Este lunes dio comienzo el juicio que investiga el crimen del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra. De entrada nomás, el Tribunal Oral Criminal Número 21 (TOC 21) desestimó al menos siete planteos de nulidad de las distintas defensas, entre ellas la de suspender el comienzo del debate contra los 17 acusados.
Los jueces desecharon todas las nulidades interpuestas por varios abogados, incluso el defensor del ferroviario imputado Armando Guillermo Uño, Oscar Igounet, quien había pedido la suspensión del proceso oral al considerar que no le permitieron ofrecer prueba. Incluso, en la audiencia se comunicó que el Tribunal Oral Criminal Nº 12 (TOC 12) desestimó una recusación dirigida hacia los magistrados que comenzaron hoy este juicio entablada por Igounet.
Como se sabe, el titular de la Unión Ferroviaria, José Pedraza y otros nueve detenidos están acusados del homicidio de Mariano Ferreyra, ocurrido en octubre de 2010, en tanto que siete policías de la Federal están imputados por abandono de persona seguido de muerte. A medida tarde, el tribunal dispuso un cuarto intermedio pero el debate estaba por reanudarse este lunes.
La postura del Gobierno
La presidenta Cristina Fernández aseguró este lunes que su esposo Néstor Kirchner fue quien llevó ante la Justicia a los responsables del crimen de Mariano Ferreryra. La jefa de Estado se pronunció así durante un acto que encabezó en la Casa Rosada en coincidencia con el inicio del juicio oral por el asesinato del militante del Partido Obrero en los tribunales de Comodoro Py. "Mi hijo siempre dijo que la bala que mató a Mariano Ferreyra rozó también el corazón de su padre", afirmó la mandataria en referencia al joven asesinado el 20 de octubre de 2010, cinco días antes del fallecimiento de Kirchner en El Calafate. "Fue Néstor Kirchner y nosotros los que los llevamos" a los responsables ante la Justicia, aseguró la Presidenta durante el acto que encabezó en la Casa Rosada.
Asimismo, según relata agencia Noticias Argentinas, la mandataria recordó que el crimen del joven militante "le había afectado muchísimo" al ex presidente, y destacó que por su mediación "pudo encausarse el juicio", con la presentación de "los sospechosos e imputados", a instancias de la "colaboración de un intendente", que evitó dar su nombre, pero que sería el de Quilmes, Francisco "Barba" Gutiérrez. Agregó que "pudieron determinarse los sospechosos debido a la colaboración de un intendente", quien acercó un testigo de identidad reservada a la Residencia de Olivos.
"Llevaron a la persona a Olivos para asegurarle protección y que no tuviera miedo y la pusieron en contacto con la jueza de la causa. Tengo que contar esto porque esta es la verdad de cómo se inició el descubrimiento del juicio que se inicia hoy. Gracias a este intendente que lo llamó a Néstor y a Néstor que se puso en marcha como una locomotora. A veces la locomotora corre demasiado fuerte y el motor no aguanta", relató.
