“Sociedad que no vio 30.000 desaparecidos, sociedad que no ve 193 muertos”, denuncia con certeza una pintada enclavada justo enfrente de la Plaza de Mayo. Son un poco más de las 21:30, y bajo una gris noche otoñal está por finalizar el acto conmemorativo del tercer mes de la masacre de República Cromañón. La misma ostenta un gran peso propio, puesto que traduce con absoluta certeza la sensación de desamparo que sienten muchos de los familiares de las víctimas. Tentados por las mieles oficiales, que se materializaron en dinero cantante y sonante, pero al mismo tiempo espiados y hostigados, se acaban de enterar que desde las usinas ibarristas existe un proyecto de comisión investigadora que por supuesto los deja afuera. El vicejefe de gobierno porteño Jorge Telerman fue el encargado de difundir la infausta noticia, con su reluciente pelada que hacía juego con su sonrisa de póquer. “Su presidente será Daniel Betti, Diputado del Bloque del Sur, y hay algunas versiones circulando por los pasillos de la Legislatura que indican que algo terrible podría suceder. El ibarrismo y la izquierda habrían llegado a un acuerdo como para que no se desarrolle la investigación.
   Por otra parte, tampoco quieren que participen todas las organizaciones de familiares de las víctimas. Y claro, no les conviene, ya que cada una de ellas tiene su propio abogado y su propia estrategia, lo que facilitaría las cosas hasta llegar a la verdad. Pero la pregunta es ¿ I barra quiere llegar a la verdad? ¿O no le conviene?
   Mediante un comunicado, Betti comentó que “dos de las principales enseñanzas que arrojó el desastre del boliche siniestrado en el barrio de Once, son, por un lado, la necesidad de que la prevención de accidentes y catástrofes sea declarada en estado de emergencia en toda la Ciudad Autónoma, por lo menos por doce meses, pero en forma simultánea que sea institucionalizada en los barrios de la Capital Federal, la organización vecinal para realizar el control social de la gestión de esta emergencia”.
“Nuestro despacho considera urgentes estas medidas. No implementarlas potenciará el riesgo actual”, insistió Betti”, informó en un despacho el jueves 31 de marzo Urgente 24.
   El propósito es más que claro, sobre todo teniendo en cuenta la famosa comisión investigadora, propuesta por Kirchner en persona a Alberto Santillán a finales de 2003, que tendría a su cargo dilucidar los sucesos del 26 de junio de 2002. De más está decir que la citada no sólo no encontró casi nada, sino que centró las acusaciones de la matanza de los chicos Kosteki y Santillán en los bonaerenses ejecutores. Y no avanzó más, hasta que el citado padre de Darío se hartó de tanta desidia, y junto a Vanina Kosteki, la emprendieron en noviembre del año pasado con la conformación de otra comisión independiente.
   Este temor ya lo habían manifestado los deudos de la matanza, en la marcha de febrero pasado, cuando advirtieron que la causa estaba estancada, la investigación desviada y la culminación del pacto de impunidad entre Kirchner e I barra iba a ser, precisamente, la instauración de dicha comisión trucha.
   En el cosmos del de rock vernáculo, el transcurso de estos tres meses también ha hecho mella: “la masacre de República Cromañón dividió aguas en el rocanrol. Nosotros no dudamos de qué lado estamos frente a lo que pasó. En primer lugar, nos solidarizamos con los familiares de las víctimas y nos ponemos a su disposición para lo que necesiten. Pero queremos dejar bien en claro lo que pensamos, porque no faltaron músicos que se metieron con una actitud francamente botona, que se c….. en los casi 200 pibes que murieron y hoy agonizan en los hospitales. Parece que Botafogo, Ciro Pertusi, Cristian Aldana, Daffunchio y otros se olvidaron de lo que es tocar en sucuchos sin seguridad, en sótanos de m……, donde tenés que pagar para tocar, y los amigos y pibes que nos van a ver no tienen ninguna seguridad de salir vivos de ahí. Estos músicos salieron a decir en distintos medios que la culpa de lo que pasó es nuestra por la cultura de la pirotecnia, porque somos unos inconscientes, que en este país se perdieron los valores y cosas por el estilo”, según puntualiza un volante firmado por las bandas de rock independiente Anetol del monte, El espiador, Bocha, Hormigas, Kultura popular, Maquinación, Lipika, Radio Kemarak y Revolutiva.


La memoria contra el silencio oficial

   Si bien la marcha del miércoles 30 tuvo una magnitud de ocho cuadras, distó de ser masiva como pretendían los familiares hace un mes atrás. Esto les causa bastante consternación, frente a las jugarretas pingüineras son concientes que sólo el reclamo movilizador constante y el mantenimiento en alto de la memoria, quebrarán los muros del miedo y la indiferencia. La corporación política, cada vez más desprestigiada y con las miras puestas en las elecciones de octubre, apuesta todas sus fichas al olvido y a la clausura definitiva de la causa en las cabezas de Chabán y los integrantes de Callejeros.
   Por eso, se destinan cuantiosos recursos y dinero a organizaciones adictas al jefe de gobierno Aníbal I barra, para que sumen firmas de frente al plebiscito.
   Frente a tanta parafernalia, el dolor que no cesa de los reclamantes por justicia para sus seres queridos se asemeja a la lucha del pequeño David. Frente al rugiente y orgulloso Goliat, el pastorcito sólo tiene una honda dotada de una piedra. Eso es todo su capital, mientras que su antagonista está dotado de un armamento temible. Pero la piedra bien dada, puede hacerlo morder el polvo. Y esa piedra es, precisamente, la memoria convocante y movilizadora.  

Fernando Paolella