Hace unos días, Cristina Kirchner sorprendió al anunciar una medida vinculada a la obligación de los bancos de destinar el 5% de los depósitos privados al crédito para inversión a través de una resolución del BCRA.
La idea del oficialismo está destinada a volcar al mercado unos $ 15.300 millones al cabo de un año (alrededor de 0,6% del PBI) en condiciones supuestamente atractivas (15% en pesos a no menos de 3 años de plazo).
La pregunta es inevitable: ¿Tiene impacto real la medida en la sociedad o solo es algo meramente figurativo?
Un documento dado a conocer por consultora Analytica en las últimas horas da algunas precisiones a ese respecto:
Como venimos señalando hace tiempo, las empresas enfrentan diversos problemas de acceso a financiamiento. Las grandes tienen un canal del crédito externo muy restringido. Incluso para las exportadoras, con capacidad de generar divisas, la Argentina es vista como un destino incierto y demasiado riesgoso para los capitales internacionales. De hecho, empresas de primera línea que hasta octubre del año pasado tenían ofertas en exceso, hoy tienen dificultades para captar recursos.
En cuanto al crédito doméstico, las opciones son limitadas. El mercado de capitales argentino se encuentra muy devaluado, por lo que se vuelve poco interesante. Abrir el capital a la bolsa o emitir obligaciones son opciones poco redituables. Los créditos del Bicentenario, son una alternativa más que interesante, pero el stock total todavía es muy reducido ($ 8.000 M). Sólo las Pymes hoy cuentan con fondos disponibles de la Anses para colocaciones de distintos instrumentos de fondeo (obligaciones negociables pymes o fideicomisos, por ejemplo).
En este contexto, la medida del gobierno suma una alternativa valiosa. El desafío es profundizar las opciones ya vigentes y trabajar para reconstruir las que se perdieron en los últimos meses. Es imposible financiar un salto en la inversión sin la contribución del crédito externo. Los recursos domésticos terminarán siendo insuficientes y generando competencia entre destinos del crédito. En igual sentido, y ya lo hemos planteado anteriormente, es necesario trabajar en la construcción de instrumentos que conecten el ahorro de las familias con la necesidad de financiamiento de las empresas.
Obviamente, para los accionistas de los bancos esta no es una buena noticia. Incluso argumentan que es la primera vez que una medida propiciada por la administración Kirchner involucra recursos de terceros, aun a riesgo de generarles un perjuicio patrimonial. El razonamiento es que los créditos no se definen en condiciones de mercado. Nobleza obliga, lo cierto es que la actual administración viene tomado medidas de intervención en varios sectores desde hace mucho tiempo. No es muy distinta la situación para una empresa alcanzada por los controles de precios o para un productor cuyo precio está regulado o incluso para un importador que no puede seguir abasteciéndose en el exterior. En diversos sectores las transacciones se alejan de los típicos equilibrios de mercado.
Equipo de Economía de Tribuna de Periodistas