Luego de abrevar largamente en el saber filosófico a la par de las Ciencias Naturales y otras disciplinas, estoy de acuerdo con la filosofía cuando su tarea es coordinar o unificar los resultados de la Ciencia Empírica, cuyas ramas los filósofos denominan “ciencias particulares”, y en cuanto critica o valoración del saber y sus posibilidades y limites en su aplicación al hombre.
Pero nunca aceptaré a la filosofía como el único saber posible sin supuestos, con el que deban coincidir las otras ciencias, que es lo mismo que anteponer un dogma a la Ciencia, en lugar de teorizar después de los descubrimientos y experimentos científicos.
En otras palabras, niego todo valor metafísico puro que se anteponga a la Ciencia Experimental. Valoro por otra parte, la concepción positiva de esa filosofía que se nutre de las ciencias particulares, y acepto su faz crítica como juicio acerca del saber.
En efecto, la creencia de que la filosofía es el único saber posible sin supuestos, basado solo en puras especulaciones mentales, al margen de las experiencias es propio de mentalidades de poco alcance.
Es esta, la del “saber único” (la filosofía), una concepción que ha dominado en la Antigüedad y en la Edad Media, y que aún hoy perdura en algunas escuelas o tendencias filosóficas.
Según esta creencia, exagerando, un conocimiento no es tal si no es filosófico. Fuera de la filosofía, el saber no es perfecto; tan sólo provisional.
Para Aristóteles, la filosofía es “la ciencia teórica de la verdad”. Los prácticos –dice- cuando consideran el porqué de las cosas, no examinan la causa en sí misma, sino en relación con un fin particular y para un interés presente. Ahora bien, nosotros no conocemos lo verdadero si no sabemos la causa”. (Metafísica, libro II, cap. I).
Fichte, quien definió a la filosofía como “ciencia de la ciencia en general” no da lugar a que las ciencias particulares posean autonomía.
Para Bergson, la intuición es la “visión directa del espíritu por parte del espíritu” y es la herramienta de la filosofía para conocer nada más ni nada menos, que la realidad absoluta.
Según Bergson, las cosas, la materia, no poseen realidad como tales, porque son sólo conciencia y tan sólo la conciencia puede conocer la conciencia.
En resumen, según mi posición frente a la filosofía en general, lo rescatable de ella son los sistemas empíricos en forma parcial y los positivistas. La filosofía entonces, es en buena parte ¡un “reservorio” de pseudociencias!
Con lo que concuerdo, es con esa filosofía que se nutre de las ciencias particulares para recoger sus resultados y obtener con ello una visión del mundo, y en esto precisamente consiste mi tarea extendida en mis 19 libros escritos, (15 de ellos publicados), donde según mi posición frente a la filosofía, lo rescatable son los sistemas empíricos, que se fundamentan en la ciencia experimental. Esto es lo que he hecho a través de mis lecturas, observaciones y reflexiones para volcarlo en mis escritos y muy resumidamente en este artículo, que así es filosofía. No lo es, según mi óptica; si por filosofía se entiende otra cosa.
Ladislao Vadas