Hoy, el Santo Padre, en el Angelus me pide que perdone y con sentimientos encontrados debo bajar mi cabeza y perdonarte Horacio Verbitsky; perdonarte por tus ofensas despiadadas, por tus injurias arteras, por tu despliegue de odio, por tus homicidios editoriales.
Te perdono, pero no olvido tu “Operación Bergoglio” y la trama que urdiste para presentar al Sucesor de Pedro como un genocida, como un despreciable hombre de la Iglesia. Entiendo que ya tenés tu castigo con el desprecio de todos los periodistas y medios de comunicación del mundo, esta vez la operación de prensa dañosa tuvo un límite inesperado, dado que el primero que salió a desmentirte fue el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien te aplicó una bofetada verbal por tu impertinencia, por tu falta de ética y de hombría de bien.
Te he visto en otras oportunidades hacer las mismas operaciones con otras personas, casualmente todas ellas incluyendo al Papa Francisco estuvieron y están en contra de las drogas, de su despenalización y de la promoción del consumo.
Recuerdo que hiciste algo similar con Alberto Lestelle logrando su salida de la Sedronar (Secretaría de Prevención de la Drogadicción), luego lo repetiste con Eduardo Duhalde, colgándole el cartel de narcotraficante y despojándolo de su vida política, mas adelante con José Ramón Granero, con Juan Alberto Yaría y con mi persona intentando mostrarme como narcotraficante y como nazi, utilizando siempre a periodistas de tu entorno y rematando con tu contratapa dominical para acentuar la mentira.
Tu actitud deja mal al periodismo y destroza la credibilidad de los hombres y mujeres de prensa que muchas veces se juegan la vida en una editorial. A la vejez deberás aprender a ser buena persona, humano, sensible y justo, virtudes que has perdido al momento de observar a quienes no acompañan tus convicciones. Todos los seres humanos tenemos la posibilidad de cambiar cuando tomamos conciencia de los yerros que cometemos. Ojala Horacio Verbitsky utilices tu contratapa de pagina/12 para pedirle perdón al Vicario de Cristo, él sabrá perdonarte.
Yo también debo pedir perdón a la comunidad periodística internacional por tener en mi país a Horacio Veerbitsky, un periodista que enloda en cada frase a esta digna profesión y deseo fervorosamente que la familia Católica de Argentina pueda tener la fortaleza de llevar adelante este pedido que realizó Su Santidad Francisco.
Perdonarte se hace difícil, Verbitsky , pero sé que de actitudes complejas como ésta se ha construido la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Claudio Izaguirre
Presidente Asociación Antidrogas de la República Argentina