Esa es la pregunta del millón, mejor dicho de un gran porcentaje de los 40 y pico de millones que componemos la población de nuestro país, asolado por las mafias y saqueados por los capitales que afirman desde el gobierno combatir.

Dice Vargas Llosa “"No, no me intimidan porque desde muy joven, por desgracia, he estado metido en controversias y generalmente en medios donde la racionalidad muchas veces desaparece., que es la de la violencia: acallar, destruir, silenciar… Una tradición muy arraigada”.

Esa tradición muy arraigada de la que habla Vargas Llosa, ha gravitado sobre nosotros con mucha periodicidad, remontándonos desde el siglo pasado, con los signos de violencia que son, las de menospreciarnos y otros muchos verbos indicativos mas, conjugados desde el poder de turno.

Después de la espontánea y multitudinaria auto convocatoria del pasado jueves 13, donde más de 500.000 habitantes de todo el país, salieron a manifestar su descontento con la actitud del Gobierno.

Estando en la Feria Exposan del año 2007, en plena campaña y en el momento de la tradicional foto con los mandatarios, me toca en suerte hacerlo con la entonces candidata a presidenta, Cristina Fernández. En el sector de enfrente, lo hacía Néstor Kirchner.

Con mi mejor sonrisa, le dije a la postulante a la primera magistratura: “Bueno ahora que va a ser Presidente, me imagino que se va a ocupar de las pymes”. (Agrego a esto que estaba en el Stand de Apyme, representando en ese momento a la entidad que agrupa a más 400 pequeñas y medianas empresas). Con su mano izquierda sobre mi hombro y la derecha en el hombro de la secretaria de Apyme, seccional Villa Soldati, me miró con cara de muy pocos amigos, me dijo “Lo estamos haciendo, ¿o no lo veeeeeee?”

Dudo que la Sra. Presidenta tome en cuenta qué se debería hacer después de semejante demostración de descontento popular, como lo aconsejaron algunos de sus funcionarios, incluyendo al inefable Aníbal Fernández, para que él diga, que fue “importante”, o Scioli, sobre que hay que prestarle atención, o las palabras de Horacio González: "La Presidenta debe tomar nota de la movilización", igual, estimo con absoluto convencimiento, que Cristina Fernández, no lo tomará en cuenta.

Así lo manifestó el representante de Carta Abierta y titular de la Biblioteca Nacional, quien por otra parte criticó los "temas difusos" por los que se reclamó y alentó a que este tipo de acciones la alienten "fuerzas políticas organizadas".

Si creo, que se adoptarán las apreciaciones vertidas por el jefe de gabinete Abal Medina, de que “fue gente que no pudo viajar a Miami”, o las expresiones de Estela de Carlotto, que eran “gente de clase media bien vestida”, como si ella no estuviera bien vestida. Pondero que estas apreciaciones son palabras repetitivas del pensamiento de la primera mandataria, nadie de su equipo dice nada que no sea lo que Cristina permite.

Es por este razonamiento que creo que no van a realizarse cambios en la metodología del mal llamado modelo, por el contrario, de acuerdo a su tradicional accionar de ir por todo, profundizarán hasta límites inimaginables su procedimiento, a contramano de lo que la ciudadanía les reclame.

Entonces, ¿qué nos queda por seguir haciendo?, pues nada mas y nada menos que ir también a fondo, ya las medias tintas no tienen sentido, ni reportarán resultados acordes a las urgencias nacionales.

¿Qué se debería hacer, a la sazón, para no perder la posible capitalización de la convocatoria? Comenzar a elaborar un plan de aglutinamiento político de personas que no tengan prontuarios que ocultar, sino antecedentes que mostrar.

Una nueva camada de “hombres grises”, en lo que puede significar ser “gris”, que es no tener antecedentes perturbadores inhibidores, sino condiciones de liderazgo y organizarnos por conocimientos y recomendaciones de honestidad, habilitantes para el mandato que se debería darles a estos personajes.

Ahora bien, ¿cómo plasmar esta teoría utópica en una realidad? Considero que deberíamos comenzar por formar esa red de disconformes que ya ha dado muestras de resultados positivos en la manifestación del pasado jueves 13.

Alguien tiene que tomar esta posta y convertirse en el eje de la organización, que alguno tome la posta es un desafío difícil de asumir, pero no imposible de realizar.

Si un patriota quiere elaborarlo, dejo mi correo para intercambiar opciones y, si no lo hacemos, habremos desperdiciado la oportunidad que nos brindó la última convocatoria. Después no sigamos con nuestras inútiles quejas como doncellas engañadas y, sigo insistiendo: “no te quejes de lo que te pasa si lo dejas pasar”.

Tomar nota y actuar, es nuestra obligación. De no hacerlo, seremos sencillamente cómplices por omisión, que es lo mismo que ser cómplices directos.

Walter A. Gazza
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