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Equipo de Actualidad de Tribuna de Periodistas
debo reconocer que la DOÑA, TIENE TANTA INVENTIVA COMO CODIDICIA , SI HUBIERA SIDO LIBRETISTA , TENDRIA MENOS MILLONES Y NO SERIA TAN CONOCIDA PERO PONE IMAGENES PARA EL FERVOR POPULAR DE CUANDO LA BALA ROZO EL CORAZON DEL BIZCO.Y EL FLACO TENIA TREMENDOS AGARRES CON MOYANO, Y LOS MUERTOS DE GRAL RODRIGUEZ.ES BUENA PA LA PERMANGANETA
Quisiera creerle a la Presidenta. Quisiera pensar que ha cambiado la actitud mantenida hasta ahora por su Gobierno y, ya por haber recapacitado, ya por considerar más conveniente a su imagen pública el no continuar siendo vista cercana a un Pedraza, y ahora sinceramente desee Justicia. Quisiera creerle, pero no puedo. Y no puedo ya que es muy difícil olvidar sus fotos junto a este sindicalista hoy imputado de un crimen aberrante y sus elogios hacia él al presentarlo como modelo para el sindicalismo argentino. Y no puedo porque es muy difícil olvidar cuando sucedida la muerte del joven Ferreyra y ante el silencio de la Presidenta, los periodistas le preguntaron sobre lo acaecido y cómo respuesta exclamó algo como que “sabía” y “tirar un muerto”, para inmediatamente tratar de volcar las culpas sobre las propias víctimas. Y no puedo porque es muy difícil olvidar que del vamos su Gobierno trató de desviar la responsabilidad que le competía sobre lo ocurrido en otros, comenzando por Duhalde y cuando esa mentira se hizo insostenible, entonces inventaron un “enfrentamiento” que nunca existió, que los disparos habían provenido desde el sector de los que reclamaban por su situación laboral y en el colmo del cinismo culpar a la víctima de su propia muerte y a su grupo de militancia, el PO, por acompañar a un grupo de trabajadores en sus reclamos. Los culpables eran el muerto y sus compañeros por manifestar, y no los sicarios barra bravas que apretaron el gatillo y los mafiosos que los enviaron para realizar ese “trabajo”. Y no es posible olvidar porque el recuerdo está muy fresco en la memoria, y porque allí están los artículos publicados por sus escribas a sueldo en los periódicos afines, en ese engendro llamado 6-7-8, y allí también están los inmorales análisis efectuados por esos impresentables de Carta Abierta que pretenden presentarse como “intelectuales”. Y no puedo porque es muy difícil olvidar las mentiras de su Ministra Garré al culpar a personas relacionadas con el partido al que había pertenecido el joven Ferreyra, de los incidentes protagonizados por patotas organizadas en Plaza Constitución y del que fueran víctimas los transeúntes y comerciantes de la zona. Y no puedo porque es muy difícil olvidar que la Policía Federal tuvo activa responsabilidad en los sucesos, estando hoy varios de sus integrantes bajo procesoy estando aun por dilucidar las denuncias existentes sobre alteración u ocultamiento de medios de pruebas. Y este solo accionar de la Federal ya compromete al Gobierno Nacional. Y no puedo porque es muy difícil olvidar que pese a ya ser de dominio público que la Unión Ferroviaria había organizado a esa patota y el ataque, con la finalidad de “escarmentar” a los que reclamaban por la precarización laboral que se les imponía, para por medio del temor conseguir terminar con las protestas que cuestionaban y ponían en riesgo los turbios negocios que con los dineros de los subsidios realizaban en connivencia con los empresarios y funcionarios gubernamentales, y no obstante ello en nada dispuso modificar que los mismos continuaran a cargo de puestos claves dentro de la Secretaría de Transportes o del gerenciamiento en el Belgrano. Y no puedo porque es muy difícil olvidar las maniobras del Ministerio de Trabajo para no satisfacer el justo reclamo de aquellos trabajadores, así como que periodísticamente se denunciaran presuntas conversaciones y planteos de estrategia con el detenido Pedraza. Y no puedo olvidar que este personaje Pedraza, desde la misma cárcel ha brindado el voto de los representantes de la UF en favor de la fractura de la CGT, es decir en contra de Moyano, en un claro apoyo a la actual estrategia gubernamental hacia el mundo sindical. Y no puedo dejar de recordar que esos favores estos individuos no los hacen gratis. En fin, son muchas las cosas que no puedo olvidar. Tantas que yo no puedo creerle. Y sinceramente, quisiera estar equivocado. Y creo que si este crimen político ha llegado al juicio oral, ha sido gracias al empeño y fortaleza puestos de manifiesto por los que fueron sus compañeros y otros argentinos que se niegan a que perduren la agresión y la muerte como herramientas de la política, que la corrupción y los crímenes queden impunes con una Justicia paralítica y, en definitiva, que las mafias continúen siendo las dueñas de la Argentina. Muchas muertes han quedado en el olvido en nuestro País. Muchos dirigentes se olvidaron de ellas en aras de sus intereses personales. El que Mariano Ferreyra no haya sido olvidado por sus compañeros brinda la oportunidad de que todos podamos recuperar a la Justicia, sin la cual no existe convivencia democrática ni libertad posible. El camino todavía es largo y lleno de acechanzas. No se puede descartar que en algún momento los intereses políticos y de “negocios” en juego que se vean afectados, intenten mandar la causa a vía muerta. Por el bien de todos no lo debemos permitir.