Soy un pequeño productor del rubro textil. Bastante pequeño, a decir verdad. Comencé a trabajar como productor en el año 2012, ya que antes revendía mercadería que compraba y luego le cargaba una ganancia para poder hacer una diferencia.
A partir del fomento que este Gobierno nos dio a las pymes, me animé y traje maquinaria importada de Italia para convertirme en industrial. Lo cual implicó más inversión y más puestos de trabajo. También, obviamente, mayor ganancia para mi emprendimiento.
Pude comprar dos máquinas nuevas y me largué a comprar dos usadas. Siempre con los créditos que el gobierno obligó a los bancos a que le dieran a las pymes a tasa fija en pesos. El Gobierno siempre alentó la sustitución de importaciones y la creación de puestos de trabajo. Hasta aquí todo de lujo.
En diciembre de 2012 me salió aprobado el pedido de divisas para girar al exterior el dinero y comprar dos máquinas de tejeduría usadas en Italia. O sea, la famosa DJAI que Moreno otorgaba o no de acuerdo a su humor, y a la cantidad de dólares que hubiera en el Banco Central.
El barco salió de Italia con rumbo a la Argentina y yo me dispuse a esperar las máquinas para empezar a producir más y dar más trabajo a la gente.
Certificado de origen de las máquinas legalizado por el consulado, certificando que la operación era 100% legal
Resulta que mientras el barco estaba viniendo desde Italia con mis dos máquinas como parte de su carga, me enteré de que el Ministerio de la Producción (liderado por Débora Giorgi) en conjunto con la Secretaria de Comercio exterior acababan de sacar una nueva medida para importación de maquinarias usadas. La reglamentación 2.646 del año 2012.
Dije: "Bueno, a hacer trámites, tengo todo en regla, compré todo bien, no voy a tener problemas para liberar las máquinas". Los primeros días de abril las máquinas llegaron al país.
Máquina fotografiada en depósito fiscal de Aduana a pedido de INTI
Identificación de una de las máquinas también por pedido del INTI
La reglamentación en cuestión es la 2.646 y resultó ser la peor pesadilla que cualquier ciudadano pueda imaginarse. Esta reglamentación solicita cosas muy difíciles de cumplimentar en un breve periodo de tiempo con el objetivo de desalentar la importación. Sin embargo, logré realizar todo lo que me pedían.
Informe del INTI aprobando la importación de mis máquinas
Hoy, casi un año después de que mis máquinas se encuentran en la Argentina y más de 14 meses después de que girara mi dinero para comprarlas, las máquinas se encuentran en la Aduana. A la espera que los funcionarios del Ministerio de Producción y del Ministerio de Economía se dignen a dar curso a mi expediente.
Cumplí con todo lo que pedía la reglamentación 2.546. Desde los certificados del INTI, pasando por el visto del consulado, hasta las múltiples certificaciones de AFIP. No sé por qué motivo mi expediente no avanza. Nadie me da una respuesta. Con el agravante de que la Aduana está intimándome a que retire las máquinas porque están ¡por pasar a remate!, debido al tiempo de antigüedad en depósito fiscal sin que las retiren.
Conclusión: tengo toda la documentación aprobada y solicitada por el Ministerio y la Secretaría, pero el trámite sigue sin salir y nadie me explica cuál es el motivo de que el mismo esté trabado. La verdad, estoy desesperado y ya no se a quien más recurrir.
Esta es la lista de organismos que me han dado la espalda y no han oído mi reclamo para agilizar el trámite:
-Secretaría de Industria.
-Ministerio de la Producción
-Secretaría de Comercio Exterior.
-Jefatura de Gabinete de ministros.
Creo que con este post logré descargarme y espero poder informar a los usuarios de Taringa acerca de la complejidad que tiene invertir en este país, más allá del tamaño del emprendimiento que tengamos todo parece organizado para sabotearnos.
Y me duele mucho decir esto, ya que fui (y aun soy) un convencido de que este gobierno tiene más cosas buenas que malas. Sin dudas, entre las malas está esta falta de respeto a quienes invertimos y apostamos a crecer en el país.
Pido disculpas por pixelar las imágenes. La verdad prefiero conservar en el anonimato mi identidad y la de mi empresa. Solo deseo que la mayor cantidad de personas puedan tener conocimiento de lo que sucede en la Argentina kirchnerista cuando alguien quiere invertir.
Cierro el post con las crudas pero reales palabras de un gran empresario argentino, Gustavo Grobocopatel, quien en una entrevista realizada en estos días dijo: “Los empresarios argentinos estamos preparados para resistir y aguantar, no para desarrollar”.
Para los que dudan de que sea un productor: acá una foto certificada de una máquina que está funcionando ahora mismo en mi taller. Obviamente no tengo las máquinas en cuestión para certificarlas por lógicas razones. Tampoco la documentación que se encuentra en el expediente. Espero que despeje dudas.
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