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Un Dios omnipresente no puede ser feliz frente a este mundo

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CONTRADICCIONES ANTE CIERTOS HECHOS UNIVERSALES
CONTRADICCIONES ANTE CIERTOS HECHOS UNIVERSALES

La teología, sin caer en el panteísmo (mundo dios), dice: “Dios se halla en todas las cosas íntimamente”; “dios está en todos los lugares”.

 

Esto equivale a especificar que este dios se halla consciente de cada núcleo atómico, del protón, del neutrón, del neutrino y de los quarks…tanto como de los electrones que rodean dicho núcleo. Se halla conciente también de cada fotón, como en todo el universo de galaxias hasta el más alejado cuasar distante 10000 o 20000 millones de años luz de nosotros, puesto que también se lo imagina a este ente como inmenso, en el sentido de aptitud para existir en todo objeto y lugar sin caer en panteísmo alguno (mundo dios). Más, como según mi hipótesis el verdadero universo no termina en la última galaxia avistada o en el último cuasar, sino que se continúan más allá como Macrouniverso, en consecuencia ese dios puede extenderse hasta el infinito lo cual concuerda con lo que también afirma la supuesta ciencia teológica: “Dios es infinito”, tanto respecto a la duración que se llama “eternidad”, como en su sentido propio que es la no mensurabilidad. Inmensidad e infinitud se aúnan entonces en el mismo ser.

 Pero luego, la teología se esfuerza en querer explicar en forma algo oscura que este dios inmenso, infinito y ubicuo, puede hallarse presente en todo ¡sin circunscribirse a nada”!

 También sus argumentos se tornan confusos cuando dice que tratándose de un dios incorpóreo, “debemos abandonar la presencialidad dimensiva para analizar la presencia espiritual (puesto que este dios es un espíritu separado del mundo, de su creación, para no pensar en un panteísmo) o presencia en las obras por modo de causa agente”.

 También cuando se dice que:

 1º) “Su presencia puede estar en los seres como objetiva como lo conocido en el cognoscente y como lo amado en el amante, esto es presencia particular”.

 2º) “Su presencia puede estar en los seres como efectiva por potencia por conocimiento y por esencia, es decir en forma general”.

 Sin embargo, si analizamos en profundidad el concepto de ubicuidad y lo confrontamos con las cosas y hechos de este mundo, hallaremos contradicciones al vernos obligados a reconocer que ese dios, o está en todas las cosas y en todo lugar pero es imperfecto, o no está en algunas cosas y algunos lugares y por ende no es omnipresente ni perfecto.

 Más claramente aún. O este dios posee absoluta conciencia de absolutamente toda su creación, o la posee tan sólo parcialmente.

 Esto último es imposible porque le quita la omnipresencia. Sólo nos queda la posibilidad de una conciencia absoluta de Todo.

 Luego nada escapa a su conocimiento, ni el protón, cada protón, todos los protones, ni el quark, cada quark, todos los quarks; en una palabra sabe qué hechos produce la materia-energía total del universo en un instante dado.

 Luego cada átomo, cada molécula, cada célula viviente, cada organismo vivo o muerto, sano o enfermo, cada cerebro animal, cada conciencia humana, se hallan adosados a su propia conciencia porque se halla presente a todo. No importa cómo se lleve a cabo esta presencia, ya sea por contacto íntimo, por esencia, por potencia o por conocimiento: como lo conocido en el cognoscente o como lo amado en el amante. Lo que aquí importa es que hay conciencia absoluta de toda su creación, y de que fuera de ésta, no hay ya nada más que “El” mismo. No puede haber nada no conocido.

 Todo esto trae, como veremos, una incongruencia con la naturaleza del mundo. Y todo se agrava aún más, porque más adelante la teodicea dice que su dios se halla presente en todas las cosas íntimamente, no tocando su exterioridad sino de un modo radical, profundo, penetrando su interioridad, tocando la raíz íntima. Aunque su presencia sea, como se dice, “por modo de causa agente”, ello no quita que este imaginado ente posea una absoluta conciencia de Todo, tal como la misma teología lo manifiesta en estas palabras: “Se halla por presencia, en cuanto todas las cosas están desnudas y abiertas a sus ojos por conocer todo por esencia”.

 Pues bien; ahora viene la dramática consecuencia de todo este razonar para la teodicea (ciencia de dios): ¿Cómo se entiende que un “Ente” semejante, absolutamente ubicuo consciente de todo lo que acontece en su creación y causa agente de todo bien (en un mar de males permitidos que no se sabe de donde surgieron como factibilidades) puede soportar el yerro, la tragedia, la injusticia… los cataclismos…? Y… para aquellos que aceptan una fuerza maligna universal “fruto del libre albedrío”, ¿cómo se puede concebir a este dios, no adosado o yuxtapuesto sino penetrado hasta la raíz íntima en esa supuesta potencia maligna? Puesto que, o está con su conciencia en todos los seres o no se halla en algunos. Si se halla presente en todos, también lo debe estar en los malignos o los que usan mal del “libre albedrío”. Si en estos no se halla presente, ¡carece entonces del atributo de la omnipresencia! Y esto lo minimiza.

