Luego de días de agitación, por la revelación de revista Noticias de que había adquirido una chacra en la zona de Zárate, Máximo Kirchner vuelve a ser noticias, pero esta vez por otra de sus viviendas, la que ostenta en Río Gallegos, Santa Cruz, donde disfrazó de “ampliación” la construcción de otra casa con comunicación a la humilde residencia que alguna vez albergó a los jóvenes Néstor y Cristina Kirchner.
A esa vivienda, el vástago presidencial “le adosó algunas ampliaciones por un valor de 500 mil dólares, aproximadamente. Dos plantas, 250 m2 y casi toda una cuadra ocupada por la nueva construcción, la casa de Máximo luce lujosa en medio de un barrio (éste sí) de clase media”, según revela agencia OPI Santa Cruz.
Según ese portal, aún muchos recuerdan aún, que de la esquina de Cañadón Seco y Monte Aymond, todas las mañanas heladas salía el Renault 12 familiar conducido por Néstor Kirchner que tempranito se iba a su despacho en la Municipalidad y casi siempre lo acompañaba su esposa, Cristina Fernández, que diariamente dejaba a su hijo Máximo en el colegio. Muchos años pasaron, la vida transcurrió entre alegrías políticas y desazones y ahora, cuando el dinero sobra (no como en aquellos tiempos de cartera limitada), Máximo, que nunca se fue de la casita de los viejos, decidió ampliarla y vaya si lo logró.
“Para expandir sus dominios, Máximo hace un año aproximadamente, adquirió el terreno contiguo a su casa, sobre la calle Monte Aymond. Allí había una modesta vivienda que fue rápidamente demolida para dar paso a la nueva construcción”, revela OPI.
Detrás del diseño y construcción estuvo el amigo de Néstor, Lázaro Báez, quien puso a trabajar a personal de la ex constructora Loscalzo y del Curto, empresa comprada por Báez a la muerte de uno de sus titulares, razón social que nunca cambió pero que es parte del denominado “Grupo”, donde confluyen todos los negocios que tiene el empresario.
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Equipo de Política de TDP