Los muchachos perdieron toda compostura y cuando se trata de miles de millones de dólares en importación de combustible, ya nadie respeta territorios y las cosas no se discuten en una mesa de reunión sino en virtuales rings de boxeo de la Casa Rosada.
Hace días nomás, el Secretario Legal y Técnico de la Presidencia Carlos “Chino” Zannini estaba reunido en su despacho con Miguel Galuccio, el presidente de YPF, un hombre de buenos modales a quien se reconoce por su cordialidad y buena predisposición al diálogo. Galuccio trabajó muchos años en Londres donde adoptó la flema inglesa y abandonó la presidencia de la firma IPM cuando Cristina Fernández lo convocó para dirigir los destinos de la petrolera estatal.
El hombre, seguro, nunca imaginó que iba a estar en el medio de una trifulca de funcionarios en el mismo corazón del gobierno argentino.
Lo cierto es que mientras estaban reunidos Galuccio y Zannini llegó hasta la puerta del despacho, bastante exaltado, el Ministro de Planificación, Julio de Vido.
En la secretaría privada le dijeron a De Vido que Carlos Zannini estaba reunido con Galuccio, pero De Vido entró igual y encaró al “Chino” a los gritos reprochándole que se metiera en un área que le correspondía al Ministerio de Planificación.
Se escucharon insultos fuertes y de pronto voló un golpe por el aire y todo se desmadró.
Zannini y De Vido se enfrascaron en una pelea callejera y Galuccio en el medio no atinó a intervenir.
Volaron carpetas, sillas y todo lo que había al alcance de la mano sirvió para golpearse.
La secretaria de Zannini atinó llamar a la Casa Militar porque no había custodios a mano que pudieran detener el sainete.
Insultos por demás y esas cosas que uno conoce cuando dos tipos se enfrentan perdiendo toda la cordura. Lo que de pronto rebalsa el ámbito son las acusaciones que se escuchaban en medio de la tensión máxima.
A poco de empezar el escándalo llegó personal de la Casa Militar que separó a los contendientes, que seguían tirándose frases irreproducibles y acusaciones algo graves de un negocio multimillonario (sólo de GNC se importará el año próximo 2400 millones de dólares, un negocio que involucra al ex Ministro y privatizador de Carlos Menem, Roberto Dromi).
Hace poco se conocieron detalles de ese flujo de millones y a ciertos funcionarios del gobierno no les gustó saber que Julio De Vido tenía como aliado y proveedor preferencial para esa importación a Roberto Dromi.
De eso se hablaba en la Casa Rosada y aunque no sabemos si De Vido se refería a ese tema cuando encaró a Zannini, el episodio quiso guardarse en silencio pero la gente de la Secretaria legal y Técnica igual ya habla del incidente como un grotesco pocas veces visto en área Presidencial.
Si estos negocios que involucra dineros públicos se dirimen a puñetazo limpio en vez de transparencia total, no es una señal demasiado alentadora cuando termina en escándalos tipo el club de la pelea.
Jorge Boimvaser
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