Todo empezó cuando Mauricio Macri anunció que sería interrumpido el servicio de la Línea A de subtes para hacer reparaciones a sus vagones.
Inmediatamente después, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, le pasó factura: "Es una locura interrumpir el servicio (…) no puede ser que para poner 45 coches en funcionamiento tengan que cerrar la línea perjudicando a miles y miles de pasajeros".
A su vez, en declaraciones al canal C5N, el funcionario graficó que el Gobierno nacional puso en funcionamiento obras en el ferrocarril Sarmiento "sin cerrar un solo día".
La respuesta llegó por parte del jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien retrucó que el Gobierno nacional "no tiene autoridad para hablar del transporte público (…) No voy a entrar en polémica por el cierre del subte, esto no es político”.
Sin embargo, en las redes sociales la cuestión provocó gran enojo por parte de aquellos que se verán afectados por el no funcionamiento de ese transporte. Un botón de muestra:
Alexis Montefiore