Tras las masivas protestas de anoche, algunos referentes de la oposición salieron a pedirle este viernes a la presidenta Cristina Kirchner que escuche los reclamos de los manifestantes. Uno de ellos fue el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.
"Espero que tome el mensaje la Presidenta, que lo haya leído y que no volvamos con que 'vamos a profundizar el modelo, que vamos por todo'", afirmó Macri, uno de los principales referentes de la oposición.
El hecho de que la convocatoria de las protestas se realizara a través de las redes sociales —como Twitter y Facebook— dejó a la zaga a las fuerzas políticas de oposición, que hoy salieron a tratar de reposicionarse. En este escenario, Macri aseguró: "La gente está pidiendo ser escuchada, no que la reten y la manden a su casa".
A su vez, el radical mendocino Julio Cobos aseguró que los cacerolazos tuvieron "una magnitud mayor de lo que todos esperábamos". Y atribuyó la masividad de las protestas a que "se ha subestimado a la sociedad argentina. "Este es un llamado de atención a la Presidenta”, agregó Cobos, quien fuera vicepresidente de Cristina Kirchner durante su primer mandato (2007-2011).
Por su parte, el sindicalista Gerónimo Venegas, referente del peronismo disidente y de la CGT de Hugo Moyano, sostuvo que con las protestas de anoche en distintos puntos del país "se terminó la sumisión". Y agregó: "Este es un respaldo que le da el pueblo argentino a la Justicia para que juzgue independientemente de las presiones del Gobierno".
"El General Perón decía: cuando los pueblos no son escuchados, hacen tronar su escarmiento. Esto es una muestra más de que los argentinos luchan por sus libertades individuales", remarcó "Momo" Venegas. Estas primeras reacciones tienen lugar luego de que anoche masivas columnas de manifestantes confluyeran en la Plaza de Mayo y en las principales ciudades del país, donde desplegaron cacerolazos con diferentes reclamos, en la protesta de mayor envergadura contra el Gobierno registrada desde el conflicto con el campo en 2008. M
Manifestantes críticos de la administración kirchnerista, auntoconvocados a través de las redes sociales, se movilizaron en repudio a una posible re-reelección de la presidenta Cristina Kirchner y contra la "inseguridad", "el cepo al dólar" y "la falta de libertad de expresión", entre otros temas. Con pancartas críticas, además de cacerolas, cucharas, latas y diversos elementos metálicos, los manifestantes hicieron gran ruido en la tradicional plaza porteña, donde se dispuso un fuerte operativo de seguridad con un vallado completo a lo ancho de la plaza y llegando incluso hasta ambas veredas, cerrando totalmente el paso de autos y transeúntes durante la movilización.
La postal se repitió en las principales ciudades del país como Rosario, Córdoba, Mendoza, San Miguel de Tucumán, Bariloche, Salta y La Plata, mientras que diversos dirigentes de la oposición se hicieron eco de los reclamos y apoyaron la protesta. Los manifestantes se concentraron en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires y cerca de las 19.00 comenzaron a llegar los primeros a Plaza de Mayo, mientras que una hora arribaron nutridas columnas de vecinos, especialmente por la Avenida de Mayo y por la Diagonal Norte.
Si bien las policías Federal y Metropolitana no informaron oficialmente la cantidad de manifestantes, ambas fuerzas calcularon que en la Plaza de Mayo y sus inmediaciones protestaron más de 100 mil personas. Los vecinos llevaron carteles críticos y en algunos casos ofensivos hacia la presidenta Cristina Kirchner y también una gran cantidad de cacerolas y banderas argentinas, constató Noticias Argentinas.