Un 7 de mayo, nos dejaba quien fuera uno de los Jueces más brillantes del fuero previsional, me refiero al Dr. Juan Jose Etala quien dedicara toda una vida a la Justicia. 

Ya con edad muy avanzada, se lo veía llegar a la Cámara Nacional de la Seguridad Social siendo uno de los primeros a pesar de sus largos y achacosos años; pero como esos árboles que mueren de pié, no se resignaba a abandonar eso que había sido su vida; su puesto de Juez Federal de la Cámara de la Seguridad Social que le permitía seguir amparando al débil, a aquel a quien vilmente se lo estafa violándole sus Derechos constitucionales tan solo porque ya no le quedan fuerzas para defenderse; pero él estaba allí como un frontón inexpugnable para detener tanta injusticia. 

Con sus brillantes fallos dio lustre al fuero previsional, con su humildad y hombría de bien fue un ejemplo para todos aquellos magistrados que disfrutan imitando las cosas buenas. Cuantas veces con su andar cansino se lo veía detenerse a conversar con aquellos que él tanto respetaba y que a él tanto lo querían, los Jubilados, esos que veían en él al protector de sus derechos, al hombre justo y juez probo, el que jamás permitiría una injusticia en su Sala.

 No sabemos por qué, pero algunos dijeron por allí que por su edad (grave error), otros opinaron que por política —no lo sabemos—, la cuestión es que el Dr. Etala con toda su lucidez de anciano joven debió renunciar y jubilarse. Cuando esta injusticia ocurrió, los Jubilados que tanto recibimos de él como ciudadanos quisimos entregarle una plaqueta recordatoria de su paso por el fuero; lamentablemente el no pudo estar, en su nombre la recibió otro gran magistrado compañero suyo en Sala II, el Dr. Luis Herrero. 

La injusticia cometida hacia él había mellado mucho su salud, pero a pesar de ello, solía pasar de vez en cuando por el viejo lugar de sus amores donde tanto hizo por los Derechos Humanos de los Jubilados argentinos, su casa en Lavalle 1268, a visitar a sus amigos, a llenarse de gratos y hermosos recuerdos y así poco a poco se fue apagando su rica vida en Justicia, con el sabor amargo y una gran injusticia cometida con él. 

Un 7 de mayo nos dejaba; quizás eligiendo esa fecha que para el pueblo argentino es muy cara ya que en la misma nacía Maria Eva Duarte de Perón quien ofrendó su vida a los 33 años trabajando por la justicia social como también lo hizo el Dr. Etala. 

Los Jubilados del Movimiento Patriótico Nacional Previsional en nombre de todos los Jubilados y Pensionados Argentinos, en el aniversario de su fallecimiento lo recordamos y le decimos gracias dr. Etala por todo lo que nos dio.

 Rubén Gioannini