La 38º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (19 de abril – 7 de mayo de 2012 en
Ladislao conceptualiza sus dos libros: “El Homo sublimis: una dura crítica al estado de cosas en el mundo de ahora y de siempre, con el autotitulado "rey de la creación", el hombre, como principal actor, causante y víctima a la vez de la historia por él protagonizada, en el escenario de un planeta del sistema solar, llamado Tierra, con todos sus aciertos y desatinos. Proponiendo un cambio radical de la especie sapiens, para el bien de todos en un futuro ideal". “El temible sueño eterno, un tratado del óbito y el interrogante: ¿liberación optimista o un tránsito hacia la nada?
A continuación, el impacto del pensamiento racionalista del escritor. Dos consuetudinarios lectores de Vadas, nos aportan su valioso testimonio:
“Conocer a Ladislao, me permitió saber que en nuestro país (una sociedad mayoritariamente por tradición, católica —a pesar de no cumplir con los preceptos que dicha religión impone— no soy el único que apoya la visión escéptica de todo tipo de creencias.
Leer sus artículos y libros me permitió convertirme en un ateo militante y empezar a compartir mi visión no sólo en este medio, sino también en otros foros de Internet (tanto ateos como cristianos). Porque es probable que no logre cambiar la visión de todos los que creen sin ningún tipo de evidencias. Pero me basta con saber que quizás, en algunas personas, puedo sembrar la semilla de la duda”. (Alejandro Paiz Meschler).
El segundo relato, de interpelación histórica, revela el antes y el después del estado de salud escéptica. Bajo el catafórico título “la mentira de lo sobrenatural”,
Enrique Brain sentencia: “Provengo de una familia católica. Mi madre hasta los 15 años me llevaba a la iglesia todos los domingos. Pasados los 20 años, empezaron a no cerrarme acontecimientos que no podía explicarme racionalmente, como la fantástica concepción de Jesús, sus milagros, su resurrección, el cielo y el infierno, los ángeles e infinidad de cosas sobrenaturales más. Hasta que afortunadamente, llegaron a mis manos una serie de textos de Ladislao Vadas, que me sacaron científicamente de mi nebulosa. Básicamente tres libros de este gran pensador: “Cómo me convertí en ateo”, “El origen de las creencias”, y “Razonamientos ateos”. Disipando todas mis dudas con fundamentos científicos: Dios es una creación humana, inventado para la sobrevivencia del hombre y evitar la extinción de la especie. Dejé de lado todo lo “sobrenatural” y me convertí en un nuevo hombre. Gracias a Ladislao Vadas, puedo decir —como Jorge Luis Borges— que “la teología es una de las ramas de la literatura de ficción”.
Un Ladislao Vadas “recargado” en
Gustavo Contarelli
Más info: http://www.el-libro.org.ar/
Texto / Foto: G.C. / Tribuna de Periodistas ©