Contexto
Para el Gobierno Nacional conducido por Néstor
Carlos Kirchner la cuestión salarial en la República Argentina no tiene una
importancia suprema al momento de establecer sus políticas, esto se debe a que
sigue empecinado en mantener las reglas heredadas de administraciones anteriores
y a las cuales le ha introducido ínfimas modificaciones, las que no persiguen
como finalidad establecer una solución de fondo y menos un diseño de una país
diferente. Aunque se preocupen en establecer mediáticamente y a nuestro cargo
que ahora es “Un país en serio” y con algunos olores progresistas.
El mensaje oficial que establece que los aumentos salariales
deben estar atados a la mayor productividad de las empresas es una trampa, que
solamente puede ser avalada por quienes siguen repitiendo aquellos discursos de
la década infame menemista. Quizás por un sentimiento de pertenencia, a la que
ya cada vez se les hace más difícil ocultar en los hechos. O bien, para ser más
claros a la misma
Salarios y trabajo
En la Argentina podemos confirmar que:
Los asalariados tienen conceptos no remunerativos formando
parte de sus ingresos que en muchos casos superan a los básicos convencionales
y que por lo tanto no son base para el cálculo
de otros conceptos,
La relación de dependencia oculta detrás de contratos o bien de facturaciones efectuadas por los trabajadores lo que confirma la precariedad laboral –el mismísimo Estado es practicante de ellas–,
La extensión de las jornadas de trabajo y los descansos violan todas las normas del Derecho del Trabajo,
La falta de vocación y convicción del Gobierno para hacer funcionar el Consejo del Salario, el Empleo y la Productividad es alarmante y preocupante,
El Gobierno que se niega a establecerse un seguro de desempleo,
El
Estado ha llevado adelante un robo de los aportes a las cajas de jubilaciones
–estatales y privadas– que dejan al desamparo a los futuros jubilados.
La falta de
actualización de los convenios colectivos de trabajo es producto de la
connivencia entre las cúpulas empresariales y sindicales, las primeras dicen
que “Los salarios son muy dignos” y las otras dan simplemente lástima
por la forma de que desde siempre han entregado a sus representados; pero ambas
son funcionales al proyecto gubernativo sin dudas.
Un claro ejemplo es el abandono que el Estado ha dado a las
empresas recuperadas por sus trabajadores y a las que les niegan cualquier tipo
de colaboración y contratación para contribuir a su desarrollo, como asimismo,
el andamiaje legal que necesitan para su funcionamiento en igualdad de
condiciones con las privadas. Las abandonan al no otorgar créditos para lograr
mayores niveles de actividad y las políticas públicas están convenientemente
ausentes. Pero claro las leyes, decretos y resoluciones se multiplican a la hora
de atender las necesidades del empresariado nacional y foráneo sin importar las
tan mentadas “competitividad” y “productividad”. El poder actúa y sigue
infiltrándose en las organizaciones de trabajadores, de desocupados, de
empresas bajo control obrero y cooperativas como única política activa y
proselitista.
Muchos otros temas serían claros ejemplos de la pauperización
del empleo y la inseguridad del mismo, y donde los trabajadores siguen siendo
marginados del supuesto modelo de progreso capitalista y neoliberal que desde
siempre los ha excluido.
Impronta
oficial
Para los funcionarios del Poder
Ejecutivo, todos ellos con vastos antecedentes de haber pasado décadas
cobijados bajo el empleo público y sus variopintas rentas, los reclamos
salariales son cuestiones menores, veamos:
“Para ganar más hay que trabajar más” – Alicia Kirchner, ministra de Desarrollo Social. “Simplemente se trata de reclamos que en muchos casos tienen contenidos políticos, partidarios e interesados. No lo vemos de otro modo” – Alberto Fernández, jefe de Gabinete de Ministros.
“El Gobierno no actúa por espasmos y mucho menos por presiones de estas características” – Aníbal Fernández, ministro del Interior.
