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El libre albedrío, ¿es un mito?

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UNA DISCUSIÓN ETERNA
UNA DISCUSIÓN ETERNA

 El hombre, en general, se cree libre para tomar determinaciones. Cree poseer libertad absoluta en sus pensamientos y actos, al menos en principio, ya que en muchas ocasiones son los demás hombres los que limitan llevar a cabo las decisiones individuales, pero esto no viene al caso.

 

 ¿Existe realmente tal potestad de obrar por reflexión y elección en términos absolutos?

 Ya Aristóteles expresó el concepto de lo voluntario, es decir, lo que es “principio de sí mismo”, y dice que el hombre es el principio y el padre de sus actos, tanto como de sus hijos. (Aristóteles, Obras completas, tomo 1º: Moral a Nicómaco); y también en otra parte repite que: “El hombre es el principio mismo de sus actos”.

 Y para el medieval Tomás de Aquino: “El libre albedrío es la causa del propio movimiento, porque el hombre, mediante el libre albedrío se determina a si mismo a obrar”. (Suma teológica I; Véase también Suma contra los gentiles, II, 48).

 Según Leibniz, “la sustancia libre (el espíritu) se determina por si misma, esto es, siguiendo el motivo del bien percibido por la inteligencia que la inclina sin necesitarla”. Teodicea, 288).

 Por su parte, Kant dice: “Si es dable admitir la libertad como una propiedad de causas determinadas de los fenómenos, en relación con los fenómenos como hechos, es necesario que sea la facultad de iniciar por sí misma la serie de los propios efectos, sin que la actividad de la causa deba tener un comienzo y sin que tenga necesidad de otra causa que determine dicho comienzo”. (Prolegómenos a toda metafísica futura, 53).

 Más lo cierto, lo que se desprende de la concepción de un mundo cuyos elementos se hallan trabados en un proceso universal, dependientes, relativos unos a otros, es que no es posible admitir una libertad absoluta en la psicogeneración. Por el contrario, toda cerebración obedece a una serie de causas endógenas y exógenas ajenas al supuesto acto propio de la determinación tenido por independiente y absoluto.

 Esto es, que el hombre no se determina a sí mismo como lo quiere Tomás de Aquino y sus “alumnos”, sino que en todo instante está siendo determinado por los invisibles hilos del proceso general en el cual se halla inmerso. Es una especie de fantoche cósmico manejado por los hilos invisibles de un determinismo relativo (nunca fatal) que hace ser a cada individuo como es.

 El proceso mental, ese fluir constante en el torrente sanguíneo de los elementos químicos de recambio que fluyen hacia el cerebro, el proceso neuronal en sí, la cerebración que confluye hacia el acto de la elección, esto jamás puede consistir, como pretendía Kant, en la facultad de iniciar por sí misma la serie de los propios efectos, sin necesidad de otra causa que determine dicho comienzo.

 Voy a explicar todo esto. En primer lugar es necesario adelantar que, respecto a lo dicho acerca de la sangre que aporta los elementos al cerebro, incluso determinados humores son capaces de alterar la toma de una decisión.

 En realidad, en el trasfondo de cada elección, de cada decisión aparentemente libre, existe toda una constelación de factores que empujan, que compelen a elegir blanco o negro.

 Existen factores genéticos, vivenciales y circunstanciales, entre otros, que quitan toda facultad de libertad absoluta.

 La dote hereditaria inscripta en el ADN, forma el temperamento; hace que el individuo a nacer posea luego en forma innata, una serie de predisposiciones: grado de inteligencia, tendencias al alcoholismo hereditario, por ejemplo; cualidades para las matemáticas, lo abstracto, la música, diversas artes o labores prácticas y aberraciones (desvíos sexuales, hipersexualidad, agresividad, pusilanimidad, sadismo, masoquismo, criminalidad, y toda la constelación de perversiones humanas no adquiridas, sino innatas). Estos son los factores innatos temperamentales. Luego vienen los factores experienciales que se van acumulando en la trama cerebral, grabados allí durante el choque del niño con el ambiente, que se suman a los hereditarios para formar el carácter del individuo.

 A esto hay que añadir los factores circunstanciales apremiantes o competentes, que hacen que el sujeto no pueda manejar ciertas situaciones que lo obligan a realizar a veces actos que no desea.

