El Gobierno parece haber domado en los últimos días algunas variables desbocadas de la economía, lo que en caso de confirmarse, le permitiría recuperar compostura en momentos en que sus políticas son severamente cuestionadas.
"Si la economía no funciona, los escándalos golpean más fuerte", señala una máxima de los consultores argentinos, basados en experiencias pasadas y observando planillas de encuestas actuales de cara al próximo turno electoral.
Esa combinación de economía en crisis y denuncias de corrupción construyó ahora un combo complejo para el Gobierno kirchnerista, justo cuando se propone celebrar el sábado próximo sus diez años en el poder como una década ganada.
El destino hizo que pocos días antes de ese festejo oficialista en la Plaza de Mayo, Jorge Rafael Videla muriera en la cárcel, reivindicando la obstinación de los Kirchner para que los protagonistas del terrorismo de Estado -beneficiados antes con indultos y prisiones domiciliarias- paguen por sus atrocidades.
Pero lo de Videla posiblemente signifique un fogonazo dentro de una coyuntura más densa, en la que la cuestionada reforma de la Justicia -próxima a ser revisada en tribunales- y la pelea franca con el Grupo Clarín se mantuvieron en escena.
En verdad, ambas pulseadas están muy vinculadas y tienen un final incierto para el Gobierno, sobre todo porque gran parte de la sociedad no las entiende como medulares para su vida.
Esto pese a que Mauricio Macri decidió involucrarse de lleno en la pelea dictando un decreto -también cuestionado por su validez- que podría darle una herramienta más a Clarín en caso de una intervención oficial.
Resultó novedoso en todo este proceso que, en medio de su defensa de la denominada democratización judicial, Cristina Kirchner anunció que no tiene previsto reformar la Constitución, lo que significa que desiste de ser reelecta en 2015.
El pronunciamiento se dio en momentos en que el cristinismo apuesta a una buena elección en octubre para avanzar hacia una reforma constitucional, pese a que hoy por hoy el escenario del Congreso lo vuelve prácticamente imposible.
De todos modos, la Presidenta hizo el ¿renunciamiento? en medio de un raid de actos en el Conurbano bonaerense, nuevamente convertido en el principal territorio de disputa electoral.
En dos de esas apariciones, Cristina fue complaciente con el intendente de Tigre, Sergio Massa, quien logró erigirse como la pieza central del tablero electoral. El cordial intercambio de dos figuras que se recelan alentó la presunción de un acuerdo.
En ese marco, los operadores del alcalde del norte del Conurbano se encargaron de advertir que es poco probable que Massa integre una lista kirchnerista de candidatos a diputados nacionales. Sin embargo, podría dejar pasar el turno electoral.
"A Massa lo aturde tener que volver a pedir licencia, porque ya lo había hecho a mediados de 2008 para ser jefe de Gabinete cuando renunció Alberto Fernández. Volver a hacer eso para ser diputado lo atormenta", señalaron en su entorno y remarcaron que sus dos asesores estadounidenses le aseguran que el día después de las elecciones no podrá hacer nada desde una banca de diputados para cumplir lo que la gente espera de él.
Pero así y todo, indicaron que hay muchos que lo alientan a jugar por fuera del kirchnerismo con su sello, el Frente Renovador, por lo que la definición será en una postergada reunión con su grupo político antes del primero de junio.
Las riendas de la economía
"Aunque todavía con guarismos modestos la economía parece estar entrando en el ciclo de crecimiento sostenido", evaluó el Centro de Estudios Económicos de Orlando Ferreres, que midió una expansión del PBI de 0,7 por ciento en el primer trimestre.
Esa tenue reactivación económica se vio alentada en los últimos días con la sensación de que finalmente el Gobierno logró contener con una batería de medidas la cotización del dólar paralelo, luego de que superara los 10 pesos la semana previa.
También resultó aliviador el acuerdo firmado con la estadounidense Chevron para inyectar capitales a la exploración del yacimiento de Vaca Muerta, única esperanza a mediano plazo para revertir el pronunciado déficit energético.
Por otra parte, el equipo económico mantiene expectativas sobre el plan de blanqueo de capitales, pese a los razonables cuestionamientos que hay sobre el proyecto de ley por premiar a incumplidores y a la promesa opositora de que derogará la norma con la nueva composición del Congreso.
Además, la Presidenta pudo mostrarse con seis gremios importantes, que acordaron una pauta de aumento salarial del 24 por ciento y fijaron una referencia para las paritarias y también para el resto de las variables económicas.
Para algunos economistas cercanos al Gobierno esos acuerdos implicarán una inyección de miles de millones de pesos al consumo, lo que apuntalará la reactivación; pero también podrían presionar a que muchos asalariados estimulen al dólar paralelo como una forma de ahorro y también a la inflación.
En ese contexto, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de abril relevado por el Indec fue de 0,7%, igual que en marzo, mientras que el índice promedio de las consultoras privadas fue de 1,52% (1,54% un mes antes).
Estas cifras se dieron en medio del congelamiento de precios que ahora será reformulado hasta octubre sobre la base de 500 productos. Para esa fecha, en la que estará listo el nuevo IPC nacional que se desarrolla con la participación de universidades nacionales, el Gobierno espera que la inflación esté controlada y que las elecciones no sean un dolor de cabeza.