El hecho ha sido disimulado por la Fuerza policial y desde la Justicia no se ofrecieron detalles debido al “secreto de sumario” que se cierne sobre la investigación. Fue el día domingo a la noche. Las armas las robaron de una cabaña donde pernoctan los agentes federales. A esto se agrega un caso más de apremios que denunció una persona de El Calafate quien dijo haber sido golpeado por civiles, sospechado de ser el responsable del ilícito.
El día domingo 13 de marzo, a la noche, mientras los tres suboficiales de la policía Federal que cumplen funciones de relevo en la custodia presidencial en El Calafate, estaban ausentes de la cabaña donde se alojan, desconocidos entraron y se llevaron tres pistolas Browning 9mm de la dotación, sin que se produjeran roturas de vidrios ni se forzaran las aberturas de la cabaña que compone un pequeño complejo del denominado Hospedaje Alejandra, en el radio céntrico de la villa turística.
Inicialmente el hecho tomó estado público a través de rumores y versiones que confundían a la opinión pública, ya que equivocadamente se señalaba como lugar del robo, una vivienda de troncos situada justo en frente de la residencial familiar de los Kirchner, donde hay una guardia permanente, la cual se incrementa notablemente los días en que la presidenta Cristina Fernández reside en el Calafate. La confusión se diluyó cuando fuentes cercanas al Juzgado donde se radicó la denuncia, confirmaron que el hecho ocurrió en la vivienda particular alquilada por tres suboficiales que conforman la custodia, pero que en ese momento no se encontraban en servicio.
Las fuentes que refirieron el tema, indicaron que no hay mayor claridad en la forma y la oportunidad en la que fueron sustraídas las armas, tres pistolas Browning calibre 9 mm, de la dotación y por estos momentos, además del sumario interno que se labra con intervención de la Jefatura de Policía de la Federal en Río Gallegos, el Juez Narvarte mantiene absoluto secreto sobre la causa que instruye y prosigue con la investigación para determinar si se trata de un robo “al pasar”, inscripto dentro de la ola de robos que últimamente se producen en Calafate o existe una acción premeditada con conocimiento previo, por parte de los ejecutores, del lugar y las condiciones en las que se encontraban las armas allí.
Tal como consta en la versión de la denuncia que se hizo en el Juzgado, las víctimas se habrían ausentado en horas de la cena y cabe la sospecha de que los mismos hayan sido objeto de una inteligencia previa por parte de los ladrones, estableciendo la rutina de los suboficiales para producir el atraco.
Un hecho paralelo que se conoció en las últimas horas y también está bajo investigación, es la denuncia ante la policía de una persona mayor de edad que dijo haber sido secuestrado algunos minutos por parte de tres hombres de civil y pelo corto que se identificaron como policías (sin determinar si Federales o de la provincia) y lo subieron a una camioneta Toyota Hilux blanca polarizada, a bordo de la cual lo apremiaron, dándole algunos golpes en el estómago, para que confesara si había sido el autor del robo de las armas.
Ni la policía ni el Juzgado de El Calafate suministran información oficial a la prensa sobre este hecho, motivo por el cual este suceso no ha sido debidamente explicado a la opinión pública por parte de las autoridades correspondientes.
Rubén Lasagno
OPI Santa Cruz