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“Yo, argentino”, el eslogan maldito que nos pinta de cuerpo entero

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MIENTRAS, EL PAÍS HACE AGUA POR DONDE SE LO MIRE
MIENTRAS, EL PAÍS HACE AGUA POR DONDE SE LO MIRE

Al comienzo de la primera guerra mundial, en el año 1914, la República Argentina se mantuvo neutral en ese grave conflicto.

 

Muchos de los argentinos más adinerados de esa época, tenían como meca poco menos que obligada, viajar a Europa en donde pasaban largas temporadas.

Sorprendidos por la guerra, ante cualquier problema con las autoridades de ambos bandos, nuestros conciudadanos exhibían el pasaporte, acompañado de la frase “…Yo argentino…” como para explicar que eran neutrales y prescindentes en el conflicto. Y

Así fue el inicio del conocido y popular axioma: “…Yo argentino…”, para significar que uno no quiere involucrarse o comprometerse en algún hecho que no nos afecta en forma directa.

No creo equivocarme en pensar que esta difundida expresión lamentablemente, refleja o comprende a una gran mayoría de los argentinos.

Es una de las formas más comunes para afirmar nuestra prescindencia del hecho, alejarnos de probables engorrosos y molestos problemas y desentendernos del asunto.

Pero lo expresado, que sin duda podría pertenecer al “gen” distintivo argentino, o simplemente a una de nuestras picardías, encierra una grave deficiencia de nuestra identidad: la poca solidaridad, el rehuir la responsabilidad o simplemente evitar enfrentar o escapar de los problemas.

En uno de los párrafos anteriores he expresado que el “…Yo argentino…” se utiliza en aquellos problemas que no nos afectan o atañen directamente y tratamos de mantenernos alejados de ellos.

Pero hay hechos que si bien no nos afectan directamente, indirectamente si nos afectan… y nos afectan fuertemente. Pese a ello, no reaccionamos de la misma manera que si nos afectase directamente.

Un claro ejemplo es la, casi suicida pasividad y permisividad ante las tropelías, desmanejo político y la escandaloso corrupción del gobierno.

¿Por qué no reaccionamos cuando las más altas autoridades del país, y muy particularmente la presidente, nos mienten descaradamente en la cara? ¿Cómo es posible que aguantemos mentiras y engaños escandalosos, uno tras otro, sin inmutarnos?

¿Como permitimos sin reaccionar que nos metan la mano en el bolsillo y que nuestros dineros sean dilapidados discrecionalmente, la mayoría de las veces en aspectos que no tienen nada que ver con el bien común?

¿Cómo es posible que soportemos la parodia de la justicia con más de mil presos políticos privados de los más elementales derechos constitucionales y la grosera impunidad ante delitos de extrema gravedad, como el reciente caso de la absolución de Menem en el caso del contrabando de armas?

¿Cómo nos aguantamos esta economía totalmente distorsionada por los enormes subsidios y los parámetros socios económicos falaces y mentirosos que nos informa el gobierno?

¿Cómo puede ser que nos resulte casi indiferente la utilización por el gobierno de la bandera de las “Madres de Plaza de Mayo”, para cubrir uno de los escándalos de lavado de dinero, narcotráfico y corrupción más importante de este ciclo democrático y en donde se ven envueltos varios funcionarios del gobierno, incluyendo a la misma presidente?

¿Cómo es que no pensamos que pasará en nuestro país cuando termine el viento de cola o Brasil desvalorice su moneda?

¿Habrá alguien que piense adonde nos llevará la inflación existente, con las reservas en baja, con los fondos de la AFJP y otras cajas agotadas y con un déficit fiscal creciente?

Pero no solo gran parte de la ciudadanía utiliza el “…Yo argentino…”. También lo hace cada vez más frecuentemente la presidente. Ante los cada vez más numerosos y graves escándalos que surgen casi diariamente, la siempre locuaz y dicharachera presidente, Cristina F. de Kirchner, pareciera que pierde el habla: no abre la boca, ni toca ni se refiere, al tema públicamente.

