Así como con el informe Rattenbach, que tanto cautivó la atención de la presidenta, pero que ya había sido publicada por la revista Semanal Siete Días, las “carpetas” de Rossi fueron difundidas por Clarín en 1996.
El 26 de enero del año 2012 y en su reaparición en público luego de la intervención quirúrgica en la glándula tiroides, Cristina Fernández instruyó al entonces ministro de Defensa de la Nación, Arturo Puricelli, para que "conforme una Comisión que proceda a la apertura y el conocimiento público del Informe Rattenbach", en referencia al escrito realizado tras la guerra por las Islas Malvinas.
La intención era la de demostrar que la guerra "no fue decisión del pueblo", según había indicado Cristina en esa oportunidad.
Sin embargo, el archivo que había acaparado tanto la atención de la presidenta, ya había sido difundido extraoficialmente a la prensa en 1983 —a través de la revista semanal Siete Días— dos veces en forma de libro, en el sitio del Nunca Más, en el de la Coordinadora de Centros de Ex Soldados de Malvinas, en la Biblioteca del Congreso de EE UU, en Mercado Libre, en librerías y hasta en Taringa. Además, hubo varios proyectos legislativos para que se procediera a la apertura y publicación oficial. Uno de ellos fue presentado por Pedro José Azcoiti y Federico Storani, en el 2007.
En marzo, el misterio terminó y el registro fue finalmente publicado en el sitio web de la Presidencia de la Nación. Se trataba de las mismas 296 páginas que ya habían sido publicadas hace casi tres décadas, sin diferencia alguna. Lo que se le agrega, son los anexos, donde figuran algunas tácticas militares, y declaraciones.
Este lunes, aunque con nuevo ministro de Defensa (Agustín Rossi), ocurrió algo bastante similar.
El funcionario santafesino anunció hoy el hallazgo de 1.500 documentos que estaban escondidos en un subsuelo y contenían información y listas negras de la dictadura.
"Llegamos a esta documentación por la información que nos dio el jefe de la Fuerza Aérea", dijo Rossi. Los documentos fueron encontrados en biblioratos guardados en cajas fuertes, armarios y estantería en un subsuelo de tres metros de ancho por dos de alto en el edificio Cóndor.
El funcionario aseguró que lo hallado tiene un "enorme valor histórico" y "valor jurídico". "Es la primera vez que tenemos acceso" a documentación de ese tipo, añadió.
Una de las carpetas "analiza exclusivamente las listas negras de intelectuales, comunicadores y artistas con distintos niveles de calificación". Entre los artistas estaban María Elena Walsh, Federico Luppi, Norman Brisky, Héctor Alterio, Osvaldo Bayer, Horacio Guaraní, Marilina Ross, Mercedes Sosa, Norma Aleandro y Víctor Heredia.
Sin embargo, la información ya había sido publicada en un suplemento del diario Clarín aparecido el 24 de marzo de 1996. En esas páginas, se mostraron documentos que daban cuenta de la persecución ideológica en los ámbitos cultural, artístico y educativo, denominada genéricamente como "Operación Claridad".
Esos documentos, de carácter secreto fueron salvados de las llamas pese al pedido expreso de incineración que exigía un sello en sus páginas, pero finalmente difundidos por ese medio.