Finalmente, no hubo acuerdo con los fondos buitre: cuando parecía que un acuerdo era posible, fracasó este miércoles una reunión crucial celebrada en Nueva York y es un hecho que Argentina caiga en default, según advirtió el mediador Daniel Pollack.
Al cabo de seis horas de deliberaciones, el ministro de Economía, Axel Kicillof, no logró llegar a un punto en común con los fondos buitre, que reclaman cobrar títulos de la deuda nacional en mejores condiciones que aquellos bonistas que ingresaron a los canjes de 2005 y 2010. También cayó en saco roto una negociación impulsada por bancos argentinos.
Al término del encuentro en Nueva York, Kicillof brindó una rueda de prensa en el Consulado argentino en esa ciudad estadounidense, donde negó que Argentina vaya a entrar en default y cargó contra el magistrado Thomas Griesa por trabar el pago a los bonistas reestructurados: "Que el juez impida cobrar es un problema que carga sobre sus espaldas", sostuvo el funcionario.
También dijo que es posible que banqueros argentinos enrolados en ADEBA compren a los buitres los títulos en default, después de que se frustraran las negociaciones entre el Gobierno y los holdouts, ya que los fondos especulativos —según Kicillof— pretenden que el país incurra en un acto "ilegal" al pagarles más dinero que a los bonistas reestructurados.
De todos modos, según recuerda agencia Noticias Argentinas la gestión encarada en paralelo por bancos privados de la Argentina para tratar de llegar a un acuerdo con los fondos buitre también fracasó.
"No se pudo avanzar con el intento de comprar la deuda en manos de los fondos buitre", confió la fuente consultada. Así, la Argentina debería ahora afrontar una cesación de pagos al menos hasta fin de año, cuando vencerá la cláusula RUFO, y en enero podría haber una nueva negociación con los fondos especulativos, que compraron bonos en U$S 50 millones en 2008 y pretenden obtener 1.600 por ciento de ganancias, según indicó Kicillof en Nueva York.
Equipo de Economía de TDP