Dicen los radicales que con el retiro de la candidatura de Reposo le pusieron “un límite a la impunidad”.
Estos radicales son un chiste, quieren hacernos creer que fueron ellos quienes hicieron que Reposo fuera renunciado.
La verdad es que con la ayuda de ellos conseguimos sacarlo.
Nosotros con las cacerolas y ellos con las preguntas al analfabeto jurídico que pretendía ser el máximo jefe de los fiscales.
El ruido metálico, la ayuda de estos radicales, algunos pocos medios y sobre todo las redes sociales, fuimos artífices de esta derrota al régimen.
Los senadores que defendían al candidato no imaginaban que Reposo no sería elegido.
En la audiencia, estos defensores, se comportaban prepotentes, irónicos, mostrando sonrisas socarronas ante las preguntas que incomodaban al inepto.
En artículos anteriores dije que el 54% ya fue y ahora digo que el fin para ellos está cada vez más cerca.
Las cacerolas muestran que estamos perdiendo el miedo a mostrar nuestro rechazo al régimen, muchos pulen la cacerola pero no llegan a sacarla por miedo, pero este miedo va disminuyendo, se siente en el ambiente.
Se está respirando aires de libertad, la gente está harta y se nota.
Desde ahora nosotros “vamos por todos”; sí, por todos, con “s” al final. Ellos venían por todo, nosotros vamos por todos, por todos ellos.
Cárcel y castigo para estos delincuentes.
Que así sea.
Daniel Valenzuela
danorva@hotmail.com.ar