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Ocupación de terrenos e indiferencia, única política oficial en materia de viviendas

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LA CLASE OBRERA ESPERA QUE NO LE DEN LA ESPALDA, SINO UN CRÉDITO PÚBLICO
LA CLASE OBRERA ESPERA QUE NO LE DEN LA ESPALDA, SINO UN CRÉDITO PÚBLICO

Según el diario filo-sciolista provincial “La Tecla”, que se dedica especialmente a difundir noticias de carácter local y municipal de la extendida provincia de Buenos Aires, una nueva ocupación de tierras se viene desarrollando en los pagos bonaerenses (una más, y van…), esta vez en la Localidad de Baradero

 

Según el cable reproducido, el intendente interino, Leonardo Peris —Aldo Carossi se encuentra de licencia tras una operación a la que fue sometido tiempo atrás— procedió a radicar la respectiva denuncia de la comisaría por usurpación ante los Tribunales y Fiscalía respectiva.

Hechos de este tipo no son otra cosa que un hilo de continuidad, en una provincia inviable, que siendo productiva ha decidido desde hace bastante delegar en la nación su capacidad impositiva sobre la producción, sin recibir la correspondencia en coparticipación, porque recibe mucho menos de lo que produce como el resto de la denominada “zona centro”; y por lo cual acude, como se vio esta semana, a una legislación tributaria regresiva, casi expropiatoria, sobre bienes, capitales —recordar que se gravaron recientemente las sucesiones— automotores y fundos urbanos.

El gobierno nacional sigue la lógica de las últimas décadas: acopiar los tributos federales para hacer “caja” y pago de la deuda, sumado a reservas y necesidades políticas. Las provincias y municipios viven desfinanciados y abandonando las políticas sociales, que solo son coto de caza de la propaganda a través de la escasa y caprichosa obra pública a la medida de las necesidades de la Casa Rosada. Una historia vieja que hace arrastrar los viejos problemas, de los que no nos podemos desembarazar en los últimos 40 años.

 

La provincia de Buenos Aires, ¿es inviable?

 

A pesar de la constante onerosidad que implica vivir en Buenos Aires, los habitantes de la provincia no logran dar el “target” acorde a los tributos que pagan: soportan a la bonaerense, una mafia con uniforme que a la postre resulta ser un conglomerado armado y poco controlado, que hace sus pingües negocios a diario, liberando zonas y manejando a destajo el delito. Siempre purgada, su enormidad y descontrol resulta, valga la paradoja, una de las hipótesis de conflicto —junto con el poder de la Federal a la par— de la máxima cúpula ministerial en materia seguridad. Aunque cueste creer, la prioridad en materia de seguridad interior son las mismas fuerzas que deberían administrar… desde el mismo Estado.

El mismo cuadro se nota en la llamada administración provincial y municipal —burocratizada, con altas tasas para cualquier simple trámite, que encima son lentísimos, propios del siglo XIX y no el que se vive—.

El maltrato al trabajador bonaerense empieza en un pseudo “Instituto IOMA” que configura casi una incautación de fondos (aportes) a cambio de casi nada, toda vez que la más humilde de las obras sociales sindicales presta un servicio de salud muy superior al engendro IOMA. El sistema Sanatorial es, además de escaso e insuficiente, dependiente del esquema nacional, y de más está decir que los habitantes del conurbano —como de otras provincias y países limítrofes— deben acudir al Sistema Nacional de Salud y al de la Ciudad de Buenos Aires, siendo el Hospital de Niños Garrahan un acabado ejemplo de ello.

Los servicios municipales, son verdaderas cajas políticas de los denominados “barones del conurbano”; son cuevas del “aguante” del PJ territorial profundo, ello en la mayoría de los 19 distritos, donde se asienta casi el 75% de la población, lógicamente, así funciona. Punto aparte para el sistema de educación pública —hoy resumido a educación para pobres que no pueden acceder a otra cosa— diezmado desde lo material y vocacional, ni siquiera logra muchas veces completar su cuadro, atento en muchas zonas inseguras del conurbano bonaerense se hallan sin docentes.

Los pocos que hay no son capacitados convenientemente y, como dejó entrever alguna vez Marta Maffei —en sus épocas en el ARI—, un docente hoy es una especie de trabajador social que sirve meriendas y almuerzos, mata piojos y evita que los niños marginales se maten entre sí, dentro o fuera de la escuela, cosa para la que no está capacitado y rol en el cual el Estado lo coloca.

En dicho cuadro social de desastre, encima, se avecina una nueva interna del PJ, que decidirá los futuros mandatarios no solo locales, sino nacionales, atento su enorme peso electoral.

Pavada de bomba a desarmar.