“Hacen activismo político” – Ginés González García, ministro de Salud y Ambiente.
“El tema no es el salario, el tema es el poder de compra de ese salario” – Roberto Lavagna, ministro de Economía y Producción.
“¿...
? – Carlos Tomada, ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.
Qué alarmante es comprobar que la
cartera laboral se mantiene muda ante los reclamos salariales e inactiva en
cuanto conflicto se presenta, pero sin embargo el ministro se presenta como “Un
hombre de las relaciones laborales y las negociaciones colectivas, desde hace
muchos años”. ¿Para qué le sirvió durante 30 años haber realizado
tantos estudios, cursos, participado en organismos internacionales, haber sido
arbitro en conflictos y catedrático
universitario a la hora de ser ministro?
Con total impudicia el funcionariato maneja los datos de la
realidad social y los números de la economía y las finanzas, ellos se esconden
detrás de discursillos o gacetillas de prensa y tal es el nivel de sus prácticas
imbéciles que ninguno se atreve a ofrecer conferencias de prensa abiertas o
reportajes que no sean arreglados y pautados en los medios donde previamente
pautan las publicidades oficiales.
Todos podemos verificar que los funcionarios, simplones políticos,
después de pasar su cuarto de hora en el poder no han dejado nada construido
para el futuro de la Nación. Cuando se mantienen más tiempo en sus funciones
vemos solo las mentiras y la destrucción impuestas por doquier.
Existe una realidad que el Gobierno esconde, como es su tónica
de acción institucional. Los conflictos laborales en la actividad privada por
conseguir mejoras salariales han llevado a buen término los reclamos de los
trabajadores en la mayoría de los casos. En cambio, aquellos que se presentan
mayoritariamente en las esferas del sector público no son considerados como
reclamos genuinos sino como operaciones políticas. Reiteramos que así lo
afirman los políticos.
Decisiones
Debemos recordar que en junio del 2004 el
Gobierno Nacional aumentó los sueldos del presidente, ministros, secretarios,
subsecretarios y directores de organismos oficiales por medio de un decreto de
necesidad y urgencia. En aquellos momentos Alberto Fernández manifestaba “La
verdad es que nos cuesta mucho vivir con 3.000 pesos”. De ahí que ellos
se dieran un aumento de un día para el otro y pasaron a ganar 6.000 pesos. ¿Ahí
no existían contenidos políticos?. Al otro ministro Fernández, Aníbal, no le
interesaron las palabras del presidente brasilero “Lula” con respecto a que
“La prioridad deber ser acabar con la vergüenza de la pobreza”
dichas en su presencia en el XXII Congreso de la Internacional Socialista
realizado en el 2004. ¿Para qué concurrió entonces con los gastos pagados por
el pueblo argentino? ¿El Gobierno es socialista o socialdemócrata?
No podemos aceptar que en cada oportunidad que surgen
reclamos salariales desde el Gobierno todos pierdan la calma. Porque esa calma
que pierden se transforma en bajadas de líneas para los mercados que fijan las
remuneraciones en una economía concentrada como la argentina. Sabemos que
necesariamente éste tipo de forma de gobernar, con la representativa democracia
que los avala, termina en represión.
Para el Gobierno la salida de la convertibilidad con el
consabido aumento de los precios internos no debe ser atendido por la
recomposición de los salarios que en su conjunto están desactualizados en un
25% con respecto a la inflación. Pero es rápido al sostener que los aumentos
de sueldos son los motivadores de la inflación, lo que es una rayana mentira y
que se comprueba con el aumento de precios operados en los últimos meses. Los
argentinos conocemos muy bien como se genera la inflación y quienes siempre han
ganado con ella. ¿Fueron alguna vez beneficiados los que trabajan?
