Tuvo poco de casual la reciente instalación del nombre de la diputada nacional por la Capital Federal, Gabriela Michetti, como la casi segura apuesta del PRO para la provincia de Buenos Aires en la lógica de un armado político que apunta a 2015.

Suena a ciencia ficción, es verdad. Pero el macrismo, desde el mismo momento en que Mauricio Macri fue reelecto como jefe de Gobierno porteño, se ha puesto a trabajar con la mira en la próxima elección presidencial. Y un capítulo indispensable para poder pensar en que eso es algo más que una quimera, es la consolidación de un espacio relativamente serio en la principal provincia del país que hoy es bastión indiscutible del kirchnerismo.

El triunfo en Vicente López de Jorge Macri, el primo de Mauricio que terminó con años de hegemonía del radical K Enrique "Japonés" García, ayudó bastante para jugar con la idea de que el PRO aspira a ser más que un partido vecinal porteño. Pero ahora resta la construcción de una alternativa provincial.

El PRO asiste como testigo, acaso con cierto regocijo, al desmoronamiento paulatino del espacio que supo tejer el colorado Francisco De Narváez, un ex aliado.

Se autopropone el macrismo, en ese escenario de incipientes huidas, como uno de los dos polos posibles donde puedan aterrizar los arrepentidos del "coloradismo". El otro polo, claro, es directamente el peronismo oficial, el que en definitiva se denomina como "kirchnerismo".

Michetti nació en Laprida, pueblo apacible de la Provincia. Según la Constitución bonaerense, puede candidatearse a un cargo provincial. Tendrá ella que armar una eficaz explicación discursiva para contar porqué se acordó ahora de su raigambre bonaerense, luego de edificar toda una carrera política sobre la base de su militancia porteña.

Se impone la pregunta: ¿si pudo hacerlo Cristina Fernández en 2005, santacruceña por adopción y por años representante de ese distrito en el Congreso, por qué no podría Gabriela, que apenas se fue unos 400 kilómetros de su terruño?

Cualquier especialista en campañas políticas al que se consulte remarcará, ante la requisitoria periodística, que Michetti integra el pelotón de las cinco figuras con mejor imagen de la política nacional.

Y por eso es un "buen producto" electoral. Su desembarco está en marcha.

Por cierto, la casi segura mudanza de la diputada genera en el macrismo un frenesí por ver quién sucederá a Mauricio en la capital federal. Que es Horacio Rodríguez Larreta, un "obrero" de la gestión; que es Eugenia Vidal, la nueva vicejefa.

El joven Marco Peña, secretario general de la comuna capitalina, podría ser el bendecido, dicen los que saben. Como sea, Macri, digámoslo, mira mucho más allá de Michetti en Buenos Aires.

Le apunta al peronismo no kirchnerista que, hoy por hoy, es más bien una sombra luego del 54% de votos que obtuvo la Presidenta en octubre.

El intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, parece ser la punta de lanza. Se animó a pelearse con Cristina en la elección de octubre. Le ganó a los K, que pusieron recursos y presencias para destronarlo, y ahora mira a Macri como la opción posible para encabezar un proyecto nacional alternativo al kirchnerismo.

Mauricio, que puede ser un novato en la política pero no tiene un pelo de tonto, puso a un bonaerense para armar el esqueleto de su proyecto nacional, cuyo epicentro será justamente Buenos Aires.

Se trata de Emilio Monzó, pronto a asumir como su ministro político. Es muy probable que Michetti sea la primera candidata a diputada nacional en la lista legislativa del macrismo bonaerense en 2013. De ahí para abajo todo se discute, admiten las fuentes consultadas.

El otro peronista que es mirado con cariño por Macri es Sergio Massa, el alcalde de Tigre. Motivo: es, junto a Cariglino, de esos pocos que integran la lista negra de "no retornables" al kirchnerismo puro. El vicegobernador electo, Gabriel Mariotto, se está encargando de transmitir esa máxima entre los intendentes peronistas de la Provincia.

Massa reconoce cierto pasado ligado a una parte de lo que hoy se define como macrismo. Hace más de una década, él mismo, el mencionado Larreta y el ministro porteño Diego Santilli eran las jóvenes promesas del "orteguismo" (sí lector, cuando Palito Ortega era la promesa presidencial del menemismo), luego fusionados con Eduardo Duhalde en la perdida pelea contra la Alianza UCR-Frepaso. Año 1999

Pero antes de las definiciones sobre 2013, Macri ha dado instrucciones para tener una pequeña victoria "ya" en la Provincia. El ámbito: la Legislatura. Allí, el PRO peleará por quedarse con la vicepresidencia primera de la Cámara Baja, en base a la posible consolidación de un bloque de 12 diputados, entre los de PRO, los duhaldistas y los felipistas.

Casi seguramente será presidido por Marcelo Di Pasquale. Hasta diciembre el cargo de vice es de Jorge Macri, que lo dejará al asumir en Vicente López. Se menciona una definición entre dos: el pergaminense Orlando Yans y el platense Julio Garro.

Mariano Pérez de Eulate
NA