A comienzos de 2011 diario Libre, de Editorial Perfil, anunciaba su lanzamiento con bombos y platillos, contratando para ello a Agencia Madre mediante una original campaña. Este lunes, avisó a través de su cuenta de Twitter que desde febrero, el popular matutino pasará a imprimirse todos los días y será solo deportivo.

Hay que recordar que el primer número de Libre salió algo demorado y recién vio la luz en marzo del año pasado.

La línea editorial siempre fue de “corte popular” y se plantó junto a los dos matutinos que llevaban la delantera en ese ámbito: Diario Popular y Crónica.

No faltó mucho para que la etiqueta de “popular” se fuera consumiendo: Libre superó expectativas. Tantas que, casi al mismo tiempo, con el mismo precio ($2,50) y de manera sorpresiva, el Grupo Clarín lanzaba un matutino del mismo estilo: Muy. Sin embargo, ambos medios resultaron tener más diferencias que coincidencias.

“Libre aún antes de salir ya ayudó a la industria: generó un rediseño de Diario Popular, impulsó una renovación en Crónica y decidió a Clarín a sacar su propio medio de nicho”, había afirmado por ese entonces Darío Gallo, jefe de Redacción de Libre.

La apuesta de Libre resultó ser ambiciosa, sobre todo por arriesgarse al papel en plena era digital, sin embargo logró lo que muchos ni siquiera pudieron conseguir: que se hable de él casi diariamente.

También supo resolver la fórmula entre los medios de papel y sus respectivas ediciones digitales. Utilizó el sitio web de diario Perfil para mostrar a cuentagotas lo que plasmaba “el diario más rápido del país”. Esto incentivaba su venta y, al no haber rastros en la web de lo que hablaba la Argentina, muchas personas que jamás compraron un diario de papel de repente se vieron saliendo al kiosco de diarios y revistas a comprar Libre. La promoción diaria y la repercusión de sus artículos resultó ser un éxito, tanto que a los grandes medios ni siquiera les gustaba mencionarlo. “Un diario publicó tal cosa…”, “Salió tal otra en un medio”.

#LatapadeLibre se transformó en un hashtag de Twitter, y no era para menos; marcaban una indiscutible agenda.

“Sofía Gala Porro” fue el título de la tapa nro. 4 que conmocionó no solo al mundillo del espectáculo, sino a todo el país. Tres palabras, ni un solo verbo y una nueva manera de titular trajeron otro hashtag de uso diario #TitulocomoLibre, con el cada tuitero jugó a ser editor de su propia vida titulando los acontecimientos al mejor estilo Libre.

¿Hace falta referirse al escándalo que provocó la tapa de Hebe de Bonafini disfrazada de bruja y Sergio Schoklender de sacerdote durante una fiesta de disfraces?

¿Es necesario recordar la polémica que generó la portada del 1 de septiembre de 2011, luego del asesinato de la niña Candela Rodríguez? Para nada, “Hijos de Puta” fue el título de la bronca de todos los argentinos al momento de enterarnos de su muerte.

Sin embargo, es obligatorio discutir porqué se criticó tanto a Libre por la investigación del prostíbulo funcionando en un departamento del juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni. El letrado alegó “persecución periodística”, denostó al periodismo amarillista y jamás dio explicación alguna, a medida que más y más departamentos iban conociéndose.

Para ese entonces ya Libre dejaba de ser un diario “popular” para convertirse en un medio que popularizaba sus tapas y, tal vez sin quererlo, logró parecerse más a los entrañables comienzos de Página/12 que a Diario Popular.

Y es que, en una de sus últimas portadas —la referente al departamento de 9 millones de pesos adquirido por la Presidenta en Puerto Madero—, Libre demostró que mientras su redacción “amarilla” de 30 periodistas publicaba primicias, los grandes medios se bombardeaban entre ellos en una guerra de primeras planas blanquecinas.

“Unos tiraban tapas blancas, otros chupaban medias oficialistas en tapa, nosotros quisimos hacer un periodismo distinto”, le indicó a esta periodista Pablo Javier Blanco, editor de Política de ese matutino. Vaya si lo lograron.

Según contó el propio Darío Gallo a Tribuna de Periodistas, las razones de este cambio rotundo de Libre se debe a decisiones comerciales de la empresa. “De los 30 periodistas de la redacción, 10 son de deportes que pasarán al nuevo formato, otros pasan a distintos medios de Perfil o a nuevos proyectos”, expresó Gallo a este medio.

Lo cierto es que según otras fuentes del diario, una de las razones para tal rotundo giro de la línea editorial es que el Grupo Clarín habría venido presionando a anunciantes con el objetivo de ahogar a Libre financieramente a través de las pautas comerciales, sumado por supuesto a la dificultad que tienen los medios críticos para conseguir publicidad estatal.

Sin embargo, Gallo aseguró desconocer esa teoría y explicó que esas “dediciones comerciales” están relacionadas más bien a presiones externas que impidieron que el diario se lanzara a $ 1.

El nombre elegido, “Libre”, no solo fue un homenaje al Libèration de Jean Paul Sartre, fue un claro mensaje de la cruda libertad con la que se tratarían las noticias. “Los medios de Editorial Perfil, si bien dependen de este, son muy diferentes entre sí”, aseguró un reconocido periodista que conoce el ambiente como pocos. “Libre nació con el objetivo de publicar todo aquello que ni Noticias, ni diario Perfil, ni Perfil.com publicarían. Gallo anunció que las notas de Libre de actualidad dura saldrán en otros medios de Perfil, pero sinceramente lo dudo”, aseguró.

Es cierto, Libre no cierra, pasa a ser deportivo, pero deja un espacio tan vacío en el periodismo como el criterio de quienes pensaron que lo que se hacía allí era amarillista.

Eliana Toro
Twitter: @toroeliana