Cuando advertimos en 2010 el grado de narcotráfico que había en Rosario y todo Santa Fe, creyeron que era una operación política y jamás pensaron en la consecuencias de la inacción.
Lo que se advierte ahora en todo el país es la sistematización del daño. Ya no hablamos de la estabilización de los carteles en la Argentina, sino de que en forma coordinada se está permitiendo la comercialización minorista de drogas, a la que se trata como antiguamente a los operadores clandestinos de quiniela, permitiendo que su accionar se extienda en el tiempo.
Los jueces practican el “ñanduísmo”, metiendo la cabeza bajo el escritorio al dejar en libertad a productores de drogas y vendedores minoristas, además de abandonar a cientos de miles de madres que concurren a los estrados judiciales para implorar por la internación compulsiva de sus hijos. No abordan a los grandes jefes instalados en Puerto Madero, el barrio más caro de la Argentina, debido a que un exceso de temor les afloja los esfínteres en forma intermitente, pero lucen con pomposidad anillos, vehículos y comen en restaurantes de descomunal suntuosidad.
Mientras tanto, los jóvenes consumidores de drogas pueden encontrarse orinando en las esquinas, abandonados, o bien se los puede ver golpeando hasta matar a alguien que pasaba por la vereda de enfrente cometiendo el pecado de lucir una camiseta de Boca Juniors. Puede también encontrarse niñas que le cortan la cara a otra con la excusa de que es bonita, o cambiando sexo por dinero, o por una bolsita de marihuana. Se los puede ver deambulando sin rumbo en las madrugadas o tirados en alguna alcantarilla, robándole la cartera a una señora de avanzada edad o explicando alegremente que puede manejar su consumo.
Por otra parte los CPA, Centros Provinciales de Asistencia de Adictos, espacios gratuitos de atención que tiene la suerte de tener la Provincia de Buenos Aires, están siendo aniquilados desde el gobierno provincial. No se costean los alquileres desde hace un año, no se abonan los sueldos, no se paga la luz, el gas y el teléfono hace tiempo que fue cortado. Se atiende a los adictos a oscuras y poco a poco van bajando los brazos los profesionales quedando esos lugares abandonados.
Pero todo está tranquilo, es la segunda quincena de enero que nos regala un hermoso día de playa bien aprovechada por la clase política y estos temas no serán leídos por nadie. Todo seguirá igual, total la gente aguanta.
Claudio Izaguirre
Presidente Asociación Antidrogas de la República Argentina