El inicio del ciclo lectivo en las distintas provincias se convirtió en otra bisagra del año electoral, teniendo en cuenta las dificultades de algunos gobernadores para afrontar aumentos salariales a docentes en medio de sus disputas con la Nación.
Concretamente, luego de que la Casa Rosada diera por cerrada la paritaria nacional docente con un 22% de aumento dividido en tres tramos, dos de los más urgidos de obtener recursos para equiparar ese nivel de referencia son el bonaerense Daniel Scioli y el santacruceño Daniel Peralta.
La pulseada salarial se da en un clima político caldeado entre el gobierno de Cristina Kirchner y varios gobernadores enfrentados con el poder central, pero también por la pintura actual de la economía con la inflación en el centro de la escena.
Además de Scioli, cuyo caso es muy particular, y de Peralta, el ida y vuelta del kirchnerismo se intensificó en las últimas jornadas por distintos motivos con el porteño Mauricio Macri, el cordobés José Manuel de la Sota y el santafesino Antonio Bonfatti.
El aumento del 22% fue establecido con el fin de evitar que se desboquen los reclamos salariales junto con el acuerdo de precios lanzado por 60 días. Pese a ello, todas las centrales sindicales están en guardia y las opositoras, en pie de guerra.
Pese al tope, en La Plata calculan que la Provincia está en condiciones de afrontar un aumento de 7% para docentes y estatales, cifra inaceptable para los gremios que ya rechazaron el 22%. Por lo tanto necesitarían entre 6 y 8 mil millones de pesos de asistencia para equiparar lo fijado por la Nación.
La preocupación en la Provincia más grande del país es que ningún hombre de la Presidenta se comunicó en las últimas semanas para analizar la situación y la cuenta regresiva está en marcha: las clases deberían comenzar el 25.
Ya el año pasado la Casa Rosada demoró el envío de fondos —en concepto de asistencia— y Scioli debió fraccionar el pago del medio aguinaldo.
Previendo el escenario, el Gobernador ya había puesto al desbalanceo de la coparticipación en la marquesina, con declaraciones moderadas de sus funcionarios que igualmente agitaron una polémica con el cristinismo.
Política y Pacto Fiscal
El bonaerense mantuvo sus gestos de independencia que tanto irritan en Balcarce 50 de cara los próximos turnos electorales.
Se mostró con el intendente de Vicente López, Jorge Macri, y trascendió un encuentro con el hombre más odiado por el kirchnerismo, el exvicepresidente Julio Cobos.
Esa aventura motivó la censura del ministro de Planificación, Julio De Vido, quien a su vez está comprometido en un armado kirchnerista bonaerense junto a ministros, legisladores e intendentes como Alicia Kirchner, Julián Domínguez, Martín Insaurralde (Lomas de Zamora) y Fernando Espinoza (La Matanza).
Scioli mantiene el plan de jugar electoralmente dentro del Frente para la Victoria pero la tensión salarial podría abrir nuevos escenarios.
En principio, se espera la reacción de Olivos: el "incendio" —figura que exagera un esquema de paros generalizado— del principal distrito electoral del país antes de las elecciones del medio término parece una jugada riesgosa.
Por un lado, el Gobernador estaría abierto a resignar parte de sus pretensiones para compartir las listas bonaerenses del Frente para la Victoria, pero por el otro no descarta una jugada rupturista: la denuncia del Pacto Fiscal de 1992 tal como hizo De la Sota para que a la provincia se le dejen de descontar el 15% de fondos por coparticipación que son destinados a la ANSeS.
Un poco más holgado y rápido de reflejos, De la Sota se adelantó a la paritaria nacional y ofreció a los docentes cordobeses un aumento del 26%, también en tres tramos, con el objetivo de salir a pregonar que es el mejor aumento nacional.
Otro que amagó con denunciar el Pacto Fiscal —en la práctica significa que da por extinguida su vigencia— y luego desistió porque debería conseguir un difícil aval de la Legislatura fue el radical correntino Ricardo Colombi.
Colombi, quien se prepara para buscar su reelección este año frente al intendente kirchnerista de la capital correntina Carlos Mauricio "Camau" Espínola, se jacta de tener las cuentas en orden: también ofrecería un 25% de aumento a docentes y estatales.
En cambio Peralta está más complicado. La paritaria nacional se cerró el viernes en Buenos Aires, el mismo día en que la Presidenta aseguró desde El Calafate que en Santa Cruz "se nota que hace diez años que no gobierna Néstor Kirchner".
"Los que se quejan no deberían ser Gobierno", exclamó y dejó abierta la puerta a la asfixia del Gobernador que ya el año pasado no pudo otorgar aumentos salariales a docentes y estatales —solo a la Policía, luego de una rebelión— y este año no tiene fondos para afrontar lo que fija la pauta nacional.
Por no haber otorgado incrementos en 2012, Peralta enfrenta reclamos del 50%. Con fondos propios solo podría ofrecer sumas fijas, lo cual es inaceptable para los gremios y el calendario escolar también marca como fecha de clave el próximo 25.
Una estimación provincial indica que si otorga el 30% necesitaría 1.500 millones de pesos de asistencia o que la Legislatura —dominada por la agrupación cristinista La Cámpora— le permita endeudarse, cosa que hasta el momento no logró.
Los gobiernos de Macri y Bonfatti también esperaban la conclusión de las negociaciones nacionales para hacerles un ofrecimiento concreto a los docentes en sus distritos. Lo harán con menos urgencias pero salpicados por sus peleas políticas con la Nación.