Lejos pareció quedar aquel mes de mayo, en que la embajadora argentina en Reino Unido, Alicia Castro, aprovechó una conferencia que dio el canciller británico, William Hague, para interpelarlo públicamente por la negativa de su país a negociar sobre la soberanía de las islas Malvinas.
Más lejano aún quedó ese mismo mes, pero 10 años atrás, donde la exazafata se levantó de su banca del Congreso con la bandera estadounidense y la arrojó al escritorio de Eduardo Camaño, presidente de la Cámara Baja en ese entonces.
Y es que Alicia se rindió al ceremonial británico para presentar sus credenciales ante la reina Isabel II con un sombrero que al parecer no convenció mucho al público local.
Según indica el protocolo real europeo, quien visite a la Reina debe tener la cabeza cubierta, señal de buena educación; aunque no es obligatorio, ya que la etiqueta se ha ido flexibilizando, excepto en las bodas, donde su uso sí es inexcusable.
La combinación del traje azul petróleo —que ya había usado anteriormente para una entrevista con Sky News— con la pamela color borravino desató la imaginación en Twitter, donde algunos llegaron a decir que estaba vestida con “el uniforme de Aerolíneas Argentinas” y “una lechuga morada en la cabeza”.