 Si está también en ellos, ¿cómo una “suma bondad”, “el amor absoluto”, puede hallarse penetrado hasta la médula misma del ser maligno o enraizado en la mismísima injusticia soportándola? ¿Cómo nos lo podemos imaginar introducido íntimamente, “llenando con su abundancia”, en la mente de un asesino? ¿O en el cerebro de un criminal demente? (Sin caer, por supuesto, en panteísmo alguno).

 ¿Cómo podemos representarnos a este ser tenido por piadoso, puro amor por sus criaturas, como consciente de lo que pasa en el cerebro de un animal depredador carnicero que hiere o mata a sus presas sin piedad? Una criatura que si bien no posee maldad porque mata para sobrevivir, no por ello deja de ser pieza clave y activa de un sistema ecológico injusto, indolente.

 ¿Cómo lo podemos aceptar introducido conscientemente en un parásito intestinal que vive a expensas de su huésped enfermándolo; en un virus, bacteria, hongo o protozoario patógenos que se hallan conduciendo hacia la muerte a vidas útiles; en una serpiente venenosa que mata a un niño… y otras atrocidades?

 Si todas estas cosas son abominables para la sensibilidad humana ¡con cuanta más razón, debieran serlo para una divinidad suprasensible “puro amor por sus criaturas”!

 “Dios conoce los seres viles”-escribió el teólogo Tomás de Aquino en su Suma contra los gentiles, Libro I cap. LXX)- “porque siendo de un poder infinito en su conocimiento, necesariamente este se extiende hasta lo más remoto”.

 Volvemos a preguntar: ¿cómo un ser así tan excelso como el imaginado por los teólogos, podría “soportar el mundo” hallándose presente a toda iniquidad, incluso conociendo la mente y acciones de un genocida durante las sangrientas batallas en plena masacre sin intervención alguna respetando un ridículo libre albedrío de un criminal?

 La ubicuidad atribuida tampoco concuerda con la teología tomista cuando ésta trata de explicar la existencia del mal por la ausencia del bien, pues como este dios es el sumo bien, parecería ser que no lo abarca todo cediendo al mal ciertas áreas límites para su accionar. Un mal que existe precisamente como “privación de bien”.

 Si nada escapa a este ente y tal como la misma teología lo define en cuanto se halla en todas partes aparte de encontrarse en todos los seres: “Dios está en todos los seres por presencia, en cuanto todas las cosas están desnudas y abiertas a sus ojos” (Ángel Gonzáles Álvarez: Tratado de metafísica- teología Natural. Madrid, Gredos, 1968, pág. 384), creo que nadie se puede explicar cómo soporta el mundo ni cómo pudo haber creado semejante mundo.

 Tampoco se explica cómo estando en presencia en los genes de todos los seres vivientes de la Tierra, permite la mutación genética aleatoria que apunta casi siempre hacia el yerro, cuya consecuente acumulación de errores conduce al fracaso de muchas especies vivientes, ni cómo permite que un tumor maligno carcoma lentamente un organismo hasta su agonía extrema entre terribles tormentos estando “El” infiltrado (según la definición teológica se halla conscientemente en todas las cosas y las células tumorales son cosas y no ausencia de bien) en esa misma masa tumoral y en cada una de sus células degeneradas, en cada una de sus mitosis equivocadas como objetos o seres que siguen un curso ciego, incontrolado y fatal, como si de tratara de otro ser vivo añadido a la víctima.

 Ante todo este triste panorama retorna hacia nosotros, como una burla, aquella noción del teólogo Tomás de Aquino quien ha ideado a un dios feliz. “No sólo desea la felicidad como nosotros sino que ya la goza. Luego Dios es feliz”, dice en su Suma contra los gentiles (Libro I, capítulo C).

 Ahora se nos presenta el interrogante: ¿Cómo podría sentirse feliz ante este calamitoso mundo por él creado?

 Por supuesto que, aquí no podemos aceptar que sólo desea el bien para sus criaturas.

 Luego, en vista de todo lo expuesto, hay un máximo impedimento para la existencia de un ser omnipresente, puro amor y bondad, y piedad por sus criaturas. O no es ubicuo y por ende limitado, o es ubicuo pero no bondadoso ni piadoso ni omnipotente, además de indolente.

 Más pero… como corolario, creo que sólo nos queda la certeza ateológica, de que ningún ser supremo, creador de todo lo existente puede existir en este proceloso mundo que castiga tanto a culpables como a inocentes.