 

No hay vivienda: prioridad también por higiene, salud, educación y seguridad

 

 Como se ha explicado en una reciente nota publicada en Tribuna de Periodistas, el tema de la inaccesibilidad de la vivienda a reconfigurado social y demográficamente nuestro país “… La denominada clase media ha dejado de ser propietaria y con capacidad de ahorro, para transformarse en una clase de transferencia de recursos hacia el sistema productivo, o sea, una clase que consume, pero con detenta bienes ni ahorra. Tampoco se ha podido sostener un programa de desarrollo de la vivienda, aún más, se ha reducido a menos de 1/3 parte de la relación necesidad de vivienda x habitante, ello, respecto a las décadas del peronismo real (años 40 y 50) y aún hasta los años 70, en donde el promedio de vivienda popular construido, si bien era insuficiente, rondaba la relación de 1 vivienda cada 75 habitantes, y en la actualidad —aún con Fonavi y otros planes sociales— ronda el de 1 vivienda cada 102 habitantes. En consecuencia, bajo el disfraz de la tolerancia, se ha permitido, y aún promovido indirectamente, la toma de tierras, poniendo de paso en discusión, gratis más que barato, el derecho de propiedad, otra patadita bolivariana por debajo de la mesa, a la alicaída cultura argentina. La toma de tierras, quizá sea el medio más inmoral de encarar el problema de la falta de vivienda, al mismo tiempo, que la desinversión en sistema de sanidad e higiene…”

Nada ha cambiado, para bien, en materia de vivienda, desde los peores índices arrojados en el 2001 por el Censo, en este rubro es mucho más difícil “dibujar” los números, y, eventualmente, los retoques o pequeñas modificaciones reales positivas de los sectores populares no logran conmover la situación de precariedad de vivienda, que en la provincia, arroja un índice 1/5, esto es, de cada 100 habitantes, 20 vive en una casa precaria, en una villa o en un asentamiento, no alcanzando un nivel decente aún ganando más es un marginado con algo más en el bolsillo, pero que no logra romper su condición de excluido

En definitiva, se arriba a las siguientes conclusiones primarias:

1) Los eventuales “crecimientos sin desarrollo” han logrado conmover la estructura permanente de atraso y no-movilidad social que se viene desarrollando en materia de vivienda desde 1976 a la fecha. Creer esto es neo-liberalismo, tan criticado y tan adoptado por los gobernantes de los últimos 20 años.

2) Se deben retomar todos los planes existentes a comienzo de la década del 70 —y antes también— adaptados a la era y las tecnologías constructivas actuales. Gente viviendo en villas es un problema para sí mismo y para la clase media, que paga alquileres o precios de propiedades excesivos por viviendas que no lo valen.

3) Se debe reestatizar el Banco Hipotecario o crear uno nuevo con los mismos fondos y fines con que contaba aquel antes de ser privatizado por el menemato, relanzar el Fonavi y poner a éste a realizar un plan global de desarrollo urbano, a 30 o más años que implique, tanto en Buenos Aires como en las principales ciudades del interior (donde existe el problema habitacional mayor y de resolución más difícil). Fundar nuevos conglomerados o pueblos satélites, en los que se redimensione el hábitat, la situación eco-ambiental, el transporte y los demás servicios públicos que el estado ha abandonado, estado que como dijimos, se jacta de no responder a los “malditos 90”, mientras profundiza todos sus males. Perversidades del relato existente.

4) Controlar los capitales delictivos, lavado de dinero y droga que financian las grandes obras de oficinas y grandes holdings, a donde se esconden estos capitales. La AFIP debe investigar a estos pulpos, y no, como hace hoy, a un empleado que quiere comprar doscientos dólares.

Estas firmas, inescrupulosas, acopian capitales mal habidos y los recursos financieros y físicos, produciendo una suba de manera inusitada los costos de la construcción, como hemos visto se produjo estos últimos años, orientándose a las utilidades marginales que pagan los delincuentes del lavado.

Una Ciudad de Buenos Aires demolida, hacinada, sobre construida, parece asfixiarse ante la pasividad complaciente de los funcionarios que hacen las gorda vista, en el mejor de los casos, y es la mejor prueba de un país en crisis en donde los inmuebles (último lugar de refugio frente a una moneda que nadie quiere, el peso argentino) aparecen aún muy sobrevaluados como una especie de “Caja de Ahorros de Cemento Armado”

5) Solo la oferta de inmuebles en cantidad, funcionalidad, regionalidad y financiabilidad, esto, fuera de la lógica del mercado financiero” (algo opuesto al pensamiento usurero kirchnerista, si lo hay) logrará los siguientes efectos beneficiosos a mediano plazo:

I) Descenso de los costes de construcción. II) Descenso de los precios de los alquileres. III) Aumento de los bienes lindantes a los emprendimientos urbanos, carreteros, de saneamiento, etc. en beneficio de los que allí posean ya bienes, su progreso. IV) Descenso de los precios de las unidades usadas. e) Detención en el crecimiento geométrico de la demografía en villas. V) Acceso de los sectores asalariados (y sus familias) a una vivienda y el beneficio, para dicho sector, del descenso de la desocupación (real no mentido) VI) Elevación real del nivel de oportunidades (ascenso social) de quienes accedan a una vivienda decente. VII) Elevación de la condiciones sanitarias y de medio ambiente de los niños y adolecentes. g) Elevación del nivel de aprendizaje de los educandos que cuentan con condiciones familiares mejores. VIII) Mejor inserción social del grupo familiar. IX) Descenso de los niveles de violencia por razones económicas y urbanísticas, si se acompaña con medidas de seguridad acordes a un mínimo deseable. X) Mejoramiento de las posibilidades laborales de las personas que salgan de la marginalidad a través de la vivienda y de su contexto urbano. XI) Mayor recaudación fiscal por los metros construidos. XII) Menor presión sobre provincias y municipios respecto de conflictos sociales.

