Este miércoles, el Gobierno anunció la apertura de una embajada argentina en un curioso país. Mediante el decreto 2058/2012, publicado hoy en el Boletín Oficial, se dispuso la apertura de la Embajada de la Argentina en la República de Suriname, con sede en la Ciudad de Paramaribo.
La inauguración tiene como objetivo “reflejar el interés mutuo de fortalecer los tradicionales lazos de amistad y cooperación entre ambos pueblos y permitirá ampliar los vínculos entre los dos países”.
Además, agrega, “reafirmará el compromiso de la Argentina con el sistema de integración regional”, destacando que la República de Suriname es miembro pleno de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), como así también de la Comunidad del Caribe (Caricom).
Así, Suriname se suma a la lista de países poco democráticos con los cuales el Gobierno planea un acercamiento. El último fue Angola, bajo mandato de un presidente que hace 33 años que no cede el poder y que enfrenta graves denuncias de violaciones a los derechos humanos. “Nosotros no somos una ONG de derechos humanos, no es la peor dictadura del mundo”, dijo en esa oportunidad el canciller Héctor Timerman ante los cuestionamientos sobre por qué el país se embarcaba tan entusiasmado a entablar relaciones con un país que soporta la tiranía desde 1979.
Desi Bouterse, presidente de Suriname, encabezó un golpe de estado en 1980— cuando el país logró la independencia definitiva de Holanda— y otro en 1990. En 2010, se convirtió en presidente de Surinam y quedó inmune de ser condenado a 20 años de cárcel por el asesinato de 15 opositores en 1982, entre ellos abogados, periodistas y sindicalistas.
En 1999, un tribunal de La Haya condenó a Bouterse —en ausencia— a 16 años de prisión por cargos de narcotráfico. Por este caso, Holanda emitió, a través de Interpol, una orden de captura internacional contra el entonces expresidente, a quien Suriname nunca pudo extraditar por su condición política.
Según un cable de Wikileaks dado a conocer el año pasado, fuentes diplomáticas estadounidenses aseguraban que Bouterse siguió involucrado en actividades de narcotráfico hasta por lo menos el año 2006.
Considerado uno de los hombres más ricos de Surinam, Bouterse se dice admirador del Che Guevara y del presidente venezolano Hugo Chávez. Locuaz, astuto y tremendamente persuasivo, el nuevo presidente de Surinam se ha casado dos veces y es padre de tres hijos, uno de ellos también condenado por tráfico de drogas.