Si algo hay que reconocer, a pesar de la crisis económica global, es que el dólar sigue llevando la delantera con respecto al yuan y al euro, las otras dos divisas de referencia mundial.
Luego de la caída de Lehman Brothers en 2008, el dólar se apreció mientras los precios del oro y demás commodities redujeron su valor.
Cabe recordar que en cualquier país, una política de excesivo gasto público y bajas tasas, termina erosionando la moneda de curso legal. Y los Estados Unidos no han sido la excepción a la regla.
Si USA pretende que no se detenga su crecimiento económico como consecuencia del peso fiscal de la deuda, debería optar por mantener bajas las tasas de interés por varios años. Además, debería utilizar la inflación en alrededor de unos 5 puntos porcentuales para licuar parte de la misma.
La necesidad de financiamiento de la economía norteamericana equivale aproximadamente, al 30% de su PBI, ya que su grado de endeudamiento constituye un importante obstáculo para su reactivación económica.
No obstante lo expuesto, la incertidumbre entre los inversores a causa de los rumores de una nueva recesión global, la desaceleración del crecimiento de los países emergentes y la crisis por la que atraviesa Europa, hace que muchos de ellos se refugien en el dólar. Esto, empuja su precio hacia arriba y hace bajar el de los commodities.
Por otra parte, mientras las economías de los países mas ricos desaceleraron su crecimiento, la de los emergentes no parece a priori tan afectada.
Tomando puntualmente el caso de la Argentina, la política de un dólar más o menos fijo desde 2003, fue favorecida por el debilitamiento que la mencionada divisa sufrió en el mundo. Dicho de otro modo, al no tener tanta solidez el dólar a nivel internacional y habiéndose generado localmente alta inflación, las ganancias de las empresas, los ingresos de asalariados, jubilados o quienes reciben planes, se fueron deteriorando; y en la misma proporción, el gobierno nacional, se fue beneficiando.
¿Cuál podría ser entonces la estrategia del oficialismo para seguir sosteniendo este modelo frente a un dólar apreciado, precio de los commodities en descenso y más inflación?
Si bien en lo inmediato la incertidumbre mundial es demasiado grande, no estaría de más empezar a barajar posibles escenarios.
Nidia G. Osimani