No son nuevos los aprietes del kirchnerismo hacia el periodismo no oficialista. Lo que más molesta a Cristina Kirchner —a Néstor también en su momento— son las revelaciones sobre hechos de corrupción de su gobierno y la investigación sobre su patrimonio personal.
Esta misma semana, la presidenta hizo una dura crítica contra esa prensa. “Esos periodistas de investigación que andan por todos lados, que tienen investigaciones y hacen cuadritos, vinculan cosas de aquí para allá, nunca descubren estas cosas”, dijo.
Hablaba de una supuesta “revelación” que no fue tal sobre los vínculos de la imprenta Donnelley con los accionistas de un fondo buitre, que terminó en la aplicación de la cuestionada ley antiterrorista.
En ese contexto, la semana que pasó el periodista de diario Clarín Daniel Santoro recibió una visita inesperada por parte de un oficial de Migraciones, quien se interesó en saber si su esposa, de nacionalidad rusa, tenía sus papeles de extranjera en regla.
Parte de la trama la contó este domingo Ricardo Kirschbaum en su habitual columna en ese matutino, aunque sin dar el nombre de Santoro ni su esposa. Según revela el columnista, el funcionaria quería “averiguar cuál era el status legal de ella en el país; los papeles estaban bien: la visita fue explicada como de ‘rutina’; una sospechosa rutina”.
Debe recordarse que Santoro ya había sido denunciado, con la colaboración del aparato de propaganda oficial y de los servicios que maneja el Gobierno, de ser un “espía ruso”.
“Estados Unidos le quitó la visa y el FBI lo interrogó. Cuando todo se reveló como una verdadera patraña con origen en una sucia maniobra de inteligencia en Argentina, el Departamento de Estado le restituyó la visa”, recuerda Kirschbaum.
La insólita historia fue publicada por los medios propagandísticos del “sicario mediático” Sergio Szpolski, tanto diario Tiempo Argentino como revista Veintitrés.
Aún hoy ese disparate puede leerse en su portal Infonews: “Estados Unidos le sacó la visa al periodista Lobo del Grupo Clarín (…) Recibió el mismo trato que su colega (Daniel) Santoro pues los EEUU también le retiraron el permiso de ingresar al país luego de que fuera sometido apenas pisó suelo norteamericano”, se publicó el 3 de mayo de 2012.
Respecto de lo que le sucedió a Santoro la semana pasada, Kirschbaum finaliza: “Este episodio no es un hecho aislado sino otra expresión de la hipocresía del discurso oficial y de los aprietes al periodismo no adicto”.
A Natalia no le piden los papeles? http://seprin.info/2012/07/10/el-agente-horacio-verbitsky-y-su-sobrina-la-espia-britanica/
¿Acaso nos sorprendemos de el "status democrático" del peronismo a más de 70 años de su llegada a estas pampas?