Además de otros reclamos salariales reales y las mejoras en las condiciones de trabajo, lo que paraliza al Servicio Nacional de Sanidad Agraria es la indignación por el nombramiento “a dedo” de personal no idóneo con sueldos superiores a los $10.000, mientras que los salarios promedio del personal de carrera del organismo rondan los $2.000, sin contar que más del 50% son sueldos en negro.

Según confirmó un delegado de la Asociación de Trabajadores del Estado, “más de la mitad de los empleados del SENASA está en negro y hay situaciones muy complicadas en muchas oficinas del interior del país. Es una vergüenza que el sueldo promedio ronde los $2000”.

En este contexto, la Asociación de Profesionales Universitarios (APUMAG) y ATE, iniciaron el día lunes un paro que finalizaría hoy si se obtienen respuestas concretas, pero que podría extenderse.

El SENASA, dirigido por el kirchnerista Jorge Amaya, acató la conciliación obligatoria impuesta por el Ministerio de Trabajo la última vez que se tomaron similares medidas de fuerza, aunque las negociaciones tendientes a la resolución del conflicto resultaron inexistentes por parte de la dirigencia del organismo.

La cuestión de fondo en realidad es la misma que viene afectando de manera exponencial desde 2007 a toda la Administración Pública Nacional, es decir, la incorporación de personal no calificado, de manera espuria, con sueldos que superan ampliamente los del personal de planta y contratado no vinculado políticamente con el gobierno central.

Nada atípico dentro de la arbitrariedad con que siempre se ha manejado y sigue manejando el kirchnerismo.

Nidia Osimani
Twitter: @nidiaosimani