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Aseguran que Londres envía un submarino nuclear a las Malvinas

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GRAN BRETAÑA DICE QUE ES PARA "VIGILAR" LA ZONA
GRAN BRETAÑA DICE QUE ES PARA "VIGILAR" LA ZONA

En medio de las denuncias de Argentina por la militarización del Atlántico Sur, Gran Bretaña enviará el mes próximo un poderoso submarino nuclear a las Islas Malvinas para "vigilar" la zona.

 

Así lo publicó el diario británico The Sun, que también detalló que se trata del HMS Talent, que recibió un permiso nuclear para atracar en Sudáfrica entre el 10 y el 30 de mayo.

Según está previsto, la nave arribará a la zona de las islas el 14 de junio, una fecha que no es casual, ya que se cumplirán 30 años del desembarco británico que puso fin al conflicto bélico de 1982.

El submarino, que está equipado con misiles Tomahawk y torpedos Spearfish, se encuentra ahora en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, y desde allí partirá hacia las Malvinas en los próximos días.

"Se hicieron los preparativos finales en Sudáfrica antes del despliegue (del submarino nuclear) al Atlántico Sur", precisó una fuente del Ministerio de Defensa británico citada por el diario inglés. "El submarino patrullará las aguas de las Malvinas y mantendrá la vigilancia. Para eso se construyó, para proteger los intereses británicos", destacó.

En tanto, la fuente desafió: "Hay mucho discurso sobre las Falkland, pero sólo una nación en este conflicto cuenta con submarinos nucleares". "Su presencia en el Atlántico Sur mitigará los temores acerca de intentos inoportunos de Argentina en el aniversario del 14 de junio", aseguró la nota el periódico inglés.

El HMS Talent fue puesto en servicio en 1988 y hasta el momento, realizó operaciones en distintos puntos del mundo, en su mayoría de vigilancia.

Emplea energía atómica para su propulsión, pero no cuenta con ojivas nucleares, aunque los Tomahawk tienen un alcance de 1.000 millas marinas, es decir, poco más de 2.000 kilómetros. La próxima partida del submarino a la zona de Malvinas se conoció tras varias semanas de tensión entre Argentina y el Reino Unido.

En los últimos días, un spot publicitario que muestra a un deportista entrenando en las islas para los Juegos Olímpicos de Londres subió aún más la temperatura entre los dos países.

 

NA

 
 

19 comentarios Dejá tu comentario

  1. Jorge una cosa es ser patriota y otra patriotero. Para tu conocimiento, te dijo que no paramos a la flota Anglo-Francesa, en la vuelta de Obligado, solo la demoramos un par de horas, porque ellos continuaron su viaje por el Parana hasta el Paraguay. Y lo peor que tenian razon, eso es lo peor de todo, porque el Parana es un Rio de Libre Navegacion (por ser internacional) y cerrando el paso, estabamos impidiendo al Paraguay, hacer uso de su derecho a comerciar con cualquier pais del mundo. La flota en realidad era una caravana de barcos, que traian mercaderias, escoltadas por unos pocos barcos de guerra. Terminemos con los cuentos, es hora de asumir la realidad. Hemos sido mentidos tanto por "historiadores dibujantes", que hasta estoy empezando a dudar, si las Malvinas son o no Argentinas !!

