Durante la noche del viernes pasado, un operativo llevado a cabo en el cementerio de Río Gallegos, asombró a los ciudadanos, sensibilizados por las recientes denuncias de lavado de dinero y su posible vinculación con el mausoleo del ex presidente Néstor Kirchner, cuyo féretro se encuentra en el lugar.
Según señaló OPI Santa Cruz, la propia Policía sostuvo que se trató de un operativo por una investigación de robo de droga, destinada al incinerador de la necrópolis, lugar donde se reducen los estupefacientes.
Los medios, las redes sociales y las redacciones de los principales diarios de Río Gallegos, anoche se inundaron de mensajes por todas las vías conocidas y replicaron en los medios nacionales que llamaban la redacción de ese medio sureño para corroborar la noticia.
Los rumores eran los siguientes: que policías de la Federal y la Provincia, en un operativo conjunto, estaba allanando el cementerio municipal, donde se erige el mausoleo de la familia Kirchner.
Luego, disparadas las alertas comenzaron a generarse argumentando que había “operativo simulado” para sacar dinero que teóricamente se encontraba en la bóveda de Néstor Kirchner.
Sin embargo, esto fue negado oficialmente y corroborado por los medios del lugar.
De acuerdo a lo informado desde la Jefatura de Policía, se trató de un operativo conjunto con la Federal ordenado por la Justicia, en virtud de que se constató el faltante de al menos dos kilos de drogas, de los 20 kgs que el 29 de abril la justicia mandó a quemar en el incinerador de la necrópolis.
Por este motivo la Policía realizó allanamientos en las oficinas administrativas y el crematorio del cementerio, con presencia de las autoridades del Municipio, que llegaron urgidos por la llamada de los empelados que en ese momento permanecían de seguridad.
La investigación judicial intenta averiguar cómo los empelados municipales lograron hacerse de los 2 Kg. de estupefacientes y si ésta es la primera maniobra de este tipo que realizan. También investigan la cadena de responsabilidad que existe en el protocolo de incineración de drogas, que suele hacerse ante la presencia de autoridades, la Justicia y la Policía.