El 8N fue una marcha que quedará en la memoria de muchos. Las fotos serán mostradas a hijos y nietos.
Muchas consideraciones se realizaron el respecto. Sesudos analistas hablaron de las implicancias sociopolíticas a corto y mediano plazo.
Más aún. Así como con la vieja historia del gol de Grillo a los ingleses, con el correr de los años será más y más la gente que asegurará haber ido. Hasta cubrir unos, digamos, 45 millones de personas.
Pero la característica más importante del 8N fue que, al menos para la foto, los dirigentes políticos estaban atrás de la gente común.
Al cabo de unos días de análisis y verificando nuevas realidades, lamento ser portador de malas noticias.
La marcha de la dignidad popular ha sido cooptada por la política. Y ahora ellos están delante de la gente. Aunque lo sigan, astutamente, ocultando.
Brad Moyano y el 19D
El proceso ha sido sumamente claro. Para el que conoce la interna de las redes sociales y la coteja con la realidad de los sucesos, en la calle.
Luego del 13S y, mucho más, al cabo del 8N, los medios de comunicación masivos salieron a darles pantalla y micrófono a los supuestos organizadores de las marchas.
Hablaba el “Turco” Asís de una mesa chica de 12 y una mesa ratona de 4 de esos 12. No se equivocaba.
Estos, con argumentaciones y términos puestos por escrito en mesa chica, repitieron una y otra vez en TV y diarios, que no eran los organizadores, sino “canalizadores de la voluntad popular”. No podían decir que lo eran, se desenmascaraban a sí mismos. Antes del tiempo de las listas.
Lo que NO dijeron en los medios fue que habían decidido no convocar a nuevas marchas en el transcurso de diciembre.
Así las marchas del 6 y el 13 de diciembre fueron públicamente ignoradas, twitteramente silenciadas, pero internamente boicoteadas por estos chicos.
Aún con discrepancias internas entre convocantes que colaboraron, parcialmente, a esos fracasos, la realidad es que ambas convocatorias naufragaron en la lastimosa soledad de un solteros contra casados. Estuvimos, entramos de cambio en el segundo tiempo y llegamos a cabecear un corner en la plaza. La mandamos a la segunda bandeja.
Ahora la corriente que se trata de instalar, por las redes, es convocar a los caceroleros a marchar el 19 de diciembre junto a Hugo Moyano.
Y pareciera que, la mesa chica, está mirando con muy buenos ojos la idea de mimetizarse con las centrales obreras y volver a las calles.
Con la difusión de los medios grandes que palanquearon, como quien no quiere la cosa, el 8N, y con el aporte financiero y de infraestructura de sectores pertenecientes al “Movimiento Nacional y Popular Juan Domingo Macri 2015”…. los referentes que no refieren, los organizadores que no organizan, y los candidatos que no se candidatean, están deliberando.
Con litros de Liquid Paper sobre la mesa. Por las dudas, para acaso, obliterar, prolijamente, lo que “decidieron” hace algo más de un mes.
Dos escenarios posibles
Hay una importante cantidad de ciudadanos que aún se resiste a “dejarse arriar”, y que identifican, no sin razón, a Hugo Moyano con las peores escenas del Kirchnerismo. Tanta gente que desde hace años es marcadamente opositora se ha cansado de indignarse por los negociados y los bloqueos compulsivos a la salida de diarios.
Si esa opinión desanima a los muchachos de la mesa chica, cabe una chance de que la marcha del 19 sea, tan solo, la marcha de las centrales obreras.
También hay una importante cantidad de gente que opina con pragmatismo político, y con memoria llamativamente selectiva, y privilegia la convocatoria frente a los convocantes.
Apelan a una dignidad hecha de chicle, diríamos.
Es posible que esa gente decida a los muchachos a marchar junto a Moyano. Convocando, desde la Unidad Básica del Twitter, buscando afanosamente muchos clicks en el “me gusta”, de su Facebook.
Usted se va a dar cuenta de manera muy sencilla cual posición ha resultado victoriosa en el debate interno de los referentes que no quieren referir.
Si llega a ver, el 19, unos globos muy profesionales que aparecen marchando juntos, algún camión con pantallas que transmitan videos alusivos, incluso, en una de esas, hasta una bandera larga y emocionante. Entonces ya sabrá qué posición ha pesado más.
Desde aquí le queremos dar algunas sugerencias a nuestro amigo lector, más que nada para guardarse en la retina la foto y la idea de un 8N épico, ciudadano e independiente.
-Guarde cuidadosamente aquellas fotos y siga pensando que fue una epopeya indepediente. Está en su derecho.
-No preste mucha atención a quienes aparezcan en la marcha ni qué cotillón exhiban. Es posible que se amargue al cuete.
-Recuerde que siempre hay escribidores políticamente incorrectos que dicen lo que a muchos no les gusta que se diga. Para putearnos, con, al menos, un dejo de piedad.
Y, finalmente, si quiere conservar el 8N como ejemplo de dignidad, queme esta nota luego de leerla.
No es ni bueno ni malo. Así es, simplemente, como somos.
Fabián Ferrante
Seguir a @FabianFerrante