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Tenemos que hablar de Kevin

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ALARMA EN UN COLEGIO: LA SIMIENTE DEL MAL ACECHA
ALARMA EN UN COLEGIO: LA SIMIENTE DEL MAL ACECHA

Ficha técnica:

 

Título para Latinoamérica: Tenemos que hablar de Kevin.

Título original: We need to talk about Kevin.

Dirección: Lynne Ramsay

Guión: Lynne Ramsay y Rory Kinnear; basado en la novela de Lionel Shriver.

Género: Drama – Apta para mayores de 18 años.

Reparto: Tilda Swinton (Eva), John C. Reilly (Franklin), Ezra Miller (Kevin adolescente), Siobhan Fallon (Wanda), Ursula Parker (Lucy), Jasper Newell (Kevin, 6-8 años), Rocky Duer (Kevin, niño).

Producción: Jennifer Fox, Luc Roeg y Robert Salerno.

Montaje: Joe Bini - Distribuidora: Vértigo Films.

Música: Jonny Greenwood - Fotografía: Seamus McGarvey.

País: Reino Unido /EE.UU. - Año: 2011 - Duración: 112 min. – Estreno Argentina: 04 /2012

 La maternidad no es tan bucólica como lo pintan los anuncios de pañales para bebés. A veces, viene cargada de un engendro como Kevin. El terror doméstico, la familia disfuncional y la tensión social, hacen de este film un buen producto estético.

Tenemos que hablar de Kevin, narra la historia de Eva (Tilda Swinton). Una mujer en apariencia satisfecha con la suerte de su vida. Posee un andar seguro y burgués que contagia todo a su alrededor. Vive con su pareja Franklin (John C. Reilly), fotógrafo y publicista. Al tiempo, optan por ser padres. Algo indeciso al comienzo, y al final llega Kevin. Y un mundo de sinsabores irrumpe en su hogar.

Una inteligente adaptación cinematográfica de la novela homónima de Lionel Shriver. Bien entendida por la directora escocesa Lynne Ramsay. Comprendiendo con suficiencia los cambios en los dispositivos del lenguaje de un soporte a otro. Enriqueciéndolo con dúctiles planos, música acorde, en un juego de montajes alternos, que entretienen al espectador. Coquetea genéricamente con el thriller, mientras la solidez de los protagónicos adecuados hace el resto.

 Tilda Swinton, nos ofrece su madurez profesional y su natural efecto hipnótico en la pantalla grande. De mirada profunda (de ojos claros penetrantes), la agudeza de un rostro fuerte, inyecta tensión a la dramaturgia. No obstante, quedó en el camino un guión algo esquivo: por falta de exploración de los perfiles psicológicos, tanto de Kevin (un criminal serial), como su madre, la contenedora de un drama familiar sin respuestas. Prescindiendo de los contextos criminológicos y psicológicos actuales. Una falta de interacción, una cara pérdida de punch en el relato.

 Si en Elephant (de Gus Van Sant, 2003), hay una recreación minimalista de la matanza perpetrada por dos adolescentes en el Instituto Columbine, la obra de Ramsay, cuestiona y apela al contexto familiar que lleva a un adolescente (Kevin), a cometer un crimen de estas características.

 Para analizar el presente film, hay que tener en cuenta los distintos momentos en que se narran los hechos. Hay un Kevin niño, uno de 6 / 7 años, y otro adolescente. Articulados por montajes alternos, el sentido del drama se corporiza mediante flash backs (escenas retrospectivas). En síntesis: vemos al niño Kevin (primero), y al joven (luego), ingresado en prisión tras haber cometido una masacre en su escuela. Y en otro plano - su madre Eva-, hurgando en su memoria intenta superar y entender su culpa de lo sucedido.

 Se podrá alegar que la violencia estudiantil, es moneda corriente en Estados Unidos. Una triste realidad que circunda todos los años, que la prensa se encarga de difundir. Pero este caso hay una diferencia. El tándem protagónico y las consecuencias del acto ominoso: el criminal y su madre. Y la anatomía de ambos personajes, lo más profundo posible.

 La tensión de la pantalla grande, va llevando a Eva a la pregunta siempre obligada: ¿por qué? Sólo cuestiona una vez. Siendo el instante de más profundidad y dramatismo escénico. ¿Se pudo haber evitado? ¿Qué grado de culpa /complicidad / responsabilidad, tiene su madre, y su padre (una figura casi ausente)?

 Se sabe que con la aparición del hijo deseado, se rompe la relación idílica del matrimonio fundante. Y con ello, la postal de una familia feliz burguesa. Pero a la vez que es un retrato del hijo, también lo es de la madre. De su salud mental.

 Montada en una estética barroca y obsesiva, el guion corporiza elipsis temporales en la narración. Con ritmo no lineal, se observa lo inevitable de un final anunciado. Se ha despojado la alteridad para ceñirse a la visión del protagónico femenino. Su óptica es lo que retrata la lente de la cámara. La tragedia en clave femenina. ¿Un acierto?

 

  Gustavo Contarelli

Puntaje del film: 4 Tribunas

Puntaje actor protagónico: Tilda Swinton (Eva) 5 Tribunas

Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima

 

3 comentarios Dejá tu comentario

  1. Muy interesante la historia. Diferente a lo visto hasta ahora. Una se queda pensando quién es el cujlpable de los hechos. Mercedes

  2. Muy buena película de esas que te dejan pensando mas allá de quien es el responsable plantea un gran dilema de si las psicosis son heredadas o adquiridas El disparador de la locura del hijo y la pregunta final de la madre imperdibles Me gustó , las actuaciones de la madre y el hijo excelente s

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