“Varias
curiosidades mostró el diario Clarín en su construcción de los temas de
portada del fin de semana largo que pasó. A lo largo del sábado, el domingo y
el lunes feriado, el matutino bregó desde su principal título de portada por
un acuerdo entre el presidente Néstor Kirchner y su antecesor, Eduardo Duhalde.
El sábado sostuvo en lo más alto de su tapa que “Kirchner y Duhalde están
ahora a un paso del acuerdo”. En su interior, aseguró, en una nota sin firma,
que ambos líderes del PJ estarían dando las últimas puntadas a la negociación.
Ese mismo día, La Nación aseguró que el acuerdo “está cada vez más
lejos”. El domingo, Clarín sostuvo en portada que “Avanza el acuerdo y
Chiche decide si deja la candidatura”, mientras que una nota de Paola Juárez
en La Nación consignó expresiones de Luis Verdi, vocero de Duhalde, que
calificó la versión del acuerdo instalada por Clarín como “una operación
del Gobierno”. En Página, Sergio Moreno planteó dudas sobre el posible
entendimiento. Lo más curioso llegó el lunes. Los tres diarios consignaron las
mismas declaraciones de Duhalde, pero mientras La Nación y Página/12
destacaron que el jefe del peronismo bonaerense negó tal entendimiento, Clarín
interpretó que “Duhalde confirmó que se negocia un acuerdo”. Página puso
en boca del ex presidente el “Qué tengo que hablar yo con Kirchner” y La
Nación: “No estoy para un acuerdo con Kirchner”,
según consignó el sitio DSD
el
martes 21 de junio.
"Quiero
desalentar la idea de que esta situación (la interna del PJ) se va a resolver
con un acuerdo con el presidente Kirchner. Que quede claro: no estoy para ningún
acuerdo con Kirchner del estilo que dicen los medios”,
había dejado en claro el ex presidente el día anterior.
No
se explica la insistencia de Clarín
en machacar sobre la existencia de un suceso que sólo cabe en sus
deseos, puesto que mientras los dos pesos pesados de la política vernácula se
obstinaron en no acordar nada, el citado pulpo mediático se desgañitó en
aseverar lo contrario. Por eso, se debe inferir que esto obedece a la muy buena
sintonía que Duhalde tuvo para los popes de Piedras 1743, relatado profusamente
por Pablo Llonto en su libro La
Noble Ernestina. Habría que inferir, en rigor de verdad, porqué Clarín
precisa tanto de un eventual concordato entre Kirchner y el hombre
fuerte de Lomas de Zamora, como también cuál de los dos será el más
beneficiado de dicha componenda.
Cabe
analizar que en los últimos veces se especuló acerca de la eventual debilidad
de Duhalde frente al crecimiento de la figura pingüinera, magnificada por la
ascensión de la rutilante Cristina Elizabeth por sobre el aparente descenso de
Hilda Chiche.
Claro indicio de esto, lo constituyó las puntualizaciones del
multimedio de Constitución acerca de una posible licuación del justicialismo a
manos de un resucitado transversalismo. La semana pasada, en sus líneas se trazó
un hipotético escenario donde Kirchner, emergía como detentador de un
revitalizado tercer
movimiento histórico. Se lo veía como el necesario alumbrador de
una fuerza centroizquierdista que
quizá, según la visión de Walter Curia de Clarín,
“llevará al museo a los dos partidos de origen popular que marcaron el diseño
político del siglo XX: el PJ y la UCR. En su lugar, como ha repetido otras
veces, Kirchner visualiza la evolución de dos fuerzas de centroizquierda y
centroderecha en alternancia en el poder”, como se constató en un
análisis anterior.
Exceso de voluntarismo
A pesar de verter tanta tinta virtual, el cacareado apretón
de manos no se produjo y es probable que jamás se concrete. Mientras se
escriben estas líneas, se espera que Chiche
decida si se baja o no de su candidatura a senadora provincial. Si no
lo hace, la cuestión se dirimirá dentro del partido mediante una enconada
disputa mediante internas. Como bien había deslizado el propio Duhalde: “¿Porqué
no van todos a la interna y se resuelve el problema’”. El muy
astuto mandamás del peronismo bonaerense hincha de Banfield sabe que de ir a
comicios intramuros del justicialismo, puede dar una sorpresa a las pretensiones
pingüineras y negociar eventualmente desde una posición de fuerza.
Infiere
muy bien que el aludido conglomerado mediático ha llevado adelante una operación
de prensa a la medida de Alberto Fernández al propalar las versiones de un
hipotético acuerdo, quizá signo evidente de que las pretensiones electorales
de Kirchner no son tan monolíticas como se aparenta. Esto unido a una nueva
andanada verbal de Aníbal Fernández, quien había afirmado que "si
no llega a haber un acuerdo habrá que competir, habrá que confrontar y punto.
No hay que temerle a la competencia. Hasta que se cierren las listas hay
posibilidades de acuerdo. Cada una de las partes tendrá que exponer qué
reclama y qué está dispuesto a ceder".
Habrá
que ver como termina esta confrontación, y cual de los dos referentes
justicialistas muerde el polvo, mientras que en el medio Clarín
buscará la forma de desandar lo andado, luego de apostar al número
equivocado.
Fernando Paolella