La economía mundial parece complicarse cada día más y confirmar los malos augurios de una recesión.
Ahora, el revés para Alemania lo constituye la suba inesperada interanual de 3 puntos porcentuales del índice de precios al consumidor, cuando el proyectado estaba previsto por debajo de los 2,5 puntos.
El incremento inflacionario en ese país, una de las economías más sólidas de la Eurozona, inhibiría la medida prevista por el Banco Central Europeo de recortar las tasas de interés para incentivar el crecimiento económico.
La reducción de los tipos, había generado fuertes expectativas entre los empresarios de la región, que aguardan cuanto antes la implementación de políticas que les permitan trabajar en la reactivación económica.
Al conocerse el nivel alcanzado por la inflación en Alemania, ha acrecentado los temores a una nueva recesión, tal como se viviera varias décadas atrás.
Por su parte, Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, expresó que cabría la posibilidad de "riesgos bajistas" para la eurozona y que, no obstante ello, la institución prevé para 2012 una inflación inferior al 2%.
Sin embargo, es evidente que luego de dos años de fuerte crecimiento, el BCE está dando un discurso mucho más moderado que le allane el terreno a posibles próximas medidas de emergencia.
Por último, cabe acotar que el índice de desempleo registrado durante el pasado mes de agosto, mantuvo su variación respecto a julio, descendiendo de los 10 puntos porcentuales a solo los 10,2, lo cual indica que, a pesar del panorama poco alentador, las empresas aún no han comenzado con la política de despidos masivos de personal.
Nidia G. Osimani