Pretender seguir mintiéndole a la población, que en su introspección sabe muy bien qué es tan o más pobre que en 2001, dado el avance del desgobierno, el gasto público innecesario y la inflación, no es otra cosa que escupir para arriba y, a la larga, vuelve.

Un plan social paliativo solo hunde al marginado en la marginación, si es un subsidio a un empresario, le engorda el bolsillo y empeora el servicio o bien que preste o produzca, y al trabajador, en definitiva el que produce la riqueza, le termina dando la espalda, haciéndole pagar los costos de la inflación inevitable que trae aparejada por todo el despilfarro de presupuesto actual y las exenciones públicas practicadas por el Ejecutivo nacional, mal llamadas “impresión descontrolada de moneda”.

No se ve que en los últimos nueve años se hayan emprendido las políticas sociales reales que se señalan y que logran de manera real (no relatada) sacar a las clases trabajadoras atrasadas y a las postergadas de su letargo productivo, social y humano

Así estamos.

 

José Terenzio

 

5 comentarios Dejá tu comentario

  1. Va de la mano con el nefasto plan de eludir la propiedad privada del fondo de las almas de todos estos hdp que nos gobiernan. Por supuesto que si hubiesen ido a intrusarse en el hotel de la emperatrízz orate los hubiesen sacado a los tiros. Habría que avisarles a los de la villa 31, que sin moverse casi de barrio, tienen 2 departamentos de la loka ladrona en puerto Madero

  2. A mi me tomaron un terreno en la plata voy a hacer la denuncia penal, estaba esperando lso papeles de sucesión para que tenga más peso. pero es verad lo que dice la nota.

  3. 100 x ciento cierto, toda la nota. Sin salud pública, sin educación, sin seguridad. Los municipios son antros de ladrones con humos de políticos en escenso.Los únicos beneficiados los parásitos planeros que viven de arriba sin pagar ni servicios ni impuestos de ningún tipo. A los laburantes nos aprietan diariamente con aumentos de tarifas e impuestos mientras los chorros y narcos invaden tranquilamente nuestras calles.

  4. A la falta de salud pública, educación y seguridad hay que sumarle FALTA DE CONTROL DE NATALIDAD, ya no hay excusa que valga para no hablar de este tema, sobre todo en zonas superpobladas, donde llegan inmigrantes de provincias con gobernadores poco creativos para contener a su gente, y de países limítrofes, ante la falta de control en las fronteras. Ausencia de gobierno. Y esto va creciendo, no se cual será el límite , si lo hay.

  5. En una época la gente trabajaba, quizás mas de lo debido, ahorraba, se privaba, tan solo para criar los hijos, darles una educación superior a la que ellos tuvieron, dirán era otro País, pero con gran esfuerzo y sin pretender vivir en el radio de Capital Federal, muchos buscaban un terreno al que pudieran acceder en el conurbano bonaerense y construían su vivienda sin exigencias imposibles, así lo hizo mi viejo, igual lo hice yo, también mi hermano y muchas personas que conozco. Claro personas normales, que hacen de su esfuerzo un modo de vida, pues bien no soy el único seguramente que veo en diarios y T.V. a grupos de compatriotas usurpando y demandando que el gobierno les de una vivienda digna, cortando calles, quemando gomas, prepoteando a los que tratan de circular por las calles y rutas del Pais, pero ademas veo a los hermanos sudamericanos establecidos en nuestra tierra, reclamar por derechos que ni tenemos los nativos en el territorio Nacional, esos derechos Constitucionales algunos, son exigidos por los extranjeros que viviendo en villas y asentamientos no se conforman con su destino de pobreza, la Política los utiliza y les provee planes, asistencia educacional, salud en los hospitales que nosotros sostenemos, con los impuestos claro, mientras ellos los vecinos los evaden, usufructúan la energía enganchados, el agua, cable y nadie los persigue, no se controla su ingreso y salida del País, ni si trabajan de manera regular, no por casualidad los barrios de emergencia, villas miseria, asentamientos precarios, barrios pobres desde luego son reducto de malvivientes que al amparo del silencio cómplice de los vecinos del lugar tienen en esa precariedad una cobertura para sus actividades delincuenciales, sera que yo solo lo veo, en una Nación permanentemente en crisis económica y política, las necesidades básicas deben ser la prioridad del Estado, no creo que el Estado pueda satisfacer el déficit habitacional de la ciudadanía, menos de quienes ni siquiera son Argentinos, para ello que reclamen en su Patria que es en definitiva donde los discriminan.

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