 Si a todo esto añadimos ciertas sustancias químicas, como el alcohol, que alteran el juicio, y ciertas hormonas como las masculinizantes o feminizantes, que hacen sentirse más o menos hombres a cierto individuos masculinos y más o menos mujeres a los de sexo femenino, y que incluso pueden cambiar el sexo de una persona en el terreno psíquico, entonces obtenemos la mencionada constelación de factores que inciden para la toma de decisiones por parte de un sujeto.

 Ante una situación apremiante, entonces, dos o más individuos van a pensar, reaccionar y actuar de distinto modo compelidos por sus respectivas dotes genéticas, sus anteriores experiencias, y según también el estado de ánimo del momento. Sin descartar tampoco el estado fisiológico circunstancial de cada uno al cual puede estar o no ligado dicho estado anímico generado por felices o aciagos eventos recientes.

 Cierto individuo puede llegar al asesinato por una afrenta, porque fue lo que ha presenciado en su niñez o lo que la vida le ha enseñado con sus avatares en concomitancia con su innata agresividad (genética hereditaria) o impresa por el ambiente formador. En cambio otro, frente a idénticas circunstancias, puede llegar a perdonar porque en su hogar siempre ha sido practicada esta virtud y se halla desprovisto de un temperamento agresivo y de componentes ambientales en tal sentido.

 Nada hay de absoluto en la determinación dispar de ambos individuos. Nada existe más allá ni más acá de los componentes genéticos, temperamentales, vivenciales, ambientales, fisiológicos, químicos, anímicos, etc. Nada que pueda ser considerado el ámbito de una libertad absoluta como un hecho en sí de una “sustancia espiritual libre que se determina a sí misma”, según creyó el filósofo Leibniz, por ejemplo. Esta es una visión antigua y creencial del ahora reconocido complejo fenómeno psicogenerador. Noción que fue y es suscitada cuando se aceptaba, y se acepta aún hoy, que el hombre es la conjunción de dos sustancias de naturaleza diferente, a saber: espiritual simple una, material y compleja la otra. Según mi óptica, todo el que cree en estas cosas no es más que un cultivador de una pseudociencia: la existencia de una entidad invisible, espíritu puro, alma inmortal.

 El acto supuestamente libre no es un hecho aislado, no es causa aislada, desconectada, independiente de otros factores, ni siquiera es un hecho sobreañadido, sino que se trata de un proceso de cerebración en el cual se acrisolan múltiples factores componentes que hacen que el individuo ¡no sea libre! Y aquí desembocamos directamente en mi visión de la psique humana.

 Ni el fatalismo, ni el accidentalismo, dan lugar al libre albedrío en términos absolutos, porque en este último caso es el accidente lo que nos compele.

 Luego nadie es culpable absoluto, ni inocente absoluto. Y desde este punto de vista realista, todas las leyes condenatorias y todos los méritos suenan a absurdos No obstante, las condenas y las recompensas son necesarias para la especie humana según su índole peculiar que así lo exige.

 Por último aquellos que basados en la mecánica cuántica pretenden relacionar indeterminismo cuántico con libre albedrío, no advierten que existe cierto determinismo genético por una parte y un transitorio determinismo cósmico (macrofísico) por otra, según los argumentos expuestos en este artículo.

 

 Ladislao Vadas

 
 

30 comentarios Dejá tu comentario

  1. Ironics: Tené en cuenta que si Jesús hubiera nacido en el siglo XX en EEUU, en las Iglesias, en los rosarios, en las tumbas o colgando del cuello de los fieles, encontrarías en lugar de una cruz una sillita eléctrica.

  2. Salvador, es verdad lo que decis, en las religiones los simbolos de tortura o muerte casi siempre fueron sacralizados. Curiosa forma de expresar piedad (?) Para el caso de la Maquina de Dios, un Alternador es un objeto util, salvo que alguna vez hayan ejecutado a alguien golpeandolo con un alternador en el balero !!

  3. Señor Vadas: Sus notas son aburridísimas, y sus seguidores muy pesados. Sugiero cambie el tópico. Antes era más entretenido leer sus notas, y los comentarios. Agradecida, Andrea

  4. Andrea tenes razon, antes el divertimento era leer los mensajes de Ale Magno, Testa Magnum o FH, eran divertidos por el esfuerzo que hacian en explicar lo inexplicable. Desde que se retiraron vencidos por la "palizonga intelectual" que recibieron, ahora los post son mas logicos y entonces pierden gracia frente a las tonterias que escribian los antes nombrados. Aporta algo tuyo, quizas nos divirtamos de nuevo !!

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