Desde hace ya varios años mucha gente trata de interpretar el fenómeno conocido como “kirchnerismo” a la luz de sus actos que siempre parecieron tener un pie en la ley y el otro fuera.
Creo que ha llegado el momento de poner “blanco sobre negro” quiénes son los kirchneristas que gobiernan, y en qué consiste su proyecto ideológico de país.
Están aboliendo la República
Los argentinos, desde 1983, hemos tenido serios problemas con nuestros representantes. Marchas y contramarchas, posiciones ideológicas que fueron desde la socialdemocracia de centroizquierda del presidente Raúl Alfonsín, tornaron al liberalismo salvaje de Carlos Menem, para terminar recayendo en este Socialismo del Siglo XXI de los Kirchner, más de Cristina que de Néstor.
El kirchnerismo —y sus seguidores— entienden a la democracia como una herramienta para conseguir legitimidad de poder, y, desde el hiperpresidencialismo, hacer y deshacer a su antojo. Se paran en una extraña forma de democracia donde el disidente debe callar y respetar al que obtuvo más votos, sin diálogo ni acercamiento con las minorías perdidosas.
Una democracia que empieza y termina en el evento comicial bienal.
Desde ese punto bien podemos decir que es una cuasi democracia. Chiquita, “ninguneadora”, mentirosa, y manipuladora de términos y expectativas.
Pero el gran secreto nunca revelado tan abiertamente como lo hizo hoy el ministro Julio Alak, es que el Socialismo del Siglo XI abjura de la República.
No le interesa la república, no respeta la división de Poderes, y tanto el Legislativo como el Judicial son auténticos escollos para su forma ideal de gobernar.
La Justicia somos nosotros
Las actitudes del gobierno respecto de la Justicia, ante los controvertidos eventos por la “Ley Clarín”, van en consonancia con las palabras que hace ya más de dos años vertiera Hebe de Bonafini en aquél recordado acto de presión a la corte suprema, y a causa de este mismo tema que nos ocupa hoy: la Ley Clarín.
Si uno tomara a Alak diciendo “que la Cámara pretenda extender la cautelar sería un alzamiento contra la democracia” y le adosara las palabras de Bonafini en septiembre de 2010, refiriéndose a la Corte Suprema de Justicia —“Les quiero decir a esos señores, a esos turros, que alguna vez piensen en el pueblo que está en la calle y que es el que debe dictaminar, no ellos”— se observa con meridiana claridad el tipo de Justicia que esta gente desea y necesita.
Abogan por la justicia de amigos, justicia únicamente para nosotros, que somos el pueblo, nunca para los demás… O parafraseando incluso a Juan Perón: “Al enemigo…Ni Justicia”.
El kirchnerismo no reconoce ni admite una justicia independiente. Quieren marionetas con carnet de Juez.
Y eso es negar la República.
La libertad en dosis prescriptas desde Olivos
El gobierno se ufana en decir una y otra vez que “nunca se tuvo mayor libertad de expresión desde el regreso de la democracia”. Y se basan en hechos triviales como que “se puede insultar a los funcionarios, se puede decir cualquier barbaridad, etc”.
Pero es el mismo gobierno que le impide a los jubilados la libertad y el derecho de percibir lo que les corresponde, desoyendo otra vez fallos de la Suprema Corte, que le impide a los argentinos el derecho al ahorro, porque ha creado un sistema económico donde cualquier excedente pasible de ahorro debe ir inmediatamente a consumo, porque ni les permite adquirir divisa fuerte ni les permite depositar ahorros en un banco sin perder su dinero a causa de la inflación.
Es el mismo gobierno que frena la entrada de libros a causa de las restricciones a las importaciones y, lo que es peor, de acceder a costosos medicamentos para tratar afecciones severas, quitándole a la gente su libertad de leer y su libertad de acceder a salud.
Y es el mismo gobierno que redactó y sancionó una pomposa ley de servicios audiovisuales que en realidad tiene el único objeto de desguazar al Grupo Clarín y configurar un monopolio de medios oficiales y oficialistas, en manos de capitalistas amigos y testaferros del kirchnerismo.
La libertad no se administra desde una presidencia. La libertad es un derecho consagrado en la Constitución Nacional. Al gobierno no le importan ni la libertad ni la Constitución nacional…es autoritario y restringe libertades.
Desean abolir la libertad de expresión instalando una voz única, la propia, y eso es Goebbels en estado puro.
Conculcan derechos y libertades, y eso es fascismo.
Resumiendo
El Socialismo del Siglo XXI, es comunismo “aggiornado”. Dicho de otra forma, es la mayor cantidad de comunismo que el siglo XXI le permite ejercer a ciertos corruptos conductores de países convertidos, por ellos, en vulgares republiquetas.
La sociedad argentina debe librar una dura batalla desde aquí hasta las elecciones legislativas de 2013. Y esa batalla consiste en resistir al máximo los avances sobre los poderes de la república, sobre la democracia y sobre la libertad.
Esto puede hacerse desde las calles, desde las redacciones, desde la justicia, desde las redes sociales y desde cada ámbito social que transitemos.
Pero, a estas alturas, ya resulta imprescindible que los dirigentes políticos de la llamada “oposición” comiencen a ponerse de pie de una vez y para siempre.
El juicio político al Ministro Julio Alak es imperativo. Debe ser impulsado de manera inminente. Prospere o no, ese funcionario debe quedar hasta el último día de su función pública con la espada de Damocles de la Justicia pendiendo sobre sí. Es la única manera en que se impedirá que un ex funcionario menemista, tradicionalmente tibio, termine de convertirse en el talibán destructor de la Justicia en que se está convirtiendo.
Los partidos políticos deben trabajar desde hoy, sin vacaciones ni tonteras, en la conformación de fiscalías electorales a nivel país.
Exigir una y otra vez la implementación de la Boleta Única y garantizar la presencia de un fiscal no oficialista por mesa y al menos un fiscal general por colegio. En toda la nación.
Y, fundamentalmente, no caer en la trampa del 2009. Si el gobierno quiere adelantar las elecciones legislativas, entonces se deben instrumentar las medidas para que también se adelanten las juras de los nuevos diputados. De lo contrario debe combatirse cualquier eventual adelantamiento de tales comicios.
La gente seguirá en las calles resistiendo al gobierno que avasalla y nos lleva al neo comunismo; los políticos deberán entender que si no se empieza a actuar ahora, luego será demasiado tarde para excusas.
Se han llevado al poder legislativo, han pisoteado una y otra vez la constitución nacional, están avanzando sobre la propiedad privada, se están llevando la libertad, se están llevando la justicia,
A estas alturas la única pregunta es: ¿Qué parte de son comunistas es la que no entienden?
Fabián Ferrante
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