Luego de que se conociera que el Peugeot 504 —que atropelló a un ciclista y circuló con el cuerpo sin vida en el capó del vehículo hasta llegar a un peaje— era manejado por el hijo del periodista Eduardo Aliverti, desde medios oficialistas se intentó relativizar la información y el hecho.
Desde diferentes canales y programas amigos del Gobierno, no solo se comenzó a hacer una inusual defensa a Pablo García, también locutor, como su padre, sino que se apuntó a otros medios de tener “ensañamiento” para con el joven de 27 años, ese ensañamiento que permitió conocer que el hecho ocurrió el sábado por la mañana, y que en definitiva… permitió conocer el hecho.
A medida que avanzaban las horas ya no solo se hablaba de "el drama del hijo de Aliverti" y del "insólito accidente del hijo de Aliverti" para narrar las fatalidades del victimario, sin hacer mención alguna a la víctima, Reinaldo Rodas, y con un férreo énfasis en el hecho de que el hijo del periodista había perdido a su madre hace dos meses y que esa actitud lo habría volcado a la bebida, sino que incluso se llegó a cuestionar al ciclista por circular por Panamericana.
Ningún desperdicio tiene la columna de Diario Veloz, que se pregunta “¿Qué hacía el ciclista en Panamericana?”, y que García también es víctima de la inoperancia vial.
El diario Página/12, donde se desempeña Aliverti, publicó el comunicado del periodista y recalcó que García, después del accidente, “trasladó” el cuerpo de la víctima hasta la siguiente estación de peaje. No circuló con el cuerpo sin vida o manejó con el cadáver del hombre que había atropellado, sino que lo “trasladó” de un punto a otro.
Relativizaciones, adjetivaciones, contextualizaciones y hechos que no cuentan, solo los apellidos.
Eliana Toro
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