La noticia conmocionó hoy a los medios provinciales y nacionales: dos balas 9 mm sin percutar, una de ellas marca Luger, aparecieron misteriosamente frente al ingreso principal de diario MDZ Online, en la calle Bandera de los Andes de Guaymallén, Mendoza.

Las balas fueron “plantadas” con siete días de diferencia. La primera de ellas apareció encastrada entre dos planchas de pavimento enfrente de la puerta del diario el jueves 10 de abril, por la mañana. La encontró uno de los reporteros gráficos del diario. En ese momento, el hecho se adjudicó más a algún extravío casual que a una amenaza o mensaje mafioso. Pero ayer apareció una segunda bala, del mismo calibre y de otra marca que se consigue en la Argentina pero que es de uso más restringido.

La aparición de un segundo proyectil 9 mm marca Luger, esta vez sobre la vereda del diario y bien visible, generó preocupación. Por ello, la dirección periodística realizó la denuncia en la Oficina Fiscal 8 de Guaymallén, aunque la causa recaerá en la Unidad Especial de Delitos Complejos a cargo de Claudia Ríos. La segunda cápsula sin servir de 9 mm fue hallada por una de las periodistas de MDZ Radio.

¿Fue un mensaje mafioso? ¿Por qué? ¿Para quién?

Agencia Télam toma palabras de uno de los directivos del medio: "Las autoridades de MDZ consignaron una serie de publicaciones e investigaciones sobre hechos de corrupción y juicios en marcha, que podrían estar relacionados al claro mensaje mafioso".

Según la agencia oficial, son “casos complejos de prostitución VIP, extorsión a tarjeteros del estacionamiento medido, y otros negocios donde mafia y política se vinculan".

Y lo curioso llega al final: sin que nadie hubiera especulado con nombre alguno, Télam advierte que se trata de “casos que involucran a la intendencia de la Ciudad de Mendoza, cuyo titular es el radical Víctor Fayad”.

¿Por qué mencionan a este último? ¿No es suspicaz que no se diga que está alineado al kirchnerismo? Por lo visto, Télam conoce algo que los periodistas desconocen. Habrá que ver de qué se trata. 

Alexis Montefiore