Luego de que se conocieran las insólitas amenazas de Guillermo Moreno para frenar el dólar y sus diálogos con empresarios dignos de una película de terror, esta vez el pánico que provoca el secretario de Comercio Interior lo sintieron en carne propia los directivos de Edesur.
Y es que según señala el sitio de la agencia NA, Guillermo Moreno fijó reuniones con las autoridades de las transportadoras de energía para explicarles —fiel a su estilo— los alcances y las pautas a fijarse por la quita de subsidios.
En una de esas reuniones se animó a indicarles a los empresarios: "Vengo de Edenor y la verdad que no quiero que ustedes me rompan las pelotas como lo hicieron allá. Yo les voy a decir lo que se va a hacer y ustedes tienen que acatarlo".
Sin embargo, uno de los directivos no tuvo mejor idea que poner algún "pero" y fue ahí que el secretario de Comercio Interior estalló en furia: "Si yo digo que esa puerta hay que pintarla de rojo, ustedes van como buenos boludos que son y la pintan de rojo. ¿Me entendieron?".
A su alrededor obviamente e encontraba su séquito de colaboradores, los llamados "Doce apóstoles", cuya última misión fue concretada en las casas de cambio de la City porteña con el objetivo de recriminarles a sus dueños la falta de control y obligarlos a cambiar su forma de proceder.
Lo insólito de asunto es que antes de irse de cada entidad financiera les decían por lo bajo a los atemorizados dueños de los locales: "cualquier duda o queja que tenga, llame acá que se lo van a explicar bien".
Lo que le entregaban con una mano al hombro no era más que una tarjeta con el número de celular que era ni más ni menos que del propio Guillermo Moreno. Quedó tan esclarecida la cuestión que el teléfono del secretario nunca sonó.
La violencia en las estrategias de Moreno son tan efectivas, que la propia Presidenta ya le buscó su próximo puesto luego de la asunción: la Afip
Equipo de Política de Tribuna de Periodistas