Tapar la problemática salarial reinante en todo el país es
para el Gobierno como pretender ocultar el sol con la mano. Es por eso que de
seguir negándose a cambiar las reglas perversas que existen en la distribución
del ingreso deberán echar mano a la represión en todos los conflictos que se
presenten en el futuro. Porque en Argentina siguen existiendo 11 millones de
pobres y 5 millones de indigentes que jamás podrán salir de esa vergüenza con
las políticas en vigencia. Vergüenza que parece preocupar muy poco a los
funcionarios de los gastos reservados y de representación, los viáticos
exorbitantes, los viajes continuos dentro del país y al exterior.
Datos
económicos oficiales
Ellos esconden la realidad sobre los
sufrimientos de todo un pueblo detrás de algunos índices prearmados y por
muchos cuestionables que intentan disfrazar lo que realmente sucede, aunque no
pueden esconder que con sus multimillonarios patrimonios se alimentan, visten,
viajan, comunican, se cuidan y todos sus gastos son pagados por el pueblo
argentino. ¿Qué facilismo el de los representantes?
De los últimos datos oficiales surge lo siguiente:
-La canasta básica de alimentos alcanza a $ 374,
-La canasta básica total (vestimenta, transporte, educación, salud, etc.) a $ 827,
-Aquellos que se encuentran en el decil más alto de ingresos se quedan con el 37% de los ingresos –idéntico porcentaje al vigente a mediados del año 2001–,
-La desocupación y subocupación alcanzan al 28% de la población,
-El 31% de los hogares se encuentran en la pobreza y el 13% en la indigencia, siendo del 41% y 19% respectivamente cuando se consideran la cantidad de personas.
También el Gobierno nos informa de desde fines del año 2001 a la actualidad:
-La inflación creció el 62%,
-El aumento de los alimentos del 85%, la indumentaria un 91% y el 73% para otros bienes y servicios varios.
-La variación de salarios en el mismo período ha sido del 48% para los trabajadores registrados, del 17% para los no registrados y el sector público. En su conjunto un 39%.
La economía estatal brinda los siguientes guarismos sobre el año 2004:
-El saldo de la balanza comercial alcanzó los 36.000 millones de pesos,
-La recaudación tributaria total fue de 103.000 millones –108% más que en el año 2001–,
-Las reservas actuales son de 63.000 millones,
-El Producto Bruto Interno fue de 1.116.000 millones aumentando un 9% con respecto al año anterior,
-La Inversión Interna Bruta creció un 35% –197.000 millones– en el último año.
Lo financiero y especulativo nos impone lo siguiente:
-Los Bonos del Gobierno aumentaron su cotización en un 30% en el último año,
-Las acciones lo hicieron en un 20%,
-Los
plazos fijos se remuneran con un 3% anual mientras que la tasa para préstamos
personales es del 27%, para adelantos en cuenta corriente bancaria del 15% y las
prendarias e hipotecarias del 11% anual.
En
fin...
Cada uno sacará las conclusiones de lo
que estamos hablando y de cuales son las prioridades e improntas de este rentístico
y financiero gobierno progresista. El conflicto laboral está creciendo en la
Argentina de una forma exponencial. Ya no le interesa a los trabajadores quienes
se arrogan su representación sindical. Es una muy buena noticia saber que las
asambleas en cada lugar de trabajo están dispuestas a tomar a su cargo los
reclamos y las mejoras a las condiciones de trabajo e ingreso.
La vida, las esperanzas y el proyecto de vida de los
ciudadanos debe dejar de estar en manos de un grupúsculo de funcionarios
avenidos en iluminados, nuestra República tiene la obligación de establecer un
futuro digno para las próximas generaciones y dejar de quedar atada a las
apetencias de los políticos de turno. Sencillamente porque cuando están en el
poder hacen lo que quieren y les viene en gana, y cuando se van dejar solo
tierra arrasada.
La puja por el ingreso y la distribución del mismo es una
cuestión que nos atañe a todos y es justamente lo que debemos arrebatarles.
Eso le duele al Estado. Eso nos alegra a muchos.
Hugo Alberto de Pedro