Las negociaciones por una actualización de salarios que llevan adelante distintos sindicatos, entrarán esta semana en un período clave de definiciones, en medio de las tensiones entre el Gobierno y sectores de la CGT. En tal sentido, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y las cámaras empresarias del sector retomarán el martes próximo las negociaciones por un aumento.
Debe decirse que las demandas paritarias de aumentos salariales del orden del 30% son coherentes con el objetivo de proteger las remuneraciones del proceso inflacionario, sin embargo son inconsistentes con el equilibrio macroeconómico.
"A diferencia de lo ocurrido en años anteriores, las paritarias encuentran hoy muchas dificultades. En varios e importantes sectores de la economía se observa que luego de varias rondas de negociaciones las posiciones aparecen casi inconciliables", asegura un informe de consultora IDESA dado a conocer este domingo.
¿Cuál es la razón por la cual en años anteriores las negociaciones eran simples y fluidas mientras que en la actualidad se muestran estacadas y difíciles de conciliar? Para responder resulta ilustrativo analizar la evolución de los costos laborales (salario bruto más 28% de contribuciones patronales) medidos en monedas de otros países. Con datos del Ministerio de Economía y los institutos de estadísticas de EEUU y Brasil se observa que:
· El costo laboral en dólares (corregido por inflación mayorista de EEUU) era de U$S 521 en el año 2002 y de U$S 1.689 en el año 2011.
· El costo laboral en reales brasileños (corregido por inflación mayorista de Brasil) era de R$ 2.302 en el año 2002 y de R$ 2.837 en el año 2011.
· Comparados con el promedio 1996-2001, los costos laborales argentinos son un 8% más alto en dólares aunque un 47% más bajo en reales brasileños.
Con todo, la etapa del “crecimiento fácil” luego de la gran licuación de costos que produjo la devaluación del año 2002 ha finalizado. Con costos laborales que tiende a superar los niveles de la convertibilidad se hacen explícitas las consecuencias de no haber aprovechado este período de bonanza para tomar medidas que generen mejoras genuinas en la productividad de las empresas y la competitividad de la economía.
Hacé clic acá para descargar el informe completo en PDF
José María González