 

Ladislao Vadas

 
 

18 comentarios Dejá tu comentario

  1. "Para entrar en la Iglesia hay que quitarse el sombrero, no la cabeza". ¿En serio? Eso me resulta más difícil de creer que la historia de que un dios, en forma de espiritu, bajó a la Tierra para embarazar a la que iba a ser su futura madre y luego, en forma humana, murió y resucitó al tercer día y ascendió a los cielos!

  2. Testa: Si era un chiste, muy bueno. Caso contrario... Yo voy a hacer unos agregados (S) a tus agregados (T) 1. Para entrar en la Iglesia hay que quitarse el sombrero, no la cabeza. S. La cabeza hay que dejarla para que ser debidamente lavada. 2. Resulta ocioso estar discutiendo la eterna alternativa entre razón y fe, desde el momento en que la razón es artículo de fe. T. (ya aclarado hasta el cansancio pero no registrado por Ladis & Co) ¿les faltará evolución acaso? S. La evolución dejará la fe de lado 3. La fe y la razón poseen la misma autoridad intelectual y la misma condición fundante. Ambas constituyen métodos de prueba que no admiten ser probados. Además, cuando perdemos la fe perdemos también la razón. S. Hay que fijarse donde se dejan las cosas, yo perdí las llaves! 4. Los padres de la ciencia admitieron que toda investigación había de apoyarse en los hechos. El mismo convencimiento tuvieron los padres del Cristianismo y lo edificaron sobre un hecho empírico - el pecado -, tan evidente como que hay patatas. S. Si las patatas pueden ser ocasión de pecado, arráncatelas! pues más vale entrar al reino de los cielos despatatado que arder en el infierno con las patatas puestas! 5. Yo creo que el mundo es redondo. Puede haber tribus que crean que es oblongo o triangular pero esto no altera el hecho de que el mundo es como es, con una forma concreta y no con otras. Por ello, no digas que la variedad de religiones te impide aceptar una. No es una observación inteligente. S. La variedad de religiones no impide aceptar una, solo demuestra la falta de razón de todas ellas. 6. La seguridad cristiana se funda en la poderosa certeza de que el mundo existe y las cosas son como son. Simple sentido común, por supuesto, pero la historia nos enseña que el sentido común no tiene fuerza suficiente si no está protegido por el cristianismo. S. Cuál es esa historia y cuál el sentido común si el cristianismo nos dice que las cosas no son como son sino como la doctrina lo dice? 7. Hay gente que piensa que la naturaleza es nuestra madre. El cristianismo en cambio, la considera una hermana. Nos enorgullecemos de su belleza porque venimos del mismo padre, pero ella no tiene la mínima autoridad sobre nosotros. La admiramos pero no la imitamos. T.Los darwinianos vadicos - descendientes del mono - se sienten parte de la Naturaleza, ¿será por eso que son tan llorones con la misma y por la misma? S. Quién llora? Además, es tan distinto descender del mono que ser su hermano? 8. La naturaleza, en el mejor de los casos, es el nombre que damos a la Providencia cuando no la tratamos muy en serio. T. ¿Providencia? ¿que es eso pregunta un vadiano X ?, solo el azar y después.....se responde. S. Cómo, recién admirábamos a la naturaleza y ahora la rebajamos y no la tomamos en serio? Testa, para aburrirnos tenemos suficiente con tus mamotretos, dejá los juegos de azar para los K.

  3. Estimado Alejandro, tu aseveracion de que para entrar a la Iglesia hay que quitarse el sombrero y no la cabeza, no se da en todos los casos, porque si entras a una sinagoga y te sacas el sombrero, los paisanos no dudarian un segundo en sacarte la cabeza, por lo tanto ya ves que no hay verdades absolutas.

  4. Un poco tardiamente, para Alejandro y Aldo. Ya que citaron a B. Russell, filosofo ingles, quiero recordarles que en su pensamiento habia una logica irrefutable. Si la existencia (autonoma) de Dios, es de tan inmensa importancia para la humanidad, su probanza tendria que ser tan categorica, que no tendria que haber ninguna duda de la misma. Por eso digo que es un tema inutil de tratar, porque es dar pasto a los charlatanes y via libre a los ignorantes y o fanaticos. No olvidemos que no solo en nuestro pais, sino en el mundo, hay estupidos como para hacer dulce.

  5. Que triste este artículo. A ver si el ateo que lo escribió empieza a leer un poco antes de hablar porque es gratis. Dios todo lo creó y le dio al hombre la libertad de elegir su propio camino. En ningun lado se habla de que Dios va a salvar a todos porque es buenito. Se habla de que el hombre va a ser justificado mediante la fe en Jesucristo. Todos los que crean, serán salvos; los que no crean, se quemarán por siempre. Esta patria está llena de gente como ustedes, por eso es una olla de zurdos y ultraderechistas. Hace falta mas nacionalismo y cristianismo para que este pais prospere.

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