsión y la compra de conciencias y voluntades de dirigentes y ciudadanos, para conseguir adeptos o apoyos a su pernicioso experimento político.

 En su corta visión no supo prever que cuando se acaban los recursos o los fondos, también se acaba ese apoyo ficticio, esa “lealtad” comprada.

 El kirchnerismo hoy no existiría, pero desde hace ya bastante tiempo, de no haber tenido una situación económica mundial tan favorable a nuestros productos exportables.

 El “Primer Trabajador” para algunos, o el “Gran Corruptor” para los más, ya hace más de seis décadas, tenía bien en claro el concepto e importancia del concepto de la “Lealtad”.

 Tanto es así que inculcó este valor en sus seguidores e instaló un feriado, el 17 de octubre, como el día de “la Lealtad”, y llegado el momento, sin titubear, echo de la Plaza de Mayo a aquellos que cuestionaban su doctrina política.

 Hoy, el kirchnerismo es la expresión de los desleales que Perón repudió en forma pública, tan enérgicamente, en aquella oportunidad.

 La Lealtad es un valor escaso, prácticamente ausente en nuestra sociedad.

 En este país, con escasa reglas morales y sin ética política en el que vivimos, la falta de lealtad es absolutamente evidente en la borocotización política.

 Recordemos al Dr. Eduardo Lorenzo “Borocoto”, que tiró su prestigio, honra y dignidad a los perros, al cambiar desvergonzadamente, inclusive antes de jurar en su nuevo cargo como diputado, saltando de su partido político al oficialismo, que era la contracara del partido que lo había votado.

 Este pésimo ejemplo, la falta de lealtad a los principios e ideología de un determinado partido, es ahora moneda corriente en nuestra política y causa de la grave degradación de los partidos políticos.

 Pero no solo ocurre en la política, también en otras organizaciones, en la cuales estas se apartan descaradamente y sin disimulo de la esencia y el concepto de la lealtad, abandonando a su gente, a su propia suerte, solos, en un ambiente hostil y altamente desfavorable.

 Tras más de siete años en esta embestida maligna y perversa del oficialismo kirchnerista en pos de aferrarse al poder a toda costa, es un valor más que se pierde en nuestra sociedad.

 Otro retroceso de la Argentina, cada vez más lejos de ser un país moderno y civilizado cimentado en valores y principios.

 

Alfredo Raúl Weinstabl 

 
 

7 comentarios Dejá tu comentario

  1. El error es considerar que el político le debe fidelidad al líder o al partido; en un sistema con el pueblo al que representa, cumpliendo sus promesas de campaña y fundamentando su mandato sobre conductas cívicas republicanas tanto en su función pública como en su vida personal. Cuando se comprende que el único Soberano es el pueblo de la Nación, y se gobierna con honestidad, verdad y eficacia en la gestión, se establece un compromiso ético con los representados del que emana la lealtad del gobernante con sus principios y con los ciudadanosdenocrático, la única lealtad de un dirigente es

  2. ¿¿¿Lealtad en el Peronismo desde el 17 de Octubre???, Cipriano Reyaes ya murió, pero le sugiero al autor de la nota leer los dos libros que dejó escritos. Sufrió cárcel y represión ni bien Perón tomó el poder y el excelente trato del padre del hoy actor músico Pettinato. ¡¡¡Ni HABLAR de los idiotas útiles, años antes juventud maravilloso.

  3. "El trato de "compañero" es la fórmula ritual en el contacto de peronistas. Sólo los que no sientan así usan otra fórmula, con la que comienzan a no sentirse peronistas. De ahí al oligarquismo, hay un solo paso" quizás ahí es cuando empezó a sonar la primera de las 7 trompetas que no supimos oír... (cualquier parecido con la realidad, no es mi responsabilidad)

  4. Si nosotros seguimos discutiendo , el Gorilaje, la Oligarquia, el Imperialismo, y todas las discreciones que se usan para asentarse solo en la Historia nada mas, nos golpeamos el pecho sobre viejos apotegmas e inesperados vulgarismos, que aun cargados de eufemismos engañosos, nos estancan en este presente, casi obligandonos a un futuro totalmente incierto, como con indiferencia para las proximas generaciones, y prevaleciendo en el hoy solo las proximas elecciones.

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