Luego de que una joven de 19 años revelara públicamente haber sido violada por cuatro sujetos en el boliche "Le Clik” en Balvanera, la Asociación de Víctimas de Violaciones (Avivi)  recibió al menos doce denuncias similares ocurridas en el mismo establecimiento esa misma noche, en los últimos meses e incluso  hace mucho más tiempo  que están siendo ahora aportados a la fiscalía.

Según un comunicado de Fundación La Alameda, con la firma de Gustavo Vera, titular de esa Fundación, “en todos los casos se habla de violaciones o intentos de violaciones durante fiestas en ese establecimiento por parte de varios sujetos que se mueven con total impunidad”.

“Otro denominador común en los testimonios es la constatación de la total pasividad del personal de seguridad del boliche cuando las víctimas pidieron ayuda ante la participación de alguno de estos en los delitos”, agrega la Fundación.

“La denuncia pública y judicial de Camila pone al descubierto un secreto que ya varios conocían en la noche de ‘la fiesta alternativa’ en Le Click y que las víctimas callaban por miedo. Las violaciones, abusos, intentos de violaciones, la circulación y consumo de estupefacientes y la violencia eran moneda corriente en un establecimiento habilitado inocentemente como local ‘clase c’”, se añade.

 “Ante el escándalo, el titular de la Agencia de Control Comunal, Gómez Centurión informó a los medios que fue el boliche inspeccionado 11 veces este año y 23 el año pasado y que la última clausura  había sido en diciembre de 2012 por encontrarse vencida su inscripción en el Registro de Locales Bailables y continuaba ejerciendo dicha actividad”, cuenta La Alameda.

“También sostuvo que ‘Nuestro alcance como Organismo de Control de Faltas es de índole administrativo: esto significa velar por el cumplimiento del Derecho de Uso para el cual fue habilitado, que cumpla con las condiciones de higiene y seguridad como ser las cuestiones estructurales del local, control de matafuegos, salidas de emergencia operables, capacidad de gente y el control de ingreso de menores. La AGC no tiene competencia en este tipo de delitos’”, añade. 

“Lo que sostiene el titular de la AGC respecto a sus competencias es cierto, pero apenas media verdad. La otra media verdad es que la AGC tiene ejercicio de poder de policía y durante las inspecciones puede verificar in situ que se está desvirtuando el rubro para el cual el establecimiento fue habilitado y proceder a la clausura e iniciar un expediente de revocatoria de la habilitación si la falla fuera grave. Además, como funcionarios públicos, si detectan un delito, tienen la obligación de denunciarlo a través de la procuración de la Ciudad o bien ante la comisaria de la zona”, se expresa La Alameda.

“Llama la atención que hayan hecho 34 inspecciones entre el 2013 y lo que va del año y nunca hayan detectado la abierta circulación y consumo de estupefacientes, grupos fuertemente alcoholizados y la situación de descontrol y ‘reviente’ que sábado tras sábado se daba en el escenario de la llamada ‘fiesta alternativa’”, añade la Fundación.

“Llama la atención que mientras tanto, diferentes víctimas que concurrieron a ese boliche en los últimos tres años denuncien situaciones de violencia, abusos, tentativas y violaciones y que en 34 oportunidades los inspectores no hayan visto nada.  En la misma ciudad del desastre de Beara y de la masacre de Cromañón, parece que los organismos inspectivos del Estado siguen marcando el paso en el mismo lugar”, apunta La Alameda.  

Y finalmente agrega: “Esperábamos que el titular de la AGC iniciara al menos un sumario a los inspectores que 34 veces fueron a Le Click en los últimos dos años porque o son absolutamente inútiles para su función o son profundamente coimeros. Si en Cromañón la corrupción mata, en Le Click la corrupción, viola”.  

Redacción de TDP
Seguir a Tribuna