Cuatro Preguntas Clave

1.   ¿Qué hacen fondos públicos santacruceños depositados en el área de Banca Privada de tres bancos supranacionales?  Nadie lo sabe; aunque nos preguntamos si los mismos estarán a nombre de la Provincia de Santa Cruz, o a nombre de Néstor, Julio, “Crishtina” o algún otro, pues es sabido que los departamentos de “banca privada” manejan los fondos personales de gente muy rica…

2.   ¿Porqué esos cientos de millones de dólares retirados del país por el entonces Gobernador Kirchner, a sugerencia de su amigo/asesor Domingo Felipe Cavallo, hoy están en esos dos países europeos generando crédito y riqueza para los luxemburgueses y los suizos?  Tampoco nadie lo sabe. Cosa grave pues se supone que Néstor Kirchner fue elegido tres veces gobernador de Santa Cruz para promover los intereses de los santacruceños y no el bienestar de los luxemburgueses y suizos… 

3.   ¿Porqué estos fondos están en dos plazas financieras conocidas por su estricto secreto bancario, muy utilizadas por narcotraficantes, lavadores de dinero y el crimen organizado?  Tampoco nadie lo sabe.  Digamos que no ayuda a generar una imagen de transparencia en los actos de gobierno de quien fuera largos años gobernador de Santa Cruz y hoy es Presidente de la República.

4.   ¿Porqué el Banco Central de la República Argentina no vio nada, no sabe nada, no contesta nada y, a lo largo de doce años, jamás se ocupó de averiguar cómo pudieron escapárseles debajo de sus narices estos cientos de millones de dólares?  Qué bien que vendrían esos fondos para ayudar a reconstruir el país, y sin embargo…


Dos comentarios…por ahora.

El comunicado del Dr. Juan Gabriel Labaké de hoy, que consignamos a continuación, es harto elocuente, por lo que sólo quisiera hacer dos comentarios:

1.       Primeramente, felicito al Juez Federal Guillermo Montenegro – hombre designado en diciembre pasado por Néstor Kirchner para hacerse cargo del Juzgado Federal en lo Penal Económico No. 7 (anteriormente a cargo del Dr. Jorge Urso), dónde Adrian Salbuchi y Enrique Romero radicamos la Denuncia No. 6662/04 el 05-Mayo-04, patrocinados por los Dres. Juan G. Labaké y Juan Carlos Iglesias – pues su casi primer medida fue trasladar esta Causa a Río Gallegos, donde ahora el Juez de Instrucción No. 1 de esa ciudad, Santiago María Lozada muy disciplinadamente acaba de archivarla. “Aquí no ha pasado nada, muchachos…”  Ni siquiera se ensuciaron sus guantes blancos…

2.       Ahora bien; usted Dr. Kirchner, está convencido que “zafó” (como dicen los adolescentes cuyo  comportamiento usted admite imitar).  Es verdad: usted ha “zafado” ante la “Justicia” (¿cómo no iba a hacerlo si esa “justicia” le es adicta?).  Sin embargo, creo que usted jamás entendió el verdadero motivo por el cuál radicamos esta Denuncia hace apenas más de un año (…rápida la “justicia argentina” cuando quiere, eh….).  

No se confunda: jamás pensamos ni por un instante que la “justicia” tomaría verdaderas cartas en el asunto.  Nuestro objetivo, Dr. Kirchner, fue y es Político; es lograr que la opinión pública tome cabal conciencia de que usted y los suyos no solo están devastando el país con un Mega-canje que favorece a la usura internacional (incluida la de los bancos de Luxemburgo y Suiza dónde usted coloca estos furtivos fondos públicos) y con ataques vergonzosos a instituciones fundamentales de la Nación, sino que se han llevado u$s 1.100 millones de fondos públicos sin dar explicaciones a nadie. 

Vea, Dr. Kirchner, permítame explicárselo mejor: hubo una vez hace muchos años un ex-presidente que hizo una “picardía” mil vences menos grave que la suya, y a quien la Justicia tampoco jamás ni condenó, ni procesó - es más, terminó siendo indultado.  Pero el Juicio del Pueblo cuando éste tomó cabal conciencia de quién era realmente ese presidente, lo obligó a renunciar y jamás volver a la función pública.  Me refiero al ex-presidente Richard M. Nixon y el sonado Caso Watergate que lo defenestró para siempre (sintomáticamente, otra vez en las noticias de EEUU por estos días). 

Sépalo, Dr. Kirchner: ahora comienza a cobrar fuerza el Kirchnergate. 

Adrián Salbuchi