Este miércoles diario Clarín publicó una serie de fotos inéditas de Nora Dalmasso y su marido, Marcelo Macarrón, las cuales aportarían pistas clave sobre el caso judicial de marras, vinculando el crimen aún no resuelto de la mujer a un móvil económico que dejó a la mujer en medio de una trama de lavado de dinero, algo que Tribuna de Periodistas ya había indicado en 2007, a través de varias investigaciones.
Las fotos publicadas en el matutino muestran al matrimonio cordobés posando en las Islas Vírgenes durante 2003, uno de los paraísos fiscales más importantes del Caribe.
En las imágenes, que aún no forman parte de la causa, aparece el jordano Nushine Hosseini —dueño de la mansión donde fueron tomadas— y “El Francés” Miguel Rorher, su esposa, Valeria, y otros amigos riocuartenses de Nora Dalmasso y Marcelo Macarrón.
Rorher es el representante en la Argentina de la empresa de Hosseini, dedicada a Recursos Humanos y Reclutamiento de Personal de Del Monte, una megafirma frutihortícola con sede en Miami.
La trama y el revés
“Macarrón sabía que Norita le era infiel, era parte de juego de su matrimonio. El problema era otro y tenía que ver con el pedido de divorcio que ella le había efectuado días atrás. ‘Me quiero divorciar’, le dijo sin medias tintas. ‘Primero tenemos que arreglar algunas cosas, no olvides que lo que tenemos no nos pertenece por completo’, contestó Macarrón, refiriéndose a algunos bienes que, si bien estaban a nombre de él, pertenecían a terceras personas. ‘No hay nada que arreglar, son bienes gananciales y el 50 por ciento es mío’, dijo ella cortando la conversación y amenazando con contar todo ‘lo que sabía’. La tranquilidad que solía caracterizar a Macarrón desapareció por completo en ese mismo instante. Sabía muy bien de qué le hablaba su mujer y si la amenaza se cumplía sería el comienzo de un tembladeral para varios políticos y empresarios de primer nivel de Córdoba”, señala la investigación de Christian Sanz publicada un año después de la muerte de Dalmasso.
Nora Dalmasso fue encontrada asesinada la tarde del domingo 26 de noviembre de 2006. Yacía desnuda en el dormitorio de su hija, en la casona del barrio Villa Golf ubicada en la calle 5 número 627, de Río Cuarto, a 230 kilómetros al sur de la capital provincial.
Según el resultado de la autopsia, el asesino habría dejado marcas de sus dedos en el cuello de la mujer, a quien asfixió por compresión manual, además de haberla estrangulado con el lazo de su bata.
Las primeras hipótesis apuntaron a un supuesto juego sexual que se le habría ido de las manos al asesino, pero luego se confirmó que se trataron de teorías con el fin de distraer a los medios de prensa. Pero la verdad era más compleja: el pedido de divorcio de “Norita” y su posterior separación de bienes habría de causar un gran dolor de cabeza a no pocos poderosos de la provincia de Córdoba. Es que Macarrón era testaferro de, al menos, tres personajes muy importantes: el gobernador José Manuel De la Sota, el oscuro abogado Daniel Lacase y el empresario Miguel Rohrer.
Adriana Nazario, parte del círculo íntimo al que pertenecía Dalmasso y esposa de De la Sota, habría sido la que aconsejó al gobernador cordobés para que pusiera algunos de sus bienes a nombre de Macarrón. No sería el primero, De la Sota “justifica” su tremenda fortuna a través de 100 testaferros, según aseguró a Tribuna una fuente de confianza con De la Sota.
Daniel Lacase, ex vocero de Macarrón —que en sus declaraciones solía hablar más de la cuenta, y es por eso que el viudo lo separó de su función— fue íntimo de De la Sota y eyectado de su cargo en los Tribunales de Río Cuarto. Lacase fue apañado por el entonces presidente Carlos Menem para asumir en la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico de la Nación, siendo "la mano derecha del gran corrupto 'Chiche' Aráoz, llamando poderosamente la atención por su enriquecimiento desmesurado a partir de ese momento.
El día que se descubrió el fallecido cuerpo de Nora Dalmasso, uno de los primeros en llegar al lugar fue el párroco Jorge Felizzia, hijo de un conocido martillero de Río Cuarto y también cercano al sospechoso Lacase. Felizzia borró ese día eventuales pruebas de la escena del crimen con la inocente excusa de haber querido cubrir el cuerpo de la asesinada Dalmasso y "moderar" el violento escenario del hecho.
Miguel Rorher aparece más de una vez en el expediente y desde la familia de la víctima se lo sindicó como su amante, si bien él no negó rotundamente, reconoció la relación cercana al matrimonio.
Rohrer, empresario al frente de Del Monte Fresh Produce —y cuyo abogado de la firma es casualmente Daniel Lacase—es señalado por diversas fuentes como un poderoso comerciante de estupefacientes y probado organizador de “fiestas negras” entre miembros de la burguesía cordobesa.
Los viajes de Dalmasso y Macarrón a las Islas Vírgenes, las propiedades en exclusivos barrios privados cordobeses y la cara educación privada de sus dos hijos no explicaban cómo esta familia de clase media podía darse ese tipo de gustos que el sueldo de Macarrón ($6.000) y de su mujer ($456) no podían justificar.
Pese al nerviosismo de estos tres personajes luego de asesinato de Norita y de las fotos junto a poderosos empresarios, en más de cinco años de investigación, el fiscal a cargo de la causa no pudo encontrar ni una prueba que apunte la existencia en la Argentina de dineros ocultos del matrimonio. Mientras, el caso sigue impune.
José María González