Ficha técnica:

Título para Latinoamérica: Abrir puertas y ventanas.

Título original: Abrir puertas y ventanas.

Dirección y Guión: Milagros Mumenthaler.

Género: Drama – Apta para mayores de 13 años.

Reparto: Maria Canale (Marina), Martina Juncadella (Sofía), Ailín Salas (Violeta) Julián Tello (Francisco), Andrés Granier, Sofía Bertolotto, Fernando Sayago, Ana María Monti.

Montaje: Gion-Reto Killias.

Distribuidora: Primer Plano Film Group - Música: Varios.

Dirección de arte: Sebastián Orgambide - Fotografía: Martín Frías.

País: Argentina-Suiza-Países Bajos. Año: 2011 - Duración: 98 min. Estreno Argentina: 31/05/2012.

 El largometraje de Milagros Mumenthaler, relata la convivencia de tres jóvenes hermanas en un caserón heredado de su abuela. La historia inicia y concluye con la imagen del hogar que las contiene. Un sinnúmero de observaciones, silencios y diálogos inconclusos, harán el resto.

 El film viene cargado de un rosario de premiaciones. Asímismo la crítica especializada, ha sido muy benévola con la cinta de la directora argentina. Demasiado ruido y muy pocas nueces. De todas formas, un buen intento del Nuevo Cine Nacional. Merece todo el apoyo.

 La historia nos remite a Marina (21 años), Sofía (20) y Violeta (18). Se entroniza una histeria visual manifiesta: la deliberada puesta de cuerpos semidesnudos, redunda en complacencia de nuestros sentidos. En cuanto al ritmo: tiempos largos, tiempos muertos, desnudez, un combo apetecible Y un fisgón vecino, que las observa y se nutre de dicha atmósfera recargada de sensualidad.

 Evidenciado por su evidente título, la película denota la apertura hacia el exterior. La ruptura de algo, para dar paso a lo nuevo, a lo trascendente. Cada una de las tres mujeres, encontrará la mejor forma de salir de dicho compartimento estanco. El exterior está muy cerca, pero asedia.

 La estética propuesta por Mumenthaler es netamente sensorial: puertas que se abren y cierran acompasadamente; relatos —algo lentos y torpes por momentos—; la imagen cristalizada de “una casa” que posee una lógica propia dentro de los roles establecidos. En fin, la ética de “una familia” con un ensamble muy especial. El guión, deliberadamente nos va aportando información sobre los protagonistas con parquedad.

 Hay un discurso transversal a todo el gran relato: el de las ausencias. En general, la ausencia /carencia/ de algo, vuelve a los sujetos en situación de vulnerabilidad. Así, el destino de cada una de estas mujeres, se plantea como disparador de toma de decisiones. Frente a lo ausente, el peligro de la ruptura de la tolerancia. El fracaso asoma y se instala en sus mentes.

 Encontramos a Marina (Marina Canale), la mayor, obsesionada por un vecino voyeur de nombre Francisco (Julián Tello), que vive al lado. Sofía (Martina Juncadella) —la del medio— es la más proactiva: trabaja, estudia, siempre atrás de algo nuevo, la torna un poco intolerante con la menor de todas. La tercera es Violeta (Ailín Salas), la sibarita de este tridente. La más sensual. La cámara se regocija en planos detalles de su ropa interior. Recostada en sillones mullidos. Curiosamente es Violeta, la que romperá la armonía de la historia planteada (¿?)

 Si el espectador busca una gran historia o grandes acontecimientos, estará perdiendo su tiempo. La puesta es netamente teatral. Un sólo escenario como eje de lo jugado alcanza. Posee rasgos de entramado psicológico (no hay grandes comentarios; algunas lágrimas que soportan; temas musicales que tranquilizan; chicas que se pelean y amigan, etc.). Todo sirve para un encuadre determinista.

 Algunos podrán remitir lo antedicho, a la estética discursiva de “Gran Hermano TV.” (y parte tiene de esto…), que no se enoje Mumenthaler, pero querer construir una narrativa determinada no siempre tiene éxito. Desear algo no significa su fin. Y en ese intríngulis, quedó presa la película de marras.

 Un recurso o dispositivo bien utilizado es el musical. Importantes escenas de enclave cognitivo se nutren de este disparador estético-artístico. Al tiempo que la escenografía hará el resto

 Abrir puertas y ventanas termina siendo una historia universal por su tópico. No sólo un discurso de jueventud en la búsqueda —puertas que se abren y cierran— sino en el comenzar permanente de todo individuo para mejorar su presente. Los caminos no se discriminan por edades, sino por la inteligencia puesta a prueba. Y el secreto estará por probar todas las cerraduras posibles, pero al hacerlo, el fracaso puede esperar del otro lado.

Gustavo Contarelli

Puntaje del film: 3 Tribunas
Puntaje actor protagónico: Maria Canale (Marina) 4 Tribunas

Referencias:
5 Tribunas: excelente/imperdible
4 Tribunas: muy buena
3 Tribunas: correcta - buena
2 Tribunas: regular
1 Tribuna: mala/pésima