Las posibilidades de una recuperación de la economía vernácula en el segundo semestre tienen en Brasil a un aliado central, en particular para la industria y la producción de alimentos. Al menos eso es lo que proyecta un informe de la consultora Analytica, donde se pone el foco en las sucesivas rondas de estímulo que el gobierno de Dilma Rousseff viene lanzando desde agosto del año pasado y que incluyen drásticas caídas en las tasas de interés, devaluación del real y apoyos sectoriales vía BNDES y asistencia impositiva, entre otros.
Estas rondas, según ese documento, “comenzarán a derramarse sobre la actividad al ingresar en el último trimestre de 2012. La proyección es que a esa altura del año, Brasil esté creciendo a un ritmo de 4-5% interanual”. Reza el informe:
Hasta ahora, las señales que vienen del socio principal de la Argentina han sido negativas: el crecimiento real en el primer semestre fue cero y todos los drivers que impulsan la demanda (salarios, empleo, crédito) están desacelerándose. De todos modos, la proyección de consenso es que Brasil crezca 2% promedio en el año y 4% en 2013.
En lo que sigue trazamos un panorama de en qué punto se encontraba la economía brasileña a mitad de año.
-Consumo: crece, pero a tasas más bajas que a principios del año (+6% hasta mayo). Se observa aún un gran dinamismo en el consumo de bienes informáticos y de comunicaciones (+28%), electrodomésticos (+15%), materiales de construcción (+10.5%) y en las ventas de supermercados (+9%). Por su parte, las ventas de automóviles, estancadas hasta junio, crecieron 19% en la primera quincena de julio.
-Industria: la producción manufacturera cayó 3.4% i.a. hasta mayo, porque hubo ajustes de inventarios –la CNI estima que los stocks están por encima de lo planeado-, y porque cayeron la inversión y las exportaciones de las ramas industriales.
-Empleo: aunque la desocupación sigue siendo baja (5.8% en la medición de mayo), comienza a observarse una ralentización en la generación de nuevos puestos de trabajo. En junio se crearon apenas 120 mil empleos, un número similar al de la crisis de 2009. A mitad de 2011, Brasil creaba 215 mil puestos laborales. La industria y el comercio ya no generan trabajo, y sólo la construcción mantiene un buen ritmo (+6.5%).
-Sector externo: la desaceleración de la demanda mundial está afectando el aporte de divisas comerciales a las cuentas externas. El superávit proyectado para 2012 es de apenas usd 17.000 millones, frente a los usd 30.000 millones alcanzados en 2011. Las exportaciones están estancadas desde comienzos de año, mientras las importaciones apenas crecen (+4.6% a junio). El déficit de la cuenta corriente, en tanto, se mantiene algo por encima de 2 puntos del PIB, niveles considerados normales para Brasil.
-Crédito: la variación nominal del crédito total se está desacelerando, de +15% a fines de 2011 hasta +11% en junio, pero teniendo en cuenta que la inflación está en 5%, sigue habiendo un crecimiento en términos reales. Es interesante observar que aumenta la morosidad de las familias (7%) pero no de las empresas (4%). La importancia del crédito en la performance económica de Brasil es clara: hoy equivale a 51% del PIB, cuando diez años atrás era apenas 22%.
-Tipo de cambio y tasa de interés: el real parece haber encontrado un nuevo nivel en torno a R$2 por dólar. No se observa que vuelva a apreciarse en el mediano plazo, aunque tampoco que continúe devaluándose, en tanto la situación internacional y los precios de los commodities lo permitan. Los flujos cambiarios (comerciales y financieros) volvieron a estabilizarse en torno a cero en junio y julio, luego de una salida neta de USD 2.700 millones en mayo. La política monetaria, en tanto, siga dando probablemente señales de relajamiento, y no debe descartarse que la SELIC, hoy en 8%, cierre el año un punto por debajo.
Equipo de Economía de Tribuna de Periodistas
Brasil no solo nos compite con los productos primarios en el mundo, sino que en los industrializados mantenemos un deficit creciente. El tan cacareado intercambio de la industria automotriz, va en perjuicio de argentina desde hace mucho tiempo. La explicacion es que la integracion de los componentes de los vehiculos fabricados aqui es de 30 nacional y 70 importados, de ese porcentaje la mayoria es de Brasil, por lo tanto cuanto mas autos les vendamos mayor sera nuestro deficit, mientras tanto gracias a este engendro que es el Mercosur, los ciudadanos de aqui pagamos el doble del precio internacional de los autos importados. Les quiero recordar que en los tiempos de los años infames (?), el porcentaje de integracion era exactamente al reves, 70 nacional y 30 importado. Es para pensarlo, simplemente para eso estan los numeros y cuando reinan los numeros, sobran las palabras. Todavia no entiendo como se mantienen dentro de este negocio empresario que es el Mercosur, paises como Paraguay y Uruguay, mucho menos entiendo como no se unieron al ALCA, donde seguramente hubieran crecido mucho mas y pagarian menos sus materias primas industriales, no serian los convidados de piedra que son hoy dentro de este, vuelvo a decir engendro comercial. El deficit en el sector automotriz del intercambio con Brasil permanecio en torno a los 5.000 mill de U$S y el ultimo año al bajar la actividad economica en Brasil se mantuvo el deficit en torno a los 3.000 mill de U$S. Conclusion cuanto mas autos les vendemos, mas perdemos, antes le deciamos "negocio japones" (?)