  2. The Sun no es muy creíble, suele realizar operaciones de prensa con el gobierno inglés y esta podría ser una de ellas, quizás más orientada a su propio público que al argentino. El problema actual de Inglaterra ante la debacle económica internacional, si bien no tan afectada como los otros países de área euro, no deja de ser explosiva, y estas noticias pretenden actuar como distracciones. No obstante no puede descartarse una operación de provocación como sería el envío de un submarino nuclear al Atlántico Sur. Lo que no se llegaría a entender es cuál sería el beneficio de una acción semejante, que provocaría preocupación y rechazo por parte de las naciones sudamericanas (a excepción de Chile), en especial del Brasil que desde el descubrimiento de importantes reservas de hidrocarburos en su plataforma marítima se ha tornado muy celoso de la presencia de fuerzas navales de potencias extracontinentales en los mares del sur (no por nada ha encarado la construcción de submarinos nucleares para su Armada y de misiles exocet). Es dable observar que dicho envío significa una agresión nuclear. No hace falta un bombardeo para constituir un acto de guerra con el uso de armamento estratégico. La violación del área marítima de un país, como el nuestro, constituye en sí una agresión consumada mediante el uso de la fuerza militar, en este caso con tecnología nuclear. No es la primera que efectúa la Gran Bretaña contra la Argentina. En la Batalla de Malvinas los barcos integrantes de la Task Force inglesa estaban equipados con armamento nuclear operativo, es decir en condiciones de uso (en aquellos días circuló como un rumor, es decir sin confirmación ni fuente responsable, la versión de un presunto ultimátum nuclear en el caso de que Argentina hundiese a los portaviones, lo que hubiera significado el fracaso de la expedición militar inglesa). Ese equipamiento nuclear por sí es un elemento disuasivo tal que puede alterar el desarrollo y desenlace de operaciones militares. Cierto que, como ahora, Inglaterra negó las acusaciones que no solo desde la Argentina se efectuaron, sino también las de diversas organizaciones internacionales en cuanto a que con los barcos hundidos en la contienda se hundió armamento nuclear. Con el tiempo los ingleses, si bien como trascendidos no oficiales, llegaron a admitir la existencia de tal armamento, aunque continuaron negando que se hundieran junto a los buques. No es de desdeñar que Inglaterra (la Comunidad Europea en realidad) quiera forzar una situación militar límite, con una militarización del Atlántico Sur y hasta con nuevas acciones bélicas. No solo están las cuestiones ya conocidas de apoderamiento de recursos naturales (el Atlántico Sur, la Plataforma Territorial Argentina y la parte continental correspondiente –la Patagonia- son ricos en ellos),sino que pesan además la proyección sobre la Antártida y el dominio estratégico de la intercomunicación biocéanica y las rutas que bordeando la costa del África son las que aseguran el aprovisionamiento de recursos estratégicos a Europa y la costa este de los EEUU, en el caso nada improbable de un bloqueo al canal de Suez. La Batalla de Malvinas dejó enseñanzas, más allá de lo oportuna o no de la misma. Y entre ellas el considerar el valor que para las potencias imperialistas europeas tenía (y tiene) el Atlántico Sur y el replanteo necesario a las hipótesis de guerra hasta ese entonces mantenidas por nuestras FFAA. El enemigo no estaba dentro de las fronteras nacionales, ni en los países vecinos (excepto Chile, por su propia elección). Brasil no era un competidor, sino un aliado en la tarea de defender a la Sud América. Tampoco lo serían los EEUU de Norteamérica. No. El enemigo venía de mucho más lejos, de la lejana Europa, donde los tradicionalmente considerados países “amigos” parecían no serlo tanto. Eso dio lugar a un replanteo de las relaciones internacionales, pero, y más importante, a un cambio de hipótesis de guerra, al armamento necesario y las formas de proveerlos. Apareció muy claramente la necesidad de proveerse de armamento acorde y, de preferencia fabricado aquí (estaba muy cercana la triste experiencia del armamento francés y no solo el bloqueo que determinó Francia, sino también los datos que le habrían suministrado al inglés). Así surgieron los proyectos de construcción de naves (entre ellas no se descartaban submarinos nucleares) y de misiles de mediano y largo alcance, dando origen a los proyectos Cóndor I y II, que llegaron a producirlos de calidad hasta que, cediendo en forma incomprensible a presiones externas, el presidente justicialista Ménem lo desactivó, desguazando los construidos y remitiendo sus partes (en especial motores) para su destrucción total a los EEUU, y la “privatización” de nuestra industria bélica, en especial de la Fábrica Militar de Aviones que fuera entregada a una multinacional americana. A cambio de ello, Ménem se vanagloriaba de haber recibido unos cuantos aviones de museo A4, que los norteamericanos rescataron del desierto donde estaban depositados como chatarra y de los que ya no vuela ninguno. Luego continuó con los vergonzosos Acuerdos de Madrid que significaron una rendición incondicional ante Inglaterra, y que le concedían derechos inaceptables, y con consiguiente desguace y achicamiento de las FFAA Argentinas, que continúa en nuestros días. Este desguace de nuestras FFAA no pareciera casual. A nadie puede escapar que si en un tiempo las FFAA de los países dependientes podían ser consideradas como una especie de “policía interna” por las potencias imperiales, el solo hecho de haber llevado a cabo un combate enfrentando a dichas potencias, tornaron como “desaconsejables” a sus ojos a las FFAA argentinas y por tanto debían ser reducidas a su mínima expresión y la función de “policía” ser transferida a una especie de Guardia Nacional, papel que sería el hoy asignado a la Gendarmería a expensas de sus verdaderas funciones de policía de fronteras. Ciertamente que hoy Argentina no posee ninguna posibilidad de oponerse a la provocación o a la militarización del Atlántico Sur. Peo no por eso carece de medios de presión, dentro de los cuales la limitación a los ingentes intereses económicos británicos en nuestro país, que abarcan prácticamente a todas las actividades y les generan miles de millones de dólares, es una de las más importantes y con posibilidad de ser adoptada. Pero no lo va a hacer el actual gobierno, como no lo hiciera ninguno desde 1982 a la fecha (ni siquiera lo hicieron en plena Batalla de Malvinas), por la sencilla razón de que nuestra burguesía es aliada del capital inglés. Por eso es que asistimos a una serie de declaraciones de tintes teatrales acerca de soberanía y “reclamos” que a nada conducen, cuando al mismo tiempo se le conceden al capital inglés la explotación de nuestros recursos estratégicos. Es gracioso clamar por las Malvinas al tiempo que se amplían las concesiones de yacimientos de hidrocarburos a las empresas británicas (aún aquellas que, directa o indirectamente, participan en la explotación de la Cuenca Malvinas), o se habla de incorporar a la “nueva” YPF “nacional” al grupo Bulgheroni (su socia es la British Petroleum), o se conceden explotaciones de mega minería a empresas anglo-canadienses, sin importar la oposición de los habitantes de las zonas afectadas, a los cuales se calumnia y reprime violentamente sin reparar en los medios utilizados. Malvinas, como la Soberanía Nacional, no serán posibles con estos políticos y esta burguesía. Solo serán posibles cuando los argentinos decidan sacarse a ambos de encima.

  3. Prontamente asistiremos a la división territorial de lo que se conocía como "Argentina" de acuerdo a los intereses y necesidades de los integrantes de la hipermafia otanesca. Plan Andinia ?

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