Se refugia en la Quinta de Olivos o en su reino particular en Calafate en un absoluto mutismo. La única interpretación que se le puede dar a esta huidiza conducta, es que indirectamente Cristina deja entender “no es mi culpa”, “no tengo nada que ver”, “no puedo hacer nada”. En definitiva “…Yo argentina…”.

Toda esta situación, casi increíble, no hace más que reafirmar lo expresado por un importante dirigente del sector agropecuario: mientras algunos argentinos puedan ver el programa de Tinelli, el futbol para todos y estén sumidos en la fiebre actual del festival consumista, todo lo demás es superfluo.

De los aproximadamente 30 millones de ciudadanos habilitados para votar en las últimas elecciones primarias, casi un 35 % votó a Cristina. Seguramente muchos la votaron por estar convencidos y conformes con su gestión gubernamental, pero también muchos siguieron la engañosa y falsa “zanahoria” del gobierno.

Para estos últimos, el porvenir de sus descendientes y el futuro de esta gran Nación, son secundarios y no tiene mayor importancia.

Para el 70% que no votó al oficialismo es difícil explicar la pasividad y mansedumbre semejante a una majada de corderos que van al matadero. Realmente no encuentro explicación racional

Para terminar esta lamentable descripción de cómo somos actualmente algunos argentinos, de cómo soportamos estoicamente, casi despreocupados y con cierta alegría, todos estos abusos y destrato del gobierno, quiero finalizar esta nota, con lo que expresó en televisión, días pasados, un prestigioso analista político: “Elevemos en un brindis, nuestras copas de champagne…y que siga la joda”.

 

Alfredo Raúl Weinstabl

 
 

17 comentarios Dejá tu comentario

  1. y..pero qué esperan? Hace un par de dias, escuché a un periodista de Clarin en la tele, "tratando" de comentar el aprete de Pocino a Shocky. Buscó tantas palabras para "insinuar" en vez de "decir", tantas volteretas lingüisticas...que al final...no se entendió un pito. La culpa la tienen los grandes medios, por miedo, o por plata, son un asco a la hora de informar, son artesanos en revolear la información como un panqueque para al fin de las cuentas..no informar nada. Insisto en lo que otras veces posteé. La mayoria de la gente no se entera. Los medios no tienen huevos, y como la mayoria de los argentinos, ....PODEROSO CABALLERO DON DINERO.

  2. HACE TIEMPO QUE ME HAGO LAS MISMAS PREGUNTAS Y NO ENCUENTRO RESPUESTAS. lA OPOSICIÓN? SON COMPLICES, SON CHANCHOS DEL MISMO CHIQUERO, DICEN Y APARENTAN UNA COSA PERO HACEN OTRA. SINO FÍJENSE LO QUE PASÓ CON MENEM. COMO VENGO DICIENDO DESDE HACE TIEMPO, NOSOTROS, EL PUEBLO QUE SE PREOCUPA POR EL FUTURO, TENEMOS QUE HACER ALGO. NO PODEMOS CONFIAR EN NADIE, EL GOBIERNO SE NOS BURLA EN LA CARA, LA OPOSICIÓN NO EXISTE, SOMOS NOSOTROS LOS QUE TENEMOS QUE MANIFESTARNOS COMO EN EL 2001. NO ESTOY INSITANDO A UN REVOLUCIÓN.

  3. Es como dice Carlos de Lanús, lamentablemente los más perjudicados son los que los votan! A excepción de los que manotean la "torta" y están como dice el final del artículo en plena joda! Pero lo llamativo es la indiferencia extrema hacia todo conque se está viviendo, y el mientras a mi no me pase reinando como nunca...bueno, de un Estado autista no se puede esperar que surja una sociedad muy diferente! Que Dios